Desde el éxito de Toy Story, el primer largometraje de animación digital, los estudios Pixar han desarrollado su estilo propio con cada nuevo proyecto, cosechando numerosos premios, millonarias recaudaciones en taquilla y el afecto de legiones de espectadores en todo el mundo. Sus películas generan gran expectación cada año en cuanto a qué temas tratarán, quiénes serán los protagonistas o en qué aspectos habrán depurado las técnicas de animación esta vez, si bien los espectadores podíamos estar seguros de que nos encontraríamos ante un filme repleto de referencias y guiños a clásicos del cine, con personajes más humanos de lo que aparentan a simple vista envueltos en una aventura trepidante y emotiva al mismo tiempo.
Rayo McQueen corre hacia el éxito |
Así ha sucedido desde la primera entrega de los conocidos juguetes, con películas tan peculiares y ricas en detalles como Monstruos S.A., Buscando a Nemo, Los Increíbles, WALL·E, o Up, que gustan por igual a niños y adultos. Tal vez la que más desentonó fue Cars en 2006, pues aunque se trataba de una película de animación sumamente entretenida, salía perdiendo en comparación con sus hermanas. Tres años más tarde, tras el estreno de Up, sorprendía el calendario de los estudios de animación, en el que las secuelas ocupaban el lugar de las propuestas originales.
En 2010 llegó a los cines Toy Story 3, que ponía punto y final a las aventuras de los juguetes de Andy 11 años después de la anterior entrega. El cariño del público a los personajes, un argumento que repetía el esquema de las anteriores incorporando nuevos temas, y técnicas de animación más arriesgadas garantizaron su éxito hasta el punto de convertirla en una de las películas más taquilleras de 2010, con dos Oscar incluidos. Eso sí, no puede decirse lo mismo de su sucesora este año, Cars 2, secuela de la película centrada en Rayo McQueen y sus amigos que no está agradando al público tanto como se esperaba. Como es costumbre, por aquí todavía no se ha estrenado (el concepto de "estreno simultáneo" es algo que las distribuidoras no se esfuerzan en asimilar), pero las primeras impresiones apuntan a que se trata de una película de animación entretenida con ganas de aprovechar al máximo los sustanciosos beneficios del merchandising.
Tras el duro revés que están suponiendo las reacciones ante Cars 2, en los últimos días se han disparado los rumores y noticias acerca de los estudios de animación vinculados a Disney. Para empezar, sorprende que Brad Lewis, co-director de la mencionada película de los coches junto a John Lasseter, ha abandonado la compañía para dedicarse a otros proyectos más personales. Parece algo habitual, pues otros directores de reputadas cintas de animación están dando el salto a la acción real, como es el caso de Brad Bird, responsable de Los Increíbles que ultima detalles en Mission Impossible: Ghost Protocol (con recién estrenado tráiler), y de Andrew Stanton, director de WALL·E que lleva más de dos años inmerso en el desarrollo de la adaptación de John Carter of Mars (personaje de las novelas de fantasía heroica de Edgar Rice Burroughs), película que promete un despliegue de imágenes generadas por ordenador innovador.
Al mismo tiempo, han salido a la luz nuevos detalles acerca de los futuros proyectos de los estudios Pixar. Dentro de un año estrenarán Brave, centrada en una joven princesa en la Escocia celta de la cual hemos podido ver diseños conceptuales, un póster y ahora el primer tráiler. Le seguirá Monsters University, precuela de las andanzas de Mike y Sully que nos narrará cómo se conocieron estos dos monstruos en la universidad. Llegados a este punto, entra en juego una de las noticias que más revuelo ha causado esta semana: en una entrevista para la BBC con motivo de su nueva película, Larry Crowne, el actor Tom Hanks dejó caer que los chicos de Pixar están trabajando en Toy Story 4. Ahora bien, dado el tono de la entrevista, podríamos pensar que Hanks tan sólo bromeaba con la actual fiebre por las secuelas al igual que hizo con buena parte de las preguntas del entrevistador; pero por otro lado tampoco sería extraño que no se planteasen una cuarta entrega, sobre todo dado el tremendo éxito de su predecesora.
Con o sin Toy Story 4, el futuro de Pixar está en el punto de mira de muchos, especialmente de aquellos seguidores que quedaron cautivados por la magia de sus películas.