El superhéroe conocido como El Plutoniano, de un poder incalculable, ha abandonado el camino del bien y se ha convertido en el enemigo número uno de la humanidad, asesinando a millones de personas en su paso al lado oscuro. Los únicos que tienen alguna posibilidad de detenerle son El Paradigma, sus antiguos compañeros de aventuras, quienes unirán fuerzas junto a viejos enemigos e intentarán superar las diferencias que amenazan con terminar con ellos... si no lo consigue el Plutoniano antes.
Hace aproximadamente un año y medio que descubrí este cómic, y fue precisamente gracias a la infinita amabilidad de Yota, quien, no contento con ser un gran amigo, siempre está dispuesto a recomendarte nuevas colecciones y a prestártelas. Gracias a su amabilidad pude empezar a leer buena parte de los cómics que hoy en día ocupan un lugar de honor en mi lista de favoritos (y que he terminado siguiendo yo mismo al no poder aguantar las ganas de leer las nuevas entregas), como Los muertos vivientes, Invencible, o el que hoy nos ocupa, Irredeemable.
Si empezábamos este post dando las gracias a Yota, seguimos con nuestra dosis de agradecimientos, en esta ocasión dirigidos al guionista Mark Waid. No en vano, el escritor de Kingdom Come y Empire ostenta una carrera intachable dentro del mundo del cómic americano con más de 20 años escribiendo series punteras, convirtiéndose así en uno de los pocos guionistas que mantienen su línea de trabajo en medio de la vorágine de nuevos y rompedores escritores de cómics que surgen cada poco tiempo para relevar a las generaciones anteriores. En la actualidad, Waid disfruta de una prolífica etapa creativa, pues no sólo se posiciona como una de cabezas pensantes de Marvel con series regulares como Daredevil o Indestructible Hulk en su haber, sino que también se prodiga con varios títulos en el mercado independiente como Rocketeer o Green Hornet, además de administrar la plataforma de cómics digitales Thrillbent y de dirigir su propia tienda de cómics impresos. Ahí es nada. El cómic que hoy nos ocupa, Irredeemable, comenzó a publicarse en 2009 en el seno de la editorial independiente Boom Studios!, contó con 37 números mensuales y con una hermana menor, Incorregible.
Uno de los primeros rasgos que llaman la atención de Irredeemable es su cualidad de serie intensa y autocontenida, algo inusual dentro del cómic de superhéroes, plagado de cada vez más molestos cruces entre infinitas colecciones, reinicios y maniobras editoriales varias. Irredeemable presenta y desarrolla su propio universo superheroico en sí misma y, si bien hay un breve cruce con la mencionada Incorregible, no es necesario seguir ambas series, pues este encuentro es más bien una anécdota que enfatiza el universo común que comparten las dos cabeceras. En cuanto a la historia en sí, Irredeemable toma elementos clásicos del género superheroico, especialmente de Superman y la Liga de la Justicia. De la misma manera que hiciera Robert Kirkman con su Invencible, los recicla y les asigna a cada uno un lugar clave en la caída del Plutoniano hacia el camino del odio, la destrucción y la venganza. A lo largo de 37 números, descubriremos los motivos que han empujado a un ser tan poderoso a seguir semejante senda y veremos el papel que juegan varios sucesos de su infancia y pasado en todo esto; además de que seremos testigos de las luchas personales entre los miembros del Paradigma y los efectos que éstas tendrán a la hora de detener a su antiguo compañero.
Waid maneja estos ingredientes con sobrada maestría, firmando números trepidantes en los que la sucesión de los acontecimientos no da respiro. Todo se va enrevesando y complicando a medida que salen a la luz rompedoras revelaciones y los lectores presenciamos un despliegue asombroso de conceptos superheroicos, referencias mitológicas, alienígenas, demonios interdimensionales y de elementos de ciencia ficción pura que nos llevan a una conclusión rebuscada y satisfactoria, la cual incluye un sentido homenaje al mundo del cómic y a los superhéroes en sí mismos.
El apartado gráfico puede no estar en manos de superestrellas, pero desde luego no les tiene nada que envidiar. Nada más comenzar la colección descubrimos el talento de Peter Krause, que colabora con Waid en Insufferable y en el futuro cómic digital de Daredevil; y posteriormente de Diego Barreto, con quien se turna a medida que avanza la colección. Ambos presentan estilos limpios de fuerte influencia clásica en los que predomina la claridad narrativa por encima de los excesos y las páginas recargadas, lo cual es de agradecer.
En definitiva, Irredeemable nos ofrece 37 entregas intensas protagonizadas por personajes que ocultan más de lo que aparentan, narradas con maestría y dibujadas con esmero y encanto. Un placer para los amantes del cómic superheroico y un título muy recomendable por su consistencia.