La vida del neoyorkino de dieciséis años Dave Lizewski carece de emoción alguna... hasta que decide convertirse en superhéroe. Siguiendo el ejemplo de los cómics que lee con tanto fervor, Dave se dedicará a combatir el mal que le rodea, provocando todo un fenómeno social cuando sus seguidores comienzan a imitar sus hazañas. Tras superar las dificultades que implica no tener poderes, un giro inesperado de los acontecimientos pondrá su vida y la de los que le rodean en serio peligro.
En 2008, el guionista estrella Mark Millar se unió al gran dibujante John Romita Jr. para embarcarse en el pequeño proyecto Kick-Ass, publicado por el sello Icon de Marvel, el cual da pie a historias de carácter más adulto y permite a los autores control total sobre sus creaciones. Inesperadamente, Kick-Ass se convirtió en un éxito de ventas inmediato, agotándose las sucesivas reediciones de los primeros números y alcanzando popularidad gracias a las recomendaciones de unos aficionados a otros. Debido al trabajo de sus creadores, la publicación perdió regularidad hasta finalizar recientemente en su octavo número, logrando una adaptación cinematográfica dirigida por Matthew Vaughn desarrollada a la par que los últimos capítulos además de una probable continuación.
Tomando como base el concepto de héroe adolescente que representa Spider-man y continuando con la humanización de los superhéroes desarrollada hace ya tiempo por Alan Moore y Frank Miller en sus respectivas obras, Mark Millar construye un argumento curioso acerca de la existencia de superhéroes en el mundo real que lamentablemente termina perdiéndose en el mal gusto. La trama carece de profundidad alguna, correspondiéndose los personajes con estereotipos criticables: el protagonista es un lector de cómics inadaptado, los grafiteros son negros; los pandilleros, puertorriqueños y los mafiosos, italoamericanos, cómo no. Al contrario que otras colecciones (como Ultimate Spider-man de Brian Michael Bendis), Kick-Ass no plantea análisis social alguno, sino que recurriendo a los mencionados clichés se centra en el lenguaje soez y vulgar junto a la violencia más sangrienta que el dibujante se atreva a plasmar, todo ello acompañado de constantes monólogos interiores del personaje principal en los que no faltan alusiones a series de actualidad, redes sociales o YouTube y su papel en el mundo superheroico.
En el apartado gráfico nos encontramos con John Romita Jr. colaborando con sus habituales Tom Palmer a las tintas y Dean White a los colores. Sin duda alguna éste es el mayor atractivo del cómic, poder disfrutar de JR JR desenvolviéndose en un terreno extraño para él que nunca antes había frecuentado como es el de los héroes hiperviolentos. Aun así, se nota la cantidad de proyectos en que se halla envuelto el dibujante para Marvel y en ocasiones el retrato de los personajes se adentra en lo caricaturesco.
Seguramente tengamos Kick-Ass para rato, dado su inesperado éxito que ha cogido a todos por sorpresa. Hasta ahora, Millar se ha encargado de introducir pequeñas referencias a las otras colecciones que escribe en las viñetas de esta serie y ha comenzado a publicar Nemesis, la cual ya carece de atractivo alguno y eleva al siguiente nivel la agresividad mostrada en Kick-Ass. Por el momento, esperaremos pacientes para comprobar si la adaptación cinematográfica ha seguido el rastro de sangre dejado por el cómic.