La situación del Hollywood actual puede llegar a ser alarmante. Los guiones originales escasean, y de las continuas adaptaciones de novelas se pasa a trasladar cómics, videojuegos e incluso juguetes a la gran pantalla. No podemos olvidar los remakes, nuevas versiones de otras películas en su gran mayoría completamente innecesarios. En la lista de remakes en proyecto se encontraba Pelham 1 2 3, gran película de 1974 (basada a su vez en una novela de John Godey) en la que un teniente de la policía del metro neoyorkino debe hacer frente al secuestro de un vagón lleno de rehenes.
La película se convirtió en un referente en el cine de acción y policíaco por contar con una trama absorbente, las interpretaciones de Walter Matthau como el tenaz teniente Garber y de Robert Shaw como el disciplinado líder de los secuestradores y detalles como que los asaltantes al tren fueran unos desconocidos que respondían a los nombres de Mr. Blue, Mr. Green, Mr. Brown y Mr. Grey (que más tarde Tarantino tomaría para Reservoir Dogs).
Aunque no tenía mucha confianza en este remake, mi sorpresa no pudo ser mayor al entrar en el cine.
La versión de Tony Scott de Pelham 1 2 3 resulta una película ágil y sumamente entretenida, que cuenta con una dirección videoclipera adecuada para que el ritmo de la acción no decaiga, una banda sonora que contribuye a mantener la tensión e incluso con originales títulos de crédito entrando en escena como si de vagones de metro se trata.
Sin embargo, el mayor atractivo de la película se encuentra en los actores. En la piel del protagonista tenemos a un Denzel Washington entrado en kilos (actorazo que trabajó anteriormente con Tony Scott en Deja Vu o El Fuego de la Venganza y con su hermano Ridley en la genial American Gangster) en la piel de un hombre sencillo, padre de familia trabajador que busca la redención por errores cometidos en el pasado y que debe hacer frente a una situación que le viene demasiado grande. Como contrapunto tenemos a un inspirado John Travolta como el histriónico líder de los secuestradores, cuyos motivos iremos conociendo a medida que avanza la acción. Así, la elección de esta pareja resulta todo un acierto, pues sobre ellos recae la tensión de la película y con sus diálogos por radio y posterior encuentro mantienen un vínculo de lo más interesante. Por si esto no fuera poco, secundarios de la talla de John Turturro o James Gandolfini respaldan al dúo Washington/Travolta.
Obviamente, la película guarda sus diferencias con la versión de 1974 (sobre todo en el tramo final y su resolución), pero también incluye aciertos como las mencionadas relaciones de los protagonistas, la explicación del nombre del tren o la inclusión de elementos como el terrorismo e Internet para actualizar la historia, además del guiño al llamar Walter Garber al personaje de Washington.
Así, la nueva revisión de Pelham 1 2 3 respeta el espíritu original y resulta una lección de entretenimiento puro y audaz en estas fechas en las que cada vez es más complicado encontrar títulos como éste.