martes, 29 de enero de 2013

Zero Dark Thirty: La noche más oscura


Maya, una joven y tenaz analista de la CIA, lleva años persiguiendo a la cúpula de los terroristas de Al Qaeda. Durante todo este tiempo ve cómo los atentados se suceden, los métodos de espionaje tradicionales se quedan anticuados, presencia impotente la pérdida de personas cercanas y lucha contra las trabas burocrática sin darse nunca por vencida, pues está convencida de que posee varias pistas para dar con el paradero del terrorista más buscado del mundo, Osama Bin Laden. ¿Lo conseguirá?

Directora afincada en el cine de acción, al que ha contribuido con títulos tan entretenidos como Le llaman Bodhi, Kathryn Bigelow sorprendió a finales de 2009 al público y la crítica con The Hurt Locker (En tierra hostil), thriller bélico ambientado en la guerra de Irak que huía de polémicas varias para narrarnos una historia dura y tensa desde un punto de vista crítico, con personajes interesantes y ofreciendo a los espectadores más preguntas que respuestas. Después de su merecido triunfo en la ceremonia de los Oscar, Bigelow decidió continuar con un nuevo proyecto de corte bélico, que finalmente se ha convertido en Zero Dark Thirty, relato de la lucha de la CIA contra los terroristas de Al Qaeda a lo largo de una década y de la operación que terminó con Osama Bin Laden en mayo de 2011.


Bigelow se ha reunido para la ocasión con Mark Boal, guionista de la mencionada The Hurt Locker (que cada día me gusta más, soberbia interpretación de Jeremy Renner) y de En el valle de Elah, con las cuales Zero Dark Thirty comparte el acercamiento a la guerra: Boal huye de polémicas fáciles para ofrecer una visión crítica con ambas partes, enfatizando el cambio en las tácticas de los dos bandos y la ambigüedad moral de los implicados. Esto mismo podemos presenciar en Zero Dark Thirty, pues la película escapa de patriotismos baratos (aquí no hay grandes héroes ni proezas), en los cuales era muy fácil caer dado el tema, y nos muestra cómo ha cambiado el mundo del espionaje actual, el panorama hostil e incierto en el que se desarrollan las operaciones y las técnicas de cuestionable moralidad a las que se recurre, además de todo el esqueleto burocrático que hay detrás de una gran operación; todo ello sin olvidarse de que es una película ni del desarrollo de los personajes.


La combinación del guión de Boal, dividido en varios episodios, con la dirección de Bigelow consigue que las más de dos horas y media que dura la película atrapen al espectador e incluso le fascinen con lo que se muestra en pantalla y la lucha personal de Maya. Bigelow opta por un estilo directo, sin artificios, cercano al de The Hurt Locker, con secuencias dirigidas con mucha inteligencia en las que sugiere en lugar de mostrar y otras de tensión extrema, como el sensacional tramo final donde se desarrolla la operación en cuestión. A esto hay que sumarle un montaje acorde, una edición de sonido excelente y la cumplidora banda sonora de Alexandre Desplat, que no se hace notar demasiado, no estaba tan inspirado como en Argo.


Zero Dark Thirty cuenta con un reparto coral que cumple y dota a sus personajes del realismo y la profundidad necesarios. Nos encontramos con actores ascendentes como Jason Clarke (Sin ley), Joel Edgerton (Warrior), o Edgar Ramírez (El ultimátum de Bourne) y rostros familiares como los de los destacables Kyle Chandler (Super 8), Mark Strong (Kick-Ass), Jennifer Ehle (Contagio) y James Gandolfini (Mátalos suavemente). En medio de este reparto coral brilla con fuerza la interpretación de Jessica Chastain, que da vida a Maya, una mujer dura, obsesionada con su trabajo pero humana al mismo tiempo (en la línea del personaje de Claire Danes en Homeland). Resulta impresionante la carrera de esta actriz, que en estos últimos dos años ha pasado de pequeños roles secundarios a convertirse en una de las mejores actrices jóvenes del momento gracias a sus numerosos papeles en películas de géneros variados (El árbol de la vida, La deuda, Criadas y señoras, Take Shelter, Sin ley, Mamá...), siempre aportando interpretaciones de primer nivel. Zero Dark Thirty no es ninguna excepción, y en ella Chastain realiza un gran trabajo, midiéndose con otros intérpretes de nivel y saliendo airosa con un personaje complejo y muy fuerte.


La nueva película de Kathryn Bigelow es todo un triunfo cinematográfico, capaz de mantener a los espectadores en tensión durante su prolongado metraje y de hacerlos reflexionar acerca de sucesos de máxima actualidad. Zero Dark Thirty impacta con fuerza en los espectadores y supone la consagración de Jessica Chastain, una gran actriz.

Ficha de la película.

domingo, 27 de enero de 2013

What's the rumpus?: Quinto aniversario

Cuesta creerlo, casi parece imposible, pero el día 26 de enero se han cumplido cinco años desde que creara mi humilde blog. Mucho tiempo ha pasado desde que decidiera probar suerte poniendo en marcha mi propia bitácora virtual en la que hablar con total libertad de los temas que me apasionan y me sorprenden día tras día: los cómics, el cine, la literatura, las series de televisión... Y, con el aumento de posts, visitas, comentarios, seguidores y con etapas más irregulares que otras, ése es el espíritu que he intentado mantener en el blog todo este tiempo, durante el cual me he expandido por la red colaborando en otras webs y blogs y he  podido conocer a grandes personas, siempre con What's the rumpus? como una constante a la que recurrir en distintos momentos, justo como explicaba el personaje de Desmond en uno de los episodios más memorables de Perdidos.

Los Vengadores al completo festejan el aniversario del blog
En ocasiones como ésta es fundamental agradecer el apoyo de los lectores, pues sin ellos no habría blog alguno que escribir, y muy especialmente el de los comentaristas, que enriquecen esta bitácora y me transmiten ánimos para seguir adelante con ella. Muchísimas gracias a Yota, Oneyros, Néstor Company, Meg, Ángel, The Korinthian, Xavi, Tarquin Winot, Jesus (of Suburbia), Mario, Cotu, Dialoguista, Kikedck, Rodrigo Moral... en definitiva, a los seguidores más asiduos y participativos.

El agente Tony Méndez se encarga del proceso de selección de colaboradores
Semejante ocasión merece una celebración especial, así que en las próximas semanas alternaremos la programación habitual (por fortuna hay bastantes películas y cómics asombrosos de los que hablar) con la presencia de numerosas firmas invitadas, amigos y blogueros que han tenido la infinita amabilidad de escribir un post para el aniversario de este blog, y atención, porque los hay de todo tipo de temas y realmente interesantes. Mientras nos preparamos para disfrutar de tamaño evento, sólo queda desear...

¡Feliz cumpleaños WTR?! ¡Que cumplas muchos más!

domingo, 20 de enero de 2013

Amazing Spider-man 700: La polémica está servida

*Este post contiene detalles de la edición americana de Amazing Spider-man y spoilers del número 700.

En 2012 se cumplieron 50 años de la creación de Spider-man, uno de los personajes más queridos por los lectores de cómics. Con motivo de semejante ocasión, ha habido varios homenajes y sagas para conmemorar este aniversario en Marvel, que concluyeron con la publicación a finales de diciembre del número 700 de Amazing Spider-man, escrito por Dan Slott y dibujado por Humberto Ramos. Este cómic ha causado mucho revuelo y una gran polémica, especialmente en la red, puesto que en él muere Peter Parker, pero no de forma habitual, no. Antes de criticar el cómic en sí, conviene dar un breve repaso a la trayectoria reciente del trepamuros.

Los cómics de Spider-man llevan años dando tumbos sin rumbo alguno. La última gran etapa del personaje fue la del guionista J. Michael Straczynski junto al dibujante John Romita Jr. Es cierto que en ella no aparecieron demasiados villanos clásicos, pero se centró en desarrollar la personalidad de Peter Parker y su relación con sus familiares, y contaba con el mejor trabajo de Romita Jr. a los lápices hasta el día de hoy. Con la marcha del dibujante comenzaron los sinsentidos: la bochornosa saga Pecados del pasado, que reescribía la historia de Gwen Stacy de forma absurda; el desenmascaramiento público de Peter (por mucha Civil War jamás haría eso) y, como colón, el mefistazo, "maniobra" editorial que borró por arte de magia los últimos años de vida de Peter y le rejuveneció. Esto no es más que una muestra de la mala gestión de Marvel, que busca vender más ejemplares y captar nuevos seguidores gracias a las películas antes que mantener un poco la fidelidad al personaje y su legión de lectores.


Después del "reseteo" empezó una etapa insulsa en la que el guionista Dan Slott se hizo con el control del personaje. No la he seguido demasiado, puesto que ha consistido en una sucesión de aventuras en las que Peter Parker importaba poco o nada (luego nos quejamos de la etapa de aventuras ligeras de David Michelinie en los 80, por lo menos en ella Peter era un personaje coherente), aunque algunas sagas puntuales han contado con planteamientos interesantes como Nuevas formas de morir, El rastro de la araña, el número 600, Hasta el fin del mundo o el regreso de El Lagarto. Esto nos lleva hasta el número 700. Aprovechando la cifra redonda, Slott nos plantea la siguiente historia: El Dr. Octopus consigue que su mente y la de Peter Parker intercambien los cuerpos (trama muy vista donde las haya, por ejemplo en Daredevil 38, donde Matt Murdock cambiaba de cuerpo con el Dr. Muerte). Parker se resiste, pero tras una poco espectacular batalla muere atrapado en el cuerpo de Dock Ock. Tras esto, Octavius, aún dentro del cuerpo de Spider-man, recupera los recuerdos de Peter y, por arte de magia, decide abandonar sus actividades delictivas y consagrar su vida a defender a los inocentes como "El Superior Spider-man". Bravo.


El principal problema de este cómic no es sólo la absurda propuesta, para nada novedosa y que no aporta al personaje, sino la tramposa maniobra editorial. Desde hace años, Marvel basa su potencial en conseguir cierto revuelo mediático con macrosagas y eventos que proponen cambiar para siempre el panorama del Universo Marvel y luego quedan en simples anécdotas. Estos bochornosos crossovers llegan al mercado anualmente e interrumpen el poco desarrollo que tienen las colecciones (escaso en parte por la técnica narrativa de decompressive storytelling, o cómo contar una historia de un número en cinco), lo cual demuestra el nulo interés que tienen los directivos de Marvel en contar historias y explorar el potencial de los personajes (y no hablemos ya de DC y su risible reinicio). Los sucesos del número 700 de Amazig Spider-man son una prueba más de lo mal que están manejando al trepamuros, en especial Dan Slott y Humberto Ramos, pues la historia ni siquiera emociona, está fatal narrada y no hace justicia al personaje (en el polo opuesto de la muerte del Capitán América, que reflexionó acerca de lo que significa el personaje), y demuestra también la ambición sin límites de la Marvel actual, preocupada en exceso por las ventas y sus películas hasta el punto de dejar de lado a los personajes que hicieron historia.

¡Muy bien hecho, Stan!
A estas alturas, todos sabemos que Peter Parker no tardará en volver, más aun teniendo en cuenta lo involucrado que está en las colecciones vengadoras y que su nueva película ya está en plena producción, con el reparto cerrado. De hecho, los comienzo de Superior Spider-man ya apuntan a su regreso. Además de que la historia del número 700 cuenta con un planteamiento absurdo y no aporta nada a los personajes (Octopus seguirá siendo un villano enajenado obsesionado con Spidey por mucha revelación mística que haya de por medio), lo realmente preocupante de esta jugada es el poco respeto que tienen en Marvel por sus propios personajes y por los lectores, con lo que no es de extrañar que cada vez me importen menos las nuevas sagas y relanzamientos (miedo me da Marvel Now) y me llamen más la atención pequeñas propuestas en las que priman los personajes y la historia, como Locke & Key, por poner un ejemplo.

martes, 15 de enero de 2013

Los Miserables: La película del musical basado en la novela


Los ideales de la Revolución francesa han desaparecido con la restauración monárquica a principios del siglo XIX. En la nueva tiranía, Jean Valjean es encarcelado durante 20 años por robar una barra de pan para su sobrino enfermo. Cuando consigue la libertad condicional, Valjean huye y adopta una nueva identidad bajo la cual aspira a rehacer su vida. Pero la pobreza extrema domina Francia, y mientras una nueva revolución se forja en las calles, Valjean, siempre perseguido por el implacable inspector Javert, intenta cumplir una promesa del pasado y mantener a salvo a su ahijada Cosette.

Uno de los estrenos más esperados de las pasadas Navidades ha sido Los Miserables, la adaptación a la gran pantalla del musical basado en la novela de Víctor Hugo, que cumple 27 años desde que se estrenara y encandilara a millones de espectadores en medio mundo. La idea de llevarlo al cine lleva mucho tiempo deambulando por Hollywood, y finalmente han sido los estudios Universal los encargados de embarcarse en un complicado proceso de selección de actores, creación de decorados y de rodaje para llevar este obra al cine, confiando en el director británico Tom Hooper (injusto ganador del Oscar por El discurso del rey) para semejante tarea.


Los Miserables tiene un comienzo enérgico, se nos presenta el panorama de Francia y a los protagonistas con bastante fuerza, de modo que Valjean, Javert y Fantine brillan con luz propia. Tenemos números musicales destacados, como la huida de Valjean del hospital o la presentación de la taberna en la que vive Cosette. Sin embargo, el entusiasmo inicial no dura demasiado y la película pronto se hace demasiado pesada, sobre todo desde la escena de las barricadas, y no recupera el ritmo. Esto no se debe a que sea un musical y los personajes canten todo el rato, no, sino a la puesta en escena de Tom Hooper, quien en lugar de buscar la grandeza y resaltar la intensidad de la historia y las canciones opta por primeros planos muy cerrados en los que sólo vemos al personaje cantar, y luego abusa del plano holandés, con encuadres inclinados que acaban cansando, y de la cámara en mano; con lo que la épica de la historia brilla por su ausencia.


Si por algo se sostiene la historia es por los actores. Hugh Jackman, amante confeso de los musicales, está inmenso como Jean Valjean y llena la pantalla con su presencia. También destaca Russell Crowe como su contrapartida, el obsesivo inspector Javert, y sorprende verlo cantar; y por supuesto hay que alabar el trabajo de Anne Hathaway, con una breve pero muy intensa participación. Cuando ninguno de estos tres aparece en pantalla, la película se resiente, pues ni Amanda Seyfried ni mucho menos Eddie Redmayne (Los pilares de la Tierra) resultan creíbles en sus papeles. Completan el reparto Sacha Baron Cohen (El dictador), tan divertido y gamberro como siempre, y Helena Bonham Carter, quien para nuestra sorpresa hace de Helena Bonham Carter, el mismo y excéntrico papel de sus películas más recientes (y tristemente también de las próximas).


Los Miserables se queda a medio camino de la película que podría haber sido debido a una puesta en escena que no es la adecuada para la ocasión, con semejante historia y números musicales (apenas hay coreografías elaboradas en la película) se esperaba más grandeza. Lo que la salva un poco es el trabajo de tres actores entregados como son Hugh Jackman, Anne Hathaway y Russell Crowe,

sábado, 12 de enero de 2013

Spider-man: Hasta el fin del mundo


El Doctor Octopus se muere. Una enfermedad degenerativa ha disminuido sus capacidades físicas, pero antes de partir, Octavius planea una nueva venganza contra su enemigo jurado, Spider-man. Mediante un sistema de satélites, Octopus amenaza a la población mundial y pone precio a la cabeza del trepamuros, quien recurre a la ayuda de la Viuda Negra y Marta Plateada para derrotar a los nuevos Seis Siniestros y detener a Doc Ock antes de que sea demasiado tarde.

Después del mefistazo y posterior reinicio del personaje, no he seguido demasiado las nuevas andanzas del cabeza de red, más que nada porque han pasado a convertirse en una sucesión de aventuras en las que poco o nada importa ya el desarrollo de Peter Parker como personaje. Aun así, ha habido sagas interesantes por la trama que planteaban, como Nuevas formas de morir, El rastro de la araña o el número 600. Gracias a Yota he podido disfrutar de Hasta el fin del mundo, arco argumental escrito por el guionista Dan Slott, que ya llevaba más de 100 números al frente de The Amazing Spider-man y recientemente ha desatado cierta polémica que muy pronto comentaremos.

En Hasta el fin del mundo presenciamos la enésima venganza del Dr. Octopus, que lleva muriéndose desde el especial del número 600 debido a una enfermedad degenerativa que desarrolló tras sus múltiples combates contra el héroe arácnido. La principal diferencia con otras sagas es que la amenaza de Octavius es ahora a escala global y encima pone precio a la cabeza de Spidey, con lo que numerosos villanos intentarán darle caza. Este arco argumental cuenta con una trama bastante llamativa, algún momento trágico y una nueva e interesante alineación de los Seis Siniestros (Rino, Electro, El Camaleón, El Hombre de arena, Mysterio y el propio Octopus), si bien es cierto que la historia está demasiado alargada y que no pega demasiado con el carácter del personaje, en el sentido de que una amenaza de estas proporciones les iría bien a Iron Man o Los Vengadores, pero no tanto al cabeza de red, más ligado a los ambientes neoyorkinos, como prueba el prólogo, mucho más divertido que todo el arco en sí.


En el apartado gráfico llama la atención el trabajo de Stefano Caselli, dibujante solvente a la altura de lo que merece un cómic de Spider-man, con bastante atención al detalle. Lo único que se le puede reprochar es el diseño del traje que Spidey viste para la ocasión, parece una de las armaduras que Tony Stark desechó. Eso sí, el número dibujado por Humberto Ramos es horrendo, se nota que lo hizo demasiado rápido pues el acabado es bastante sucio y feo.

Hasta el fin del mundo es un arco argumental entretenido, con una buena galería de villanos y situaciones tensas para el personaje, pero que poco o nada aporta al bueno de Spider-man, sobre todo al alejarse tanto de su entorno habitual.

martes, 8 de enero de 2013

ParaNorman: La noche de los muertos vivientes


En un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra, el joven Norman es incapaz de relacionarse con sus compañeros del instituto debido a que posee un don muy especial: puede hablar con los muertos. Repudiado por todos, Norman será la única esperanza de los habitantes del pueblo cuando la maldición de una bruja desate una plaga de zombis que sembrarán el terror en la noche.

Gracias al éxito de películas como 28 días después, Amanecer de los muertos y sobre todo al triunfo del cómic Los Muertos Vivientes y de la serie de televisión basada en él, en la actualidad vivimos un renacer de la subcultura zombi, pues ahora es extraña la obra de ficción en la que estos apestosos seres de ultratumba (reflejo también del estado de la sociedad del momento) no aparecen. Como una nueva reinvención del género nos llega Paranorman, película de animación de los estudios Laika que presume de estar filmada con una prodigiosa técnica de stop-motion, pues no en vano los directores Sam Fell y Chris Butler aprendieron del maestro Henry Selick (responsable de Coraline, película con la que comparte estética).


Paranorman se sirve de varios homenajes al cine de terror y de los clichés de las películas de zombis para contarnos una historia que pronto nos sorprenderá al desviarse de las convenciones para plantearnos temas bastantes duros y ofrecer buenas dosis de crítica social al embrutecimiento de las masas. Además, cuenta con un héroe incomprendido, un joven ignorado por los adultos y el resto de niños (en la línea de la propia Coraline o de Víctor, protagonista de Frankenweenie) que se ve superado ante una situación extraordinaria y acabará mostrando un gran coraje y capacidad de esfuerzo. A todos estos ingredientes tenemos que sumarles abundantes toques de humor y una dirección artística cuidada hasta el más mínimo detalle que hacen de Paranorman una película sumamente entretenida y agradable para los sentidos.

Además de la depurada técnica de animación y de los parajes a los que nos transporta, llama la atención el tono oscuro de Paranorman, que permite a la película tratar temas de fuerte carga dramática en lo que a primera vista podría parecer una película para niños. Como curiosidad, en la versión original podremos disfrutar de las voces de los actores Kodi Smit-McPhee, Anna Kendrick, Casey Affleck o el gran John Goodman.


Homenaje al cine de terror, Paranorman es mucho más que una película de animación sobre zombis, ya que contiene incisivas críticas a la sociedad actual, personajes carismáticos, un lustroso acabado visual y sobre todo mucha diversión.

sábado, 5 de enero de 2013

Locke & Key: Bienvenidos a la casa de las llaves


Huyendo de su pasado, los miembros de la familia Locke se ven obligados a mudarse a la pequeña localidad de Lovecraft, Massachusetts. Allí les espera su nuevo hogar, la casa de las llaves, que ha pertenecido a su familia durante generaciones y parece el lugar perfecto para que Tyler, Kinsey, Bode y su madre intenten rehacer sus vidas. Sin embargo, un antiguo mal acecha en las sombras y pronto se manifestará para intentar descubrir los secretos que esconde el antiguo caserón, algunos de los cuales quizá sean demasiado peligrosos para ver la luz. ¿Lograrán los hermanos Locke detener esta amenaza y hacer de la casa su hogar?

Junto a Los Muertos Vivientes e Irredeemable, Locke & Key es uno de los cómics con una propuesta más interesante y un desarrollo verdaderamente original que he leído recientemente. Buena parte del mérito de este cómic le corresponde a Joe Hill, hijo de Stephen King y todo un descubrimiento como escritor de tenebrosas obras de ficción que en Locke & Key construye un gigantesco puzzle en el que juega con los clichés de las casas encantadas y emplea elementos de terror sobrenatural, comedia de instituto y ciencia ficción para construir personajes de carne y hueso que viven un profundo drama familiar como es la desintegración de la familia Locke, cuyos miembros deberán enfrentarse también a las terroríficas amenazas que ponen en peligro su frágil mundo.

El cómic avanza con mucho ritmo y cada nuevo volumen está lleno de sorpresas y situaciones límite, mientras que los lectores vamos descubriendo contados secretos del turbio pasado de la familia Locke y  de quienes les rodean. Pero la historia de Locke & Key no sería tan sobrecogedora sin el dibujo de Gabriel Rodríguez, que hace gala de un estilo amable y terrorífico al mismo tiempo, mostrando mucho cuidado por los detalles y que imprime en cada página toda una lección de narrativa secuencial, pues los diálogos y la acción se funden con las viñetas y fluyen atrapando al lector.



Hasta ahora he leído los tres primeros volúmenes de Locke & Key, Bienvenidos a Lovecraft, Juegos mentales y Corona de sombras, cada uno más absorbente que el anterior; pero antes de desvelar ningún detalle del argumento prefiero animaros a que les deis una oportunidad y los leáis, pues sin duda es uno de los cómics más refrescantes de la actualidad, un soplo de fresco para el terror y la intriga narrado por dos autores que derrochan talento y ganas de contar historias.