*Este post contiene detalles de la trama de la película.
Ocho años después de la muerte de Harvey Dent, Gotham vive una era de paz nunca antes vista, Batman ha desaparecido y Bruce Wayne vive recluido en la soledad de su mansión. Sin embargo, la llegada de Bane a la ciudad, mercenario al frente de la Liga de las Sombras de Ra's Al Ghul que planea continuar la labor de su maestro, obliga al señor de la noche a volver a la acción sin darse cuenta de la amenaza a la que se enfrenta. En la hora más oscura de Gotham, Batman deberá resurgir de sus cenizas y pedir ayuda al comisario Gordon, la ladrona Catwoman y el joven e idealista policía John Blake para dar una última esperanza a los habitantes de su ciudad.
En la última década, Christopher Nolan se ha afianzado como uno de los pocos directores actuales capaces de combinar la espectacularidad de cine de los grandes estudios con historias que tomen en serio a los espectadores, los desafíen y los sorprendan al mismo tiempo que en ellas se desarrollan los conflictos de unos personajes torturados bien definidos. Gracias a películas como Insomnio, El truco final y Origen, Nolan ha conseguido el reconocimiento del público y de la crítica, además de que ha ido progresando como cineasta y se ha rodeado de un equipo técnico inmejorable. Además, el sello de Nolan también quedó presente en Batman Begins y El caballero oscuro, dos películas brillantes que abordan la mitología del hombre murciélago desde una óptica realista, siempre respetando los cómics y el desarrollo de los personajes. Con The Dark Knight Rises se cierra la trilogía de Batman, y debo reconocer que en esta ocasión no he quedado nada convencido con esta película, creo que a los guionistas, los hermanos christopher y Jonathan Nolan, se les ha ido la mano y no han respetado el espíritu de las dos partes anteriores.
A parte del lapso temporal de ocho años, un tanto excesivo, la película tiene un buen comienzo: nos presentan a dos nuevos villanos tan diferentes como Bane y Catwoman, reaparecen antiguos personajes como Lucius Fox y el comisario Gordon y Batman se ve obligado a volver a la acción en la escena del asalto al edificio de la Bolsa, en la línea de lo visto en las anteriores entregas. Todo bien hasta la primera pelea entre Bane y el murciélago, en la que queda clara la superioridad física del villano y que es bastante fiel a los cómics. No obstante, a partir de aquí comienzan los sinsentidos y continúan hasta el final de la película.
El plan de Bane resulta bastante absurdo y nada definido, en el fondo quiere destruir Gotham siguiendo las directrices del malogrado Ra's Al Ghul, para lo cual va a detonar una bomba nuclear que la borrará de la faz de la Tierra; eso sí, antes dirige una pseudo-revolución en Gotham que instaura la anarquía en las calles (de la cual se extraen unas lecturas muy pobres acerca de la crisis actual) y homenajea a la saga de cómics Tierra de nadie. Mientras tanto, a Bruce Wayne (quien de la noche y la mañana ha perdido el control y la fortuna de Empresas Wayne) le encierran en una prisión-pozo en la que un anciano se dedica a curarle la espalda a golpes con un discurso nada elaborado acerca del miedo que echa por la borda lo conseguido en Batman Begins. A todo esto, el protagonismo de la película recae en John Blake, personaje introducido con calzador para lucimiento de Joseph Gordon-Levitt (quien no actúa nada mal), ya que su papel de policía honrado sería más propio de Gordon, que en esta entrega está bastante torpe y desdibujado. Continúa la película y, curiosamente, Bruce Wayne se recupera y escapa de la prisión poco antes de que estalle la bomba, nadie sabe cómo recorre medio mundo y llega a Gotham en un abrir y cerrar de ojos, listo para terminar con la revolución. Arranca el tramo final, y los absurdos giros argumentales se suceden sin piedad: una risible carga de la policía desarmada de Gotham contra terroristas mercenarios armados hasta los dientes, un combate torpe entre Batman y Bane, la revelación de que el villano no es más que un peón en manos de Talia Al Ghul, personaje superficial que tiene un final tan estúpido y precipitado como el de Bane; el "sacrificio" de Batman y la supuesta sorpresa de que el policía en realidad se llamaba John "Robin" Blake y de que se va a convertir en el heredero del señor de la noche.
Morgan Freeman tampoco se cree el final de la saga |
El principal problema con el que me encontré a la hora de ver The Dark Knight Rises es que todos estos giros argumentales arriba mencionados, más que sorprender y atrapar al espectador, le sacan de la historia y hacen que lo que se nos está narrando en pantalla resulte inverosímil; lo cual no sucedía con las anteriores entregas, que por supuesto tenían sus giros y elementos irreales, como toda película y obra de ficción, pero estaban tan bien construidas y eran tan coherentes consigo mismas que conseguían asombrar y emocionar contando la historia de Batman.
En The Dark Knight Rises me ha dado la sensación de que se les ha ido la mano demasiado con la historia, no sé si por lo alto que estaba el listón, el fenómeno que supuso El caballero oscuro, las presiones del estudio o las ganas de filmar una tercera entrega trascendente y épica, pero yo desde luego he quedado profundamente decepcionado con el cierre de la trilogía. Además, los personajes no resultan tan creíbles ni están tan bien perfilados como en las anteriores entregas: Alfred revela repentinamente a Bruce el secreto de Rachel de la anterior entrega, Blake (quien ya podría haberse llamado Dick Grayson para el "homenaje" que rinde a Robin como heredero del manto de Batman) adivina la identidad secreta de Bruce Wayne de forma incongruente, el plan y las motivaciones de Bane no están nada bien definidas, a parte de que no es más que un simple peón; Talia carece de profundidad y de la interesante relación con su padre y Bruce de los cómics; y lo más importante, Bruce Wayne jamás se jubilaría a tomar cafés en Florencia, su sentido de la culpabilidad y del deber y su relación con Gotham son tan fuertes que en cómics como El regreso del caballero oscuro y en la serie Batman Beyond le hemos visto ejerciendo como protector de Gotham ya anciano. Los únicos que me han convencido han sido Catwoman, con un enfoque interesante del personaje, y El Espantapájaros, y eso que apenas sale cinco minutos en pantalla.
Respecto al reparto, Nolan sabe rodearse de actores con mucho talento y potencial, aunque si lo más básico, la historia y el desarrollo de los personajes, falla, pocos pueden hacer estos grandes intérpretes con sus respectivos roles. Christian Bale no se luce tanto como en las dos anteriores entregas al dar vida a un Batman contradictorio y sin mucho desarrollo, mientras que Tom Hardy no consigue dar a su villano la complejidad y los matices necesarios a pesar de su trabajo físico y del acento británico exagerado del que dota a Bane, en buena parte debido a la máscara-bozal que le han puesto. Anne Hathaway está correcta sin más como Catwoman, el talento de Marion Cotillard se pierde con un personaje tan tramposo como es su Talia Al Ghul y Joseph Gordon-Levitt demuestra ser un actor que ha crecido mucho en los últimos años capaz de afrontar distintos papeles con la sobriedad necesaria. Gary Oldman no impresiona tanto como hizo antes con su retrato de Jim Gordon, muy desdibujado, y por suerte los veteranos Michael Caine y Morgan Freeman aportan su experiencia y enorme profesionalidad en cada fotograma en el que aparecen. Tampoco están nada mal Liam Neeson y Cillian Murphy en sus respectivos cameos, que aportan continuidad a la saga.
Aunque a nivel argumental no me haya convencido lo más mínimo, hay que reconocer que The Dark Knight Rises tiene una factura técnica impecable. Como escribía más arriba, Christopher Nolan se ha rodeado de un equipo técnico formado por grandes y reconocidos profesionales. En este aspecto destacan la edición de sonido, el montaje de Lee Smith y la fotografía de Wally Pfister, que siempre se mueve entre tonos ocres y azules. Tampoco está nada mal la banda sonora de Hans Zimmer (en esta ocasión han dejado fuera a James Newton Howard), quien repite las conocidas sintonías de las anteriores entregas y compone dos nuevos temas, uno para cada villano, con sus correspondientes variaciones.
Puede que The Dark Knight Rises resulte entretenida como taquillazo veraniego de buena factura a pesar de sus casi tres horas de duración, pero a mí desde luego que no me ha convencido como película ni como cierre de una saga que nos había ofrecido dos grandes filmes, había cambiado el modo de hacer cine de superhéroes y lo más importante, había respetado el espíritu de un icono de los cómics y de la cultura popular como es Batman. Lo poco que me ha gustado de este "renacimiento de la leyenda" ha sido más por nostalgia de las anteriores entregas del Batman de Nolan, por volver a escuchar la banda sonora en una sala de cine y por los homenajes tanto a Batman Begins como a El caballero oscuro que por la historia en sí que The Dark Knight Rises nos cuenta.