jueves, 31 de diciembre de 2009

Mike Lee's selection for 2009

Siguiendo con la tradición iniciada en 2008, al terminar el año desde What's the rumpus? recomendamos diez títulos estrenados a lo largo de 2009 que han llamado nuestra atención por diversos motivos y merecen ser destacados en el panorama cinematográfico:

*Coraline: En su esperado regreso al stop-motion, el director Henry Selick adapta el recomendable libro de Neil Gaiman con sumo detalle, ofreciéndonos una película cuidada y rebosante de fantasía.

*Moon: Homenaje a títulos de ciencia ficción como 2001: Una odisea en el espacio o Blade Runner, Moon combina su artesanal puesta en escena con la compleja actuación de Sam Rockwell y una banda sonora poderosa, lo que nos hace fijar la atención en el trabajo de su debutante director, Duncan Jones.

*El Curioso Caso de Benjamin Button (2008): La vida de un personaje tan peculiar como los protagonistas de Big Fish o Forrest Gump narrada a través de los tiempos por David Fincher, quien emplea efectos especiales nunca vistos en el envejecimiento de los actores en una historia tan emotiva.

*Public Enemies: El nuevo filme de Michael Mann puede presumir de una ambientación de lujo y de sólidas interpretaciones, además de mostrarnos la delgada línea existente entre héroes y villanos en una época convulsa.

*Star Trek: El ingenio de J.J. Abrams revive la saga espacial con frescura, acción, aventura y, sobre todo, buen hacer. Un reparto de lo más adecuado, una vuelta de tuerca a los orígenes y una banda sonora de lujo aseguran el éxito de la tripulación del Enterprise.

*District 9: El descubrimiento del director Neill Blomkamp y el actor Sharlto Copley en una cinta refrescante para el género de la ciencia ficción, con una propuesta original sobre invasiones alienígenas y sus consecuencias al mismo tiempo que mezcla técnicas de realización.

*Up: Un acierto más para los estudios de animación Pixar, película imaginativa y muy bien llevada, gozando como siempre de la mejor calidad en animación digital para los personajes más entrañables.

*Gran Torino (2008): En su último trabajo como actor y director al mismo tiempo, Clint Eastwood firma una obra que homenajea a su carrera a la vez que trata temas de máxima actualidad con la franqueza necesaria.

*El Luchador (2008): Duro relato de las andanzas de un hombre que no se dejó tumbar, con la vuelta a la gloria de Mickey Rourke. Verdades como los desgastados puños del luchador y gran canción de Bruce Springsteen.

*Avatar: La espera ha merecido la pena; James Cameron abre la puerta al futuro de las grandes producciones con la incorporación de una nueva tecnología 3D a los efectos digitales en una titánica y emotiva película cuidada hasta el mínimo detalle.

2009 termina, pero, ¿qué nos espera en 2010? En este enlace damos un pequeño repaso a algunos títulos llamativos, si bien al empezar el año llegará la etapa de los Oscar con todos sus nominados (como Up in the Air o Invictus) y posteriormente vendrán secuelas (Iron Man 2), remakes (Furia de Titatnes), nuevas versiones (Alice in Wonderland, Robin Hood) o propuestas inquietantes (Inception).

Para terminar, sólo queda desearos a todos un Feliz 2010.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Avatar: Bienvenidos al futuro

Año 2154. La Tierra perdió su fertilidad hace tiempo, y ahora los humanos buscan desesperadamente nuevos mundos que explotar, como es el caso de Pandora, rico en materias primas y poblado por criaturas extrañas, entre las que se encuentran las tribus de Na'vi, esbeltos y ágiles nativos que viven en consonancia con la naturaleza. Con la misión de conocerlos llega el ex-marine Jake Sully, que cambiará su tullido cuerpo por el de un Avatar Na'vi y cuyo mundo se alterará al entrar en contacto con la belleza natural de Pandora y sus habitantes.

La odisea emprendida por el director James Cameron hasta conseguir estrenar Avatar el 18 de diciembre de 2009 es, como poco, digna de mención. Cameron saltó a la fama con la secuela de Alien, y fue con la creación de otra saga mítica de ciencia ficción como Terminator cuando su genio y ambición quedaron patentes. Tras la obra maestra de acción que es Terminator 2 (que contribuyó de manera más que notable a la consolidación de imágenes generadas por ordenador en el mundo del cine) y la entretenida Mentiras Arriesgadas, el director canadiense empezó a idear los conceptos que explotaría en Avatar; pero antes llegó Titanic, con la que obtuvo el reconocimiento de la Academia. Después de varios años inactivo encargándose sólo de documentales, la hazaña de Peter Jackson con la adaptación de El Señor de los Anillos demostró a Cameron que una nueva revolución en efectos especiales digitales se avecinaba, con que en 2005 se puso manos a la obra para desarrollar una tecnología de 3D y captura de movimiento totalmente nueva que le permitiera realizar su ambicioso proyecto. Unos años más tarde la espera ha terminado, el resultado de Avatar (la película más costosa del momento, con unos 460 millones de dólares a sus espaldas) no podría haber sido mejor; llega para presentarnos una nueva era de efectos visuales que incluyen el salto a tres dimensiones.


En un mundo en que predominan remakes innecesarios y adaptaciones de todo lo posible e imposible, Cameron firma su propio guión original para presentarnos la historia de Avatar, alegoría de la conquista del Oeste americano con toques de Bailando con lobos e influencias de las aventuras espaciales de Star Wars o las batallas épicas de El Señor de los Anillos; lanzando mensajes de la máxima actualidad y desarrollando una película que goza de un ritmo trepidante y no da descanso en sus casi tres horas de duración, haciendo gala al mismo tiempo de una dirección impecable e inteligente, con el reto que supone filmar directamente en paisajes de tres dimensiones creados digitalmente.


Hasta ahora, el 3D se había aplicado a ciertas cintas de animación en que se dotaba de mayor profundidad a los escenarios y formas de los personajes. Con Avatar esta técnica da un paso de gigante, pues gracias a la nueva tecnología desarrollada consigue introducir a los espectadores en la película y hacernos partícipes del descubrimiento de la belleza natural de Pandora por parte de Jake, ya sea en la recreación de los más curiosos parajes naturales habitados por extrañas criaturas o en las batallas más cruentas. Alcanzar este nivel de realismo nunca antes visto no ha sido fácil, por lo que ha requerido los esfuerzos de WETA Digital (el estudio de Peter Jackson) y la colaboración del Industrial Light & Magic de George Lucas y los sucesores de Stan Winston (quien ya trabajó con Cameron en la creación de Terminator) para conseguir un perfecto acabado final y aumentar la eficacia de la performance capture.



A una impecable factura técnia hay que sumarle no sólo el buen hacer de Cameron, sino una impresionante banda sonora compuesta por James Horner, que combina la sinfonía característica de John Williams con temas más étnicos, y un destacado reparto: un más que adecuado Sam Worthington (una de las nuevas promesas de Hollywood a quien ya vimos en Terminator Salvation) con el que es fácil simpatizar, la expresividad de Zoë Saldana (vinculada a la ciencia ficción desde Star Trek) al servicio de Neytiri, Stephen Lang como el despiadado Coronel Quaritch o las correctas Sigourney Weaver y Michelle Rodríguez.


La larga espera merece la pena si nos encontramos con una maravilla como Avatar, una experiencia única y emocionante capaz de sumergirnos en un mundo por descubrir, que al mismo tiempo que ofrece nuevas posibilidades tecnológicas para películas venideras nos presenta situaciones mágicas y personajes a los que acompañar a lo largo de un viaje trepidante en busca de la pura aventura.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Cell: No cojas el teléfono

El 1 de octubre podría haber sido uno de los días más felices en la vida de Clayton Riddell. Tenía la sensación de que todo iría viento en popa tras vender su cómic Caminante Oscuro a la compañía Dark Horse, por lo que poco sospechaba que unas simples llamadas telefónicas cambiarían su destino y el de toda la humanidad. Todos aquellos que usaron su teléfono móvil después del fenómeno conocido como El Pulso se vieron trasladados a una existencia regida por la agresividad primitiva, y es en un mundo dominado por semejantes seres donde Clay y un reducido grupo de supervivientes como Tom y Alice deberán encontrar su camino hacia la salvación y la esperanza.

Esta es la premisa argumental de Cell, una de las novelas más recientes del maestro del terror contemporáneo, Stephen King. Con una estructura de búsqueda recurrente en otros trabajos del autor, Cell nos muestra un mundo apocalíptico en que las frágiles estructuras sociales humanas quedan reducidas a cenizas por las redes de comunicaciones globales que tan rápido hemos aceptado. De un día a otro, las ciudades se vuelven lugares inhóspitos y el mundo entero regresa a una edad de absoluta oscuridad, con habitantes en los que priman los instintos asesinos que deberán aprender a convivir si quieren hacerse un hueco en el nuevo orden.

Cell arranca directo al grano, con un comienzo espectacular que sorprende a los lectores. A lo largo de sus páginas se entremezclan situaciones terroríficas con otras macabras, momentos de ternura y otros sobrecogedores, todo ello narrado con pulso y agilidad, sin pasajes densos que cambien el ritmo. Además, la novela supone un claro homenaje a las películas de zombis de George Romero y al libro Soy Leyenda de Richard Matheson, de temática similar; al mismo tiempo que recoge conceptos como el Ello de Freud o los patrones de acción fijos de Lorenz para remarcar la conducta agresiva que subyace en todos los humanos por naturaleza y que puede despertar fácilmente.

Al igual que otras obras de Stephen King, Cell no sólo se sitúa en un contexto actual con multitud de referencias a la cultura popular y expresiones coloquiales, sino que pasa a formar parte del universo particular que conforman los libros del autor. El protagonista de Cell, Clayton Riddell, es un artista (como siempre, los personajes principales suelen ser pintores o escritores) que trabaja en un ambicioso proyecto que resulta ser una versión en cómic de La Torre Oscura. Ante una situación de caos extremo no dudará en emprender una arriesgada búsqueda de su familia, es decir, de su mujer e hijo (de nuevo compuesta por tres miembros, nada disfuncional); y para ello partirá hacia Maine, estado natal de King en cuyos parajes se desarrollan la gran mayoría de sus historias. Para terminar, y después de todas las barbaries presenciadas por los personajes, Cell nos deja un soplo de esperanza, presente también en títulos como La Niebla.


Una novela recomendable y entretenida, con el sello inconfundible de este autor norteamericano que plantea temas interesantes en la sociedad actual, tan preocupantemente dependiente de las nuevas tecnologías y la información.

viernes, 25 de diciembre de 2009

¿Cómo le va al tío Millar?

Hace un tiempo comentamos en este blog la jugada del guionista escocés Mark Millar en Marvel, donde iba a encargarse de varias series al mismo tiempo y la mayoría de ellas llegarían a tener elementos en común, si bien la situación actual ha sufrido varios cambios respecto a la inicial: 1985 terminó igual que empezó, siendo un sentido homenaje a los cómics de la época; Ultimate Avengers no acaba de convencer con un estilo demasiado explotado y la nueva versión de Cráneo Rojo, además el dibujo de Carlos Pacheco perjudicado seriamente; y Kick Ass desvaría al acercarse a sus números finales y próxima película.

Otra de las sagas que escribió este guionista es El viejo Logan, que nos sitúa en un futuro sin superhéroes, cuando un anciano Lobezno deberá enfrentarse al mundo que le rodea. Número a número vamos conociendo el destino final de los superhéroes y el panorama futuro en general, siendo éste el punto más llamativo y conseguido de todo el arco argumental. Sin embargo, en el episodio final Millar tira la casa por la ventana y desata la furia de Logan para acabar con todo aquel que se haya interpuesto en su camino y hacer gala del estilo gamberro que caracteriza al escocés. Aún así, El viejo Logan resulta una saga amena de seguir, con referencias a películas como Mad Max o Sin Perdón, que cuenta con el estupendo Steve McNiven en el apartado gráfico para demostrar su talento y que, probablemente, tendrá una secuela.

A punto de terminar se encuentran Los 4 Fantásticos de Millar y Hitch. La primera aventura de 4 números sirvió de introducción a conceptos desarrollados en la segunda, y desde aquí la colección se ralentizó a un ritmo alarmante: siguieron un par de números de relleno que presentan la futura llegada del misterioso Maestro de Muerte y otros dos capítulos dedicados a una divertida historia familiar inspirada en conceptos del escritor H.P. Lovecraft. Como colofón, el advenimiento de los maestros del Doctor Muerte a la Tierra se supone que traerá consecuencias trágicas para la primera familia, pero los números transcurren y poco o nada trascendente sucede en ellos. Si a esto le sumamos el encareciemiento de las grapas mensuales por parte de Panini (justificado con la inclusión de la portada en el cómic, por si no teníamos bastante con la inicial), podemos asegurar que la actual etapa de Los 4F no redefinirá al grupo de superhéroes en absoluto; se limita a ofrecernos una serie de argumentos encadenados en mayor o menor medida entretenidos y en ocasiones alargados sin necesidad. Por suerte la colección cuenta con Bryan Hitch a los lápices, que si bien necesita un equipo entero de entintadores para acabar cada cómic a tiempo y no alcanza el nivel mostrado en ocasiones anteriores, termina aportando un trabajo notable.

El resultado actual de las series escritas por Millar dista bastante de lo prometido, así que esperamos impacientes el final de aquellas que aún no han terminado y noticias sobre sus futuros proyectos.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Where the Wild Things Are: Donde viven los monstruos


Junto con las obras del Dr. Seuss, uno de los cuentos infantiles más populares de la cultura estadounidense es Where the Wild Things Are, de Maurice Sendak, en el que el pequeño Max es castigado por su madre y para evitar estar encerrado en su habitación imagina un viaje a una tierra habitada por monstruos, en la que se convierte en rey. Con este breve cuento como base, el director Spike Jonze (amigo de los también peculiares Michel Gondry y Charlie Kaufman) construye una película que explora el viaje de Max y las consecuencias que tendrá en su crecimiento como persona.

Al igual que un buen número de historias infantiles que exploran el complicado proceso de madurez y el paso a la edad adulta de sus protagonistas, Where the Wild Things Are nos presenta al imaginativo Max sumido en el mundo actual en que es ignorado por todos, incluyendo su propia familia. Ante esta situación, decide embarcarse en un largo viaje a una isla poblada por monstruos de complejas personalidades, representando cada una las dudas internas del niño; y es en este punto donde la película se toma más libertades con respecto al original, en el desarrollo de los personajes y sus relaciones, que luego desembocarán en un final inevitable.

Con tan variopintos monstruos, Jonze construye una película divertida, amable y emotiva; si bien puede resultar un poco larga y la dirección demasiado inquieta por momentos. Su mayor acierto es, sin duda, la recreación de los habitantes de la isla salvaje, mezcla de marionetas del tipo Dentro del Laberinto con animación digital para sus expresiones faciales y movimentos más espectaculares, que además cuentan con las voces de actores como James Gandolfini, Paul Dano o Forest Whitaker. A esto hay que sumarle su cuidada banda sonora, tanto las composiciones propias de Carter Burwell como el arreglo de canciones estilo Wake Up.


Where the Wild Things Are resulta una adapatación digna y original, un canto a la imaginación que destaca sobre todo por la caracterización de sus peludos y entrañables personajes y pone de manifiesto, una vez más, el preocupante desinterés por la infancia del mundo actual.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Planet 51: Llegaron de otro mundo


¿Qué pasaría si, por una vez, los seres procedentes del espacio exterior que visitasen un idílico planeta fuéramos nosotros, los humanos? Con esta premisa argumental arranca Planet 51, película desarrollada por los estudios de animación españoles Illion que nos cuenta la odisea de Chuck Baker, astronauta terrícola que se ve atrapado en el Planeta 51, habitado por seres verdes que viven en su propia versión de los años 50; y entre los que encontrará el apoyo del joven Lem para poder volver a casa.

Dirigida por Jorge Blanco, Marcos Martínez y Javier Abad, la película cuenta con un estupendo guión firmado por Joe Stillman (responsable de la ya mítica Shrek y su secuela) que no da un respiro al espectador, ofreciéndonos una historia fresca como pocas, con un ritmo trepidante, personajes de lo más peculiares y mucho humor; dejando, literalmente, "con el culo al aire" a un buen número de largometrajes españoles producidos por los ya conocidos grupos de amigotes que nos intentan vender sin cesar, dando lugar a las situaciones más ridículas posibles.



Volviendo a Planet 51, este filme nos muestra una aventura de lo más entretenida que gira en torno a la la amistad y el choque entre el mundo alien y el humano. Además de contar con una estupenda animación cuidada hasta el detalle, la película está repleta de guiños y referencias a títulos emblemáticos de ciencia ficción (Alien, E.T., Ultimátum a la Tierra, Star Wars o Terminator, por citar unos pocos) y toda la recreación del planeta extraterrestre con sus habitantes inmersos en la década de los 50 de Estados Unidos resulta, como mínimo, asombrosa.

A pesar de tratarse de una película producida con dinero español, actores de renombre internacional ponen voz a los personajes y se lo pasan en grande: Dwayne Johnson, Jessica Biel, Justin Long, Sean William Scott o los británicos Gary Oldman y John Cleese. Además, cuenta con una banda sonora que comprende temas de lo más adecuados para las situaciones planteadas como Lollipop, Mr. Sandman o Grease Lightnin' .

Con Planet 51 nos encontramos ante una película de lo más recomendable, entretenida, fresca y divertida, que supone un avance gigantesco para la animación española y nos hace felicitar y poner nuestras esperanzas en el equipo de Illion, capaz de desarrollar un largometraje de animación con inteligencia y humor.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

A Christmas Carol: Cuento inmortal

Hace ya algo más de 160 años que Charles Dickens escribió el mítico Cuento de Navidad, cuyos protagonista, fantasmas del pasado, presente y futuro y moraleja pueden considerarse de dominio común, al igual que otros tantos personajes literarios. En el mundo del cine no han sido pocas las ocasiones en que se ha trasladado a la gran pantalla, contando con versiones de Disney o los Teleñecos y con actores como Albert Finney o Michael Caine en el papel principal.

Ahora llega el turno de Robert Zemeckis, distinguido director responsable de títulos tan recomendables como Regreso al Futuro, Forrest Gump y Náufrago, que adapta este cuento navideño con la técnica de animación y captura de movimiento que ha utilizado y perfeccionado en sus últimos largometrajes (Polar Express y Beowulf). Dando un paso más en esta parcela de animación, Zemeckis firma el guión de una película que casi sigue al pie de la letra la obra original, cambiando varias situaciones para aportar ritmo a la historia con trepidantes persecuciones o momentos de suspense y haciendo gala de un pulso excepcional en la dirección, incluyendo travelling y secuencias por la ciudad de Londres que pueden dejarnos sin aliento.


A la cabeza de reparto nos encontramos a Jim Carrey haciendo de las suyas, dando vida a Scrooge en todas sus edades y a los espíritus de las Navidades Pasadas, Presentes y Futuras; aportando algunos de sus gestos tan particulares para dar personalidad propia a estos personajes. Le acompañan Gary Oldman (también interpretando varios papeles gracias a esta técnica de animación), Colin Firth, Robin Wright Penn (habitual del director) y Bob Hoskins (quien hace tiempo trabajó con Zemeckis en ¿Quién engañó a Roger Rabbit?), todos ellos pasándoselo en grande en sus respectivos roles.

Que unos pocos actores puedan interpretar varios papeles es una de las ventajas que presenta esta técnica de captura de movimiento que Zemeckis ha desarrollado a lo largo de sus tres últimos trabajos. En un principio se criticó que los personajes, una vez animados, carecían de vida; pero con el tiempo y la incorporación del 3D no son pocos los directores que se han interesado por esta tecnología: sin ir más lejos, James Cameron ha creado la suya propia para la inminente Avatar, Burton ha hecho lo mismo para su versión de Alice in Wonderland y Spielberg se encuentra inmerso en el rodaje de Tintín con herramientas similares. En Cuento de Navidad, este tipo de animación funciona con total eficacia al recrear el Londres de la primera mitad del siglo XIX con todo lujo de detalles en escenas dinámicas, además de cuidar rasgos de personajes como arrugas, cabellos y hasta manchas de la piel; todo esto acompañado por unos cuantos arreglos a famosos villancicos, cortesía del compositor Alan Silvestri.





Aunque nos presente una historia muchas veces contada, la versión de Cuento de Navidad de Robert Zemeckis no es para nada aburrida al narrarnos la última oportunidad de Ebenezer Scrooge con agilidad, dinamismo, actores entregados y una técnica de animación en desarrollo que dará mucho que hablar en el futuro.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Expocómic 2009


El pasado fin de semana se celebró en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo de Madrid la 12ª Edición de Expocómic, y What's the rumpus? tuvo ocasión de acudir a tan señalado evento, cita obligada para todo amante del noveno arte, ya sea aficionado o profesional.

Como es habitual, Expocómic consiguió reunir a autores de proyección internacional con talentos patrios, ofrecer encuentros y sesiones de firmas con ellos, mostrar exposiciones de originales de lo más interesantes y poner a disposición de los visitantes un buen número de puestos en los que encontrar los números y materiales más diversos (todo esto a pesar de la crisis económica que azota el país, lo cual ya es de alabar).

Al igual que en anteriores ocasiones, a medida que transcurrían los días el salón se llenaba de más y más aficionados, unos haciendo gala de los cosplay más extravagantes y otros a la caza de gangas. Afortunadamente, tuve ocasión de encontrar unos pocos ejemplares curiosos (si bien algunas de las novedades mensuales en grapa brillaban por su ausencia); conocer a Íñigo Aguirre, autor de la recomendable y fresca propuesta llamada Ibéroes (que pronto comentaremos por aquí) y de encontrarme con AZA, responsable de la desternillante Pardillos, quien tuvo el detalle de dedicarme los ejemplares y de incluir mi dibujo sobre la serie en el tercer volumen. ¡Mi más sincera enhorabuena por haber conseguido el Premio al Mejor Cómic Online!
Además, pude asistir a una charla acerca de la influencia del cómic en las series de televisión y en el cine con dos autores que se han visto implicados en estos procesos, Adi Granov y Tim Sale (aunque el entrevistador se tomó ciertos aspectos a guasa cuando no era conveniente). Otro dibujante que no faltó a la cita fue Salva Espín, ganador del Premio al Autor Revelación que cuenta con un trabajo de lo más prometedor en Marvel y tuvo la amabilidad de dedicarme un boceto.


Para terminar, me gustaría saludar a todos aquellos compañeros de afición y fatigas que pasaron por allí (Oneyros, Yota, The Korinthian, Harry...) y desear suerte a la organización para que pueda continuar realizando este evento unos cuantos años más.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Paranormal Activity: ¿Hay alguien en casa?

La semana pasada What's the rumpus? tuvo ocasión de acudir al preestreno de Paranormal Activity, considerada una de las películas más rentables del momento: en 2007, su director, Oren Peli, realizó con escasos medios un filme de terror en que una pareja era acosada por un espíritu en su casa y decidía grabar cualquier suceso extraño para poder hacerle frente. Poco a poco, esta película fue ganando popularidad y distribución en su país de origen, hasta llegar al punto de contar con el visto bueno del mismísimo Steven Spielberg. Ahora, un poco tarde (pero por votación popular) llega a nuestros cines.

En realidad, Paranormal Activity no resulta una de las películas más terroríficas estrenadas recientemente; contiene unos cuantos sustos repartidos por su metraje que normalmente se ven venir. Grabada cámara en mano como ya hicieran El Proyecto de la Bruja de Blair, [REC] o Monstruoso, son pocas las innovaciones que presenta, si acaso las escenas nocturnas y sus FlashForward.

¿Dónde reside, pues, el éxito de esta película? Tal vez Paranormal Activity sea un filme sencillo y sincero, que no tiene intención más que de entretener y lo consigue sin abusar de la sangre y pretensiones de otras cintas de terror actuales; cuenta con unas actuaciones más o menos eficaces por parte de los protagonistas Micah y Katie y guarda ciertos parecidos con títulos como Poltergeist (tal vez atrapó a Spielberg al recordarle a su guión para esta película).


En cuanto a su director, Oren Peli, ya se encuentra trabajando en Area 51, un nuevo proyecto de terror con alienígenas, y en una secuela para la mencionada Paranormal Activity, que, a pesar de no lograr impactarnos tanto como promete, nos entretiene sin complicaciones durante un tiempo.