sábado, 31 de julio de 2010

El Equipo A: Siempre hay un plan

Resulta preocupante lo poco que se arriesgan las grandes productoras cinematográficas en la actualidad. En lugar de apostar por argumentos originales, en la mayoría de los casos se limitan a jugar sobre seguro con remakes de otras películas y series de televisión de los años ochenta del pasado siglo, como prueban los inminentes estrenos de Karate Kid, Predators, Pesadilla en Elm Street, Tron Legacy o Wall Street 2, que ya tienen ganada la nostalgia de los espectadores. En este mismo grupo podríamos incluir a El Equipo A, adaptación de la famosa serie de televisión (esperada desde hace años) y que, con la aparición de las primeras imágenes y tráilers, auguraba un despropósito de grandes proporciones.



Nada más lejos de la realidad, por fortuna. La recién estrenada versión de El Equipo A resulta una película de lo más entretenida y divertida, una digna actualización de la serie que mantiene el respeto por el material original. Tras la cámara nos encontramos a Joe Carnahan, "regulero" director heredero de los estilos de Tony Scott (productor del filme que nos ocupa) y Michael Bay, como prueban las inquietas escenas de acción. Carnahan ha contado con un nutrido equipo de guionistas, y todos juntos han filmado una película repleta de bromas y secuencias de vértigo ideal para estas fechas; a diferencia de las absurdas peripecias de Tom Cruise y Cameron Díaz en Noche y Día.

Uno de los mayores aciertos de El Equipo A reside en su reparto, especialmente en su cuarteto protagonista, quienes se han encontrado con la difícil tarea de interpretar a unos personajes emblemáticos y la han cumplido con creces. Liam Neeson canoso fuma puros y traza planes como pocos, Bradley Cooper hace de guaperas con soltura, el gran Sharlto Copley nos brinda algunos de los momentos más desternillantes gracias a su Murdock y mientras Quinton "Rampage" Jackson da la talla como M.A. Estos cuatro constituyen los pilares fundamentales de la película, pero tampoco les viene mal verse acompañados por los secundarios Jessica Biel, Patrick Wilson o John Hamm, que poco tienen que aportar.

A modo de actualización, la película comienza presentándonos a los protagonistas para luego dar paso a sucesivos planes imposibles, disfraces, humor, guiños a la serie (atención a la escenas tras los créditos) además de a películas como El bueno, el feo y el malo o Indiana Jones en dos horas bien aprovechadas; todo esto acompañado por la banda sonora firmada por un poco inspirado Alan Silvestri, de la cual sólo destaca la clásica sintonía.



Revisión entretenida y refrescante de la serie, El Equipo A constituye la cinta de acción ágil con acertados toques de comedia que el Hannibal, M.A., Murdock y Fénix se merecían. Ya se sabe, si tienen algún problema y si los encuentran, quizá puedan contratarlos.

domingo, 25 de julio de 2010

Toy Story 3: Evasión en la guardería


Hace quince años, el estreno de Toy Story supuso un hito en la historia de la animación al tratarse de la primera película animada digitalmente en su totalidad, además de representar el cine con mayúsculas y presentar a personajes inolvidables que nos ayudaban a recapacitar sobre el valor de la amistad. Cuatro años después, sus responsables, los estudios Pixar, seguían consolidando su trayectoria fílmica, para lo cual se embarcaron en la arriesgada secuela Toy Story 2, que logró estar a la altura de su predecesora al mismo tiempo que introducía nuevos personajes con los que reflexionar acerca de la identidad personal. Han pasado once años en los que hemos podido disfrutar de auténticas obras de arte como Monstruos S.A., Buscando a Nemo o WALL•E, y una vez más la magia se ha repetido.



Detrás de la tercera y última parte de la saga nos encontramos con Lee Unkrich, eso sí, acompañado en el guión y la producción por Andrew Stanton, John Lasseter y compañía, artífices todos ellos de una maravilla. En ella, el tiempo también ha pasado para los juguetes, y ahora que Andy se ha hecho mayor y está a punto de empezar la universidad, Woody, Buzz y sus compañeros se enfrentarán a un futuro incierto. Este argumento da pie a la aventura pura, el humor y la acción más trepidante en una película de distintos niveles en los que se tratan temas tan dispares como el drama de crecer, la amistad, la familia, el sacrificio, el olvido e incluso la muerte, estando presentes ciertas dosis de crítica al mundo actual, en especial a la rápida desinfantilización de los niños en la sociedad de consumo.

Ya lo comprobamos con Up, pero de nuevo vemos cómo la animación digital avanza a pasos de gigante en una película técnicamente perfecta, en la que continúan los guiños a los anteriores trabajos de Pixar, así como la clara influencia del cine clásico junto a las referencias a títulos como La Gran Evasión, Star Wars, Totoro e incluso Casino, todo ello acompañado por la banda sonora de Randy Newman.



Por si no tuviéramos poco con la película, la precede el cortometraje Day & Night, fusión de animación tradicional con la digital y las posibilidades del 3D, todo un canto a la imaginación en un festival de contrastes.

¿Algo que objetar? No como película, pero sí como secuela. Al tratarse de una continuación, se pierde parte de la frescura vista en propuestas tan originales como Up, pues el argumento sigue una estructura similar al de las entregas anteriores: debido a un equívoco, los juguetes se ven separados de Andy, con quien intentarán regresar gracias a la clarividencia de Woody (de nuevo enfrentándose al colectivo) y la habilidad de Buzz. En este aspecto también choca la eliminación sin más de un buen número de personajes secundarios como la pastora Bo y otros juguetes de Andy, hecho que se menciona brevemente en la cinta pero que, tratándose de Pixar, se podría haber resuelto de un modo mucho más brillante.



Dudo que posts como éste puedan hacer justicia a lo que la saga Toy Story ha supuesto para los espectadores que quedamos ligados emocionalmente a ella desde su fascinante primera parte. Llegó el momento de disfrutar de su trepidante final, no se lo pierdan.

martes, 20 de julio de 2010

Knight & Day: Las aventuras de Tom y Cameron

June es una mujer despistada que se dedica a reparar coches antiguos hasta que un día, cuando se dirige a la boda de su hermana pequeña, se topa con Roy Miller, quien cambiará su vida para siempre. Roy resulta ser un agente secreto al que todos persiguen, ya que en sus manos se encuentra la solución a la crisis energética, y una vez June entra en su mundo no la dejará escapar fácilmente.

Cuando apareció el tráiler de esta película, no pude sino sorprenderme al descubrir que James Mangold estaba detrás de ella, director de títulos tan recomendables como Identidad, En la cuerda floja o El tren de las 3:10, todos magníficos dentro de sus respectivos géneros. Ahora bien, con Knight & Day (traducida aquí como Noche y Día, perdiéndose el juego de palabras original) Mangold firma una comedia romántica ambientada en el mundo de la acción y el espionaje al estilo Misión Imposible, en la que un agente secreto se enfrenta a todos para salvar al mundo y de paso conquistar a la chica, lo cual supone una elección cuanto menos extraña tratándose del citado director. Eso sí, su labor es sin duda lo más destacable del conjunto, pues se nota la cuidada planificación de las escenas de acción, sin recurrir a los mareantes planos-segundo de Michael Bay y compañía.



Por su brevedad y bromas puntuales, ritmo no le falta al filme; pero finalmente termina cayendo por su propio peso y una serie de incongruencias que marcan el acabado de la película. Si a una historia ya de por sí predecible se le añade un conjunto de situaciones cada vez más inverosímiles, nos encontramos ante un título ni siquiera digno para las fechas veraniegas.al que nuestro querido Jason Bourne tiene mucho que enseñar. Encima nos topamos con el tremendo gazapo de los sanfermines, aquí retratados como un batiburrillo de fiestas populares españolas que incluyen las procesiones de Semana Santa y los cabezudos, celebrados todos a la vez en Sevilla.

El reparto tampoco ayuda, con la simplona intervención de Tom Cruise parodiando a Ethan Hunt y una histriónica Cameron Díaz repitiendo el papel que ha hecho en tantas comedias. Les acompañan pintorescos secundarios que poco aportan al reflejar estereotipos: Viola Davis como la jefa comprensiva, Peter Sarsgaard de agente turbio, Paul Dano haciendo de joven brillante en ciencias y Jordi Mollá en el papel de un mafioso español; uniéndose así a la lista de traficantes barbudos interpretados por actores españoles en la que figuraban Javier Bardem y Luis Tosar por Collateral y Corrupción en Miami, respectivamente.



Poco aporta la convencional banda sonora de John Powell a una película divertida por momentos pero vacía en su resultado final, de la que sólo rescataría la labor de su director, quien esperemos vuelva pronto con un proyecto de la calidad a la que nos tiene acostumbrados.

domingo, 18 de julio de 2010

Elemental, querida Beckett

En la línea de las novelas policíacas, no son pocas las series actuales que se basan en el ingenio y excentricidades de su protagonista, quien demostrará su talento resolviendo los asesinatos más inverosímiles en compañía de agentes de la ley con menor agudeza deductiva. Entre muchos otros ejemplos, nos encontramos con Grissom en CSI, el ex-detective Monk, Cal Lightman en Miénteme, El Mentalista e incluso House, mismo esquema llevado al campo de la medicina.



En este grupo de series también se incluye Castle, ficción del canal abc que desde su discreto estreno el verano pasado ha conseguido notables audiencias y la garantía de una tercera temporada. Con un planteamiento similar al de los títulos citados, se centra en Rick Castle, escritor superventas que se convierte en asesor de la unidad dirigida por la detective Kate Beckett en la policía de Nueva York mientras de paso busca inspiración para su próxima novela. Pero, ¿en qué se diferencia Castle del resto de series?

Sencillamente, en el carácter de su protagonista. Sus constantes comentarios sarcásticos, ácidos e ingeniosos hacen único al bocazas de Castle, magistralmente interpretado por Nathan Fillion, quien aporta al personaje el carisma y soltura que necesita. El secreto no sólo reside en el escritor, sino en el círculo de personajes que le rodea. Desde su disfuncional familia, formada por una hija adolescente y una madre ligeramente alcohólica, a los escritores compañeros de timbas de póker o, sobre todo, la unidad de la policía con la que colabora. Enriquecen su mundo la camaradería de Ryan y Espósito, la simpatía de la forense y especialmente su vínculo (que siempre parece que pueda ir a más) con Beckett, férrea detective obsesionada con su trabajo.

A medida que avanza la serie, las mencionadas relaciones se irán fortaleciendo, nuevos personajes entrarán en escena y los casos que investigan tocarán temas de actualidad social como los celos, las campañas políticas, herencias, corrupción empresarial, e incluso la fiebre por los vampiros o por las cantantes adolescentes, con lo que los espectadores no quedarán indiferentes ante la calidad y entretenimiento que ofrece una serie de estas características.



*Para terminar el post, me gustaría anunciar que arrancan en Mundo Cinefilia las nominaciones a los mejores blogs sobre cine de 2010, por lo que os animo a votar siguiendo las instrucciones de este enlace.

domingo, 11 de julio de 2010

Shrek: Felices para siempre

Justo cuando la vida parece sonreírle, nuestro ogro favorito se ve abrumado por la rutina y echa en falta la paz de los viejos tiempos. Con tal de recuperarla tan sólo un día, Shrek firmará un engañoso contrato con un nuevo enemigo y pondrá en peligro las vidas de los que le rodean.

Hace nueve años, la magnífica película de animación Shrek sorprendió a todos por su frescura, sentido del humor apto para niños y adultos, personajes únicos y las hilarantes versiones que presentaba de los clásicos cuentos infantiles. Debido a su rotundo éxito, cada tres años llegaba a los cines una secuela: la primera de ellas divertida, con nuevos personajes a la altura de la original; mientras que el resultado de la tercera parte fue cercano al despropósito, con un argumento que rizaba el rizo y demostraba que la fórmula se había quemado. No contentos con tres, los estudios de animación Dreamworks anunciaron una cuarta (y supuestamente última) entrega que aprovechase las posibilidades del 3D para este verano.



Por fortuna, la cuarta parte de Shrek resulta entretenida y divertida, una comedia ligera para estas fechas que no desagradará a los espectadores en su escasa hora y media de duración. Es cierto que se ha perdido la frescura del original y que la trama es previsible, pero el giro de la realidad alternativa, los guiños a los buenos momentos de las anteriores y elementos ya clásicos como los números musicales y las voces de los protagonistas contribuyen a hacer de Shrek 4 una película amena.

Entre las mejoras respecto a la anterior entrega habría que destacar la inclusión de nuevos personajes como el flautista de Hamelín o las brujas sacadas de El Mago de Oz, pero sobre todo la del villano Rumpelstiltskin, duendecillo extraído de uno de los cuentos de los hermanos Grimm (en quien está inspirado el retorcido Mxyzptlk de Superman). En su enfrentamiento contra Shrek hará gala de una maldad peculiar basada en contratos de engañosa letra pequeña, pelucas postizas que cambia según su estado de ánimo y otras debilidades.



Si a todo esto le sumamos las escenas de acción planificadas para aprovechar el 3D, nos encontramos ante un divertido y digno capítulo final para Shrek, Fiona, Asno y compañía, con la excepción del Gato con Botas, quien tiene asegurado su spin off.

*Aprovecho la ocasión para mencionar que en la columna del blog está disponible la encuesta sobre el especial que aparecerá por aquí en las próximas semanas.

viernes, 9 de julio de 2010

Futurama: Renacimiento

Parecía imposible que después de su abrupta cancelación al finalizar la cuarta temporada pudiésemos disfrutar de nuevas aventuras de la tripulación de Planet Express, pero gracias a la presión de los seguidores más fieles la creación de Matt Groening y David X. Cohen vio la luz una vez más a modo de cuatro películas repletas de guiños y gags. Gracias a su éxito y la continua demanda de los fans, los creadores anunciaron el regreso de Futurama a la televisión.



A finales del pasado mes de junio el canal de televisión por cable Comedy Central estrenó la sexta temporada de la serie, que constará de 26 capítulos. Su primer episodio, Rebirth, retoma la acción justo donde quedó al terminar la última película, nos trae de vuelta a gran parte de los personajes y presenta un argumento al más puro estilo de la serie, con abundantes giros imposibles y la mezcla en dosis adecuadas ciencia ficción, humor y los desvaríos de Bender y compañía.

Después de la emoción del comienzo, choca bastante encontrarse con un capítulo tan pobre como el segundo, centrado en el patán de Zapp Brannigan. El bajón dura poco, pues la serie continúa haciendo de las suyas desde el tercer episodio, crítica agresiva a actual fiebre por los productos que llevan el sello de Steve Jobs y la adicción a ciertas redes sociales.



Tras mucho tiempo de espera, por fin ha llegado el momento de volver a embarcarse en la nave de Planet Express. ¿Subís?

lunes, 5 de julio de 2010

Utopía mutante

Durante los últimos meses hemos presenciado un cruce entre las colecciones Patrulla X y Vengadores Oscuros que ha unido a los personajes de ambas en el crossover conocido como Utopía X, en el cual se presentaba la incursión de los mutantes en el panorama de Reinado Oscuro, es decir, el actual control de Norman Osborn sobre buena parte del Universo Marvel. Lamentablemente, el evento ha resultado ser totalmente prescindible.

Cuando comenzó la nueva etapa de Patrulla X con base de operaciones en San Francisco mostré mi descontento inicial en este blog, aunque con el paso de los números la colección tal vez pudiese mejorar. No obstante, sagas como la actual prueban que la labor del guionista Matt Fraction al frente de la colección está resultando de lo más insulsa posible. En este cruce de caminos con los Vengadores de Osborn continúan los absurdos recuadros de presentación de los personajes propios de Fraction, sus diálogos en ocasiones farragosos y los actos sin consecuencias que tanto caracterizan esta etapa. Sólo se salvan algunos entretenidos momentos de acción y la escasa presencia de Norman, pues desde luego el crossover en sí resulta completamente intrascendente.

En el apartado gráfico nos encontramos con estilos tan dispares como los del matrimonio Dodson en la colección mutante, los de Luke Ross y Mike Deodato Jr. en la de los Vengadores y la breve intervención del legendario Marc Silvestri en el número inicial. Poco pueden aportar los dibujantes en este caso, tan sólo cumplen con el evento editorial plasmando en las viñetas el constante ir y venir de infinidad de personajes desdibujados argumentalmente.



Al final, razón no le faltaba al genial episodio de Control de Daños en el que se afirmaba que los macroeventos mutantes pueden resumirse en que todo el mundo sigue odiando a la Patrulla X una vez terminan; además del considerable gasto que supone para los lectores tener que hacerse con las colecciones relacionadas en busca de algo de coherencia. En fin, una saga innecesaria que no aporta nada nuevo y cae en viejos tópicos cientos de veces narrados. Menos mal que los Vengadores Oscuros continúan con su ritmo habitual tras los episodios ligados a este evento.

Aprovecho la ocasión para felicitar a Mundo Cinefilia por su primer aniversario, para cuya celebración han realizado una revista con colaboraciones de sus miembros en la que figura mi artículo Cuando la viñeta saltó al celuloide, centrado en las adaptaciones de cómics al cine.

viernes, 2 de julio de 2010

La Mecánica del Corazón

Bien por desgracia o pura casualidad, Jack vino al mundo la noche más fría jamás vivida en el Edimburgo de finales del siglo XIX. Este hecho condicionó su vida para siempre, pues desde su nacimiento necesitó un reloj de cuco a modo de prótesis que ayudase al funcionamiento de su corazón. Criado en una familia inusual, cuando se decide a descubrir el mundo queda prendado de una enigmática cantante andaluza, cuyo amor jura conseguir sin importarle el precio que deba pagar. En estas circunstancias, Jack recorrerá media Europa y vivirá episodios inolvidables.

Éstas son las líneas generales del argumento planteado por Mathias Malzieu, miembro del grupo de música francés Dionisos y autor de la novela breve La Mecánica del Corazón, que sorprendentemente se ha convertido en un éxito de ventas allí donde se publica, hasta el punto de permanecer varias semanas entre las listas de los más vendidos y de que el director francés Luc Besson haya comprado los derechos de la inminente adaptación cinematográfica.

Personalmente, el libro no me ha convencido. En un primer momento, puede parecer una novela de carácter gótico en la que un ser de aspecto físico poco corriente demuestre sus sentimientos humanos, en la línea de Frankenstein o del clásico contemporáneo Eduardo Manostijeras (de hecho, nos la venden como tal). Sin embargo, la ilusión dura poco y al avanzar los capítulos nos damos cuenta de que nos encontramos ante una historia simple en su desarrollo, que con el pretexto del enamoramiento ciego del protagonista nos lleva hasta una Andalucía idealizada y nos presenta a unos personajes esquemáticos: el antagonista bruto, la doncella amada, el inventor excéntrico y nuestro antihéroe, quien nos relata la acción en primera persona y presente.

Los tintes góticos escasean al mismo tiempo que el protagonista emplea constantes metáforas y unos cuantos anacronismos (dado que la novela nos sitúa a finales del XIX, las menciones a los aviones y otros elementos desentonan bastante), describiéndonos una y otra vez su obsesiva fijación por la cantante andaluza, la cual se mezcla con ecos muy lejanos de Peter Pan.



Si a todo esto le sumamos las abundantes erratas de la edición española, La Mecánica del Corazón termina quedándose a medio camino entre la novela juvenil y la romántica, rozando levemente los relatos góticos y perjudicando su resultado final, un tanto simple y vacío. En fin, en este caso será mejor no fiarse de las ventas y acercarnos a otras obras.