jueves, 12 de marzo de 2015

Daredevil: Guía de lectura

Netflix, la plataforma de televisión online, no deja de sorprendernos a los espectadores con sus nuevas y rompedoras propuestas: primero llegaron House of Cards y Orange Is the New Black, que se ganaron el beneplácito del público y de la crítica, y después han ampliado su catálogo adentrándose en géneros como el terror (Hemlock Grove), la comedia (la secuela de Arrested Development) y la ficción histórica (Marco Polo). En 2015 llegan dos nuevas apuestas del cada vez más prestigioso canal, en concreto Bloodline, una saga familiar mezclada con elementos negrocriminales, y Daredevil, la adaptación del cómic de Marvel que supone una nueva fase en el ambicioso plan de hacer que todos los héroes posibles de la Casa de las Ideas converjan cine. Pero ¿quién es Daredevil?


Estamos ante un personaje secundario de Marvel, en comparación con Spider-man, el Capitán América o los X-Men, pero no por ello menos querido. Nació hace cincuenta años, cuando, debido al éxito abrumador de The Amazing Spider-man, Stan Lee recibió el encargo de crear otra serie dedicada a un acróbata solitario. Así nació Matt Murdock, el abogado ciego que combate el crimen en la Cocina del infierno de Nueva York gracias a sus sentidos superdesarrollados. Sus primeros cómics fueron un trasunto de las aventuras del lanzarredes, y bastante bochornosos, pero con la llegada del dibujante Gene Colan a la colección, Murdock vivió su primera gran etapa. Leídas cincuenta años después, las historias del dúo formado por Lee y Colan resultan bastante rocambolescas y absurdas; por ejemplo, Matt Murdock se inventó que tenía un hermano llamado Michael para que nadie sospechase que él mismo se vestía de vigilante en sus ratos libres, llegó a fingir su propia muerte y a intercambiar cuerpos con el Dr. Muerte sin que el villano se percatara de sus poderes. Eso sí, durante esta etapa se afianzó el universo del personaje, con secundarios como Foggy Nelson, Karen Page y una galería de villanos formada por el Búho, el Zancudo, el Superespecialista, Mr. Miedo, Gladiador y el Bufón, que años después siguen dando juego.


El personaje cayó en desgracia y, a principios de los 80, un joven Frank Miller llegó a la serie de Daredevil para hacer historia del cómic. Las tramas se volvieron adultas y se decantaron por la vertiente negrocriminal, mezclada con elementos ninja. El personaje de Elektra irrumpió con fuerza y Bullseye y Kingpin se alzaron como los archienemigos del protagonista. Miller revolucionó la serie y nos dejó multitud de historias para el recuerdo, por ejemplo los duelos contra Kirigi y los ninjas de la Mano, el episodio de las alcantarillas, las guerras de bandas, el órdago de Bullseye contra DD y el número en el que ambos juegan a la ruleta rusa. Este guionista y artista volvió poco después para cerrar su etapa con la mítica saga Born Again y revisitó al personaje en las novelas gráficas Elektra Lives Again y El hombre sin miedo. De los cómics que te marcan y te cambian la vida.


Frank Miller era irreemplazable en Daredevil, así que, conscientes de ello, los autores que recogieron el testigo optaron por seguir su propio camino y no imitar al creador de Sin City. La guionista Ann Nocenti escribió una etapa atípica a finales de los 80 en la que le pasaba de todo a Matt Murdock: volvía a vérselas con Kingpin y con su nueva asesina a sueldo, María Tifoidea, pero también se enfrentaba a los demonios que los X-Men despertaron en Inferno y recorría parte de Estados Unidos en episodios de marcada denuncia social. La propuesta funcionó, más todavía al contar con John Romita Jr., quien acababa de salir de la Patrulla X y, a los lápices de Daredevil, firmó uno de los mejores trabajos de su carrera.


Las siguientes etapas del personaje deambularon entre la imitación del tono de Miller y la búsqueda de historias desenfadadas. Con el nuevo milenio, se apostó por un golpe de efecto que sacudiera la vida del personaje y su colección se incluyó en la línea Marvel Knights. Allí desembarcó Brian Michael Bendis en una longeva estancia que se alejó del tono superheroico y llevó al vigilante a los ambientes sórdidos de los bajos fondos. La etapa resulta demasiado larga en conjunto y también puede que sea un poco exagerado todo lo que le sucedió a Murdock, pues tuvo tiempo de casarse, de que le quemaran vivo, descubrieran su identidad secreta y de que le dieran innumerables palizas (se convirtió en el Batman de Marvel, todo lo malo le pasaba a él). Aun así, hay que reconocer el buen gusto por el género negro de Bendis y la visión que ofreció de Kingpin y Bullseye, además de la parte gráfica a cargo de Alex Maleev.


Bemdis marcó el rumbo que seguir con los cómics de Daredevil, hasta que en 2011 Mark Waid heredó la serie. Este reputado guionista apostó por una vuelta a los orígenes superheroicos y coloridos del personaje, sin olvidarse por completo de su marcado componente negrocriminal. Tras un comienzo titubeante, historias como las dedicadas a la excursión a la nieve o al plan del Hombre Topo nos llegaron al alma a los lectores y nos demostraron que estábamos ante un cómic exigente y maduro, lo cual confirmó la incorporación de Chris Samnee a la colección en calidad de dibujante regular. Juntos, Waid y Samnee han conseguido mezclar ambas vertientes del personaje a la perfección, traer de vuelta a viejos enemigos, plasmar juicios interesantes y explorar la relación entre Murdock y su mejor amigo, Foggy Nelson. Estamos, pues, ante un clásico moderno del cómic, a la altura del Capitán América de Ed Brubaker o de los setenta primeros números de Los muertos vivientes


Este repaso nos lleva al presente y al inminente estreno de la serie de Netflix dedicada al personaje. Por lo visto en el tráiler y en los avances, no apostarán por el estilo de la etapa de Waid y Samnee, sino más bien por el toque de género negro que han explorado autores como Miller y Bendis. Tampoco podemos olvidarnos de que Matt Murdock y compañía ya contaron con su adaptación al cine, la irregular película de 2003 con Ben Affleck de protagonista y Colin Farrell haciendo de Bullseye. Sea como fuere, podemos estar tranquilos: Daredevil seguirá protagiendo la Cocina del infierno del submundo criminal.




miércoles, 18 de febrero de 2015

Como un fénix... Series

Vamos ahora con un repaso a algunas de las novedades más destacadas del mundo de la televisión. Las nuevas apuestas de las cadenas estadounidenses son cada vez más inabarcables y demuestran que hay sitio para todo tipo de programas, incluso los suphéroes que ya dominan el cine han encontrado su lugar con bodrios como Gotham y con entretenimientos del calibre de Arrow y Flash. Las apuestas convencionales de temporadas de 24 episodios conviven con otras más rompedoras de difusión en línea que se alzan con el reconocimiento del público y de la crítica: Transparent, de Amazon Studios, y Orange Is the New Black y House of Cards, de Netflix (este último canal nos guarda interesantes sorpresas para 2015 como Bloodline y Daredevil). Los formatos también cambian y empiezan a triunfar las series antologías, del estilo de True Detective, cuya segunda y misteriosa entrega se hará esperar hasta el verano. Veamos algunas de las propuestas más recomendables de la parrilla actual:


·Fargo: La premisa de una serie basada en la icónica película de los hermanos Coen no convencía a nadie, pero esta serie de diez episodios ha sido uno de los grandes triunfos de 2014. Ambientada en el universo del citado filme, nos narra una historia de ambición, crimen y humor negro en el gélido estado de Minnesotta. La trama nos mantiene en vilo en todo momento, nos deja con escenas para el recuerdo y con un reparto entregado en el que destacan Bob Odenkirk, Allison Tolman, Colin Hanks, Martin Freeman (nunca estuvo tan bien desde Sherlock) y un antológico Billy Bob Thorton.


·The Walking Dead: Más de lo mismo, pero en el buen sentido. Desde sus inicios, demostró que no tenía intención de llegar a los niveles de trascendencia ni de salvajismo del cómic, pero sus últimas tres temporadas la han convertido en una serie que no engaña a los espectadores y les ofrece ficción televisiva de calidad. No es Breaking Bad, la joya del canal AMC, pero consigue que las tribulaciones de Rick y los suyos nos interesen. Cada cierto tiempo muere algún personaje para impresionarnos y parece seguir el orden de acontecimientos del cómic. Su enorme éxito de audiencia ha animado a los productores a preparar otra serie ambientada en el mismo universo zombi.


·Brooklyn Nine Nine: Vamos con algo más ligero. La nueva comedia de culto, capaz de recoger el testigo de los mejores años de The Office y Parks & Recreation. Narra el día a día de una comisaría de policía, los casos a los que se enfrentan y los piques internos, que dan para gags recurrentes. De maestros de ceremonias tenemos al incombustible Andy Samberg y a Terry Crews en el papel de su vida.


·Agente Carter: A los superhéroes les llevó su tiempo encontrar un hueco en el cine, y parece que lo mismo pasa con las series. Agentes de SHIELD tuvo un comienzo lamentable, pero ahora nos llega este spin-off centrado en la compañera de batallas del Capitán América. Se trata de una historia de espionaje con numerosos guiños a los cómics (por allí aparecen Hydra, la Roxxon Oil y el mayordormo Jarvis) y una protagonista fuerte y versátil.


·Better Call Saul: Breaking Bad fue una serie perfecta y, tras un descanso, sus creadores regresan al Nuevo México de Walter White para contarnos el ascenso y la caída de uno de los secundarios más carismáticos, el abogado criminal Saul Goodman. Acaba de comenzar, pero la ficción de Vince Gilligan y Peter Gould ya nos ha convencido gracias a la aparición de viejos conocidos y a la excelsa puesta en escena marca de la casa, en la que nada queda al azar.


Y vosotros, ¿qué series veis? ¿Cuáles recomendáis? Para un seguimiento cercano de las ofertas de la ficción televisiva, os recomiendo que os paséis por la joven y recomendable bitácora Reino de series.

viernes, 13 de febrero de 2015

Como un fénix... Cómics

Si la semana pasada repasábamos el cine del último tercio de 2014, hoy toca hablar de otro de los temas estrella de este blog: los cómics. Echaremos un vistazo al panorama de varias editoriales y de lo que he podido leer de ellas, empezando por las propuestas de las dos casas más grandes para continuar con propuestas más modestas e interesantes.


Marvel
La conocida como la Casa de las Ideas puede que nos tenga a todos contentos con su creciente y divertido universo cinematográfico, pero su propuesta editorial deja cada vez más que desear. Los marcoeventos se han convertido en la norma, y de ser algo excepcional han pasado a un mínimo de dos al año, a cada cual más absurdo y vomitivo: Pecado original, Axis y en 2015 nos espera un refrito de las Secret Wars. Muy bien. Se da la tendencia general de que, mientras que las grandes series se ven trastocadas por este tipo de planes, son las más pequeñas y sencillas, aquellas por las que nadie apostaba, las que brillan en el plano creativo y hacen las delicias de los lectores, como las cabeceras recién estrenadas dedicadas al Hombre hormiga y a la Chica ardilla. Mientras el resto de títulos vengadores resultan soporíferos, los Imposibles Vengadores de Rick Remender y del dibujante Daniel Acuña concluyen una saga prolongada que recuerda al tono épico y fatalista de Días del futuro pasado y que conecta con los sucesos de sus etapas en Imposibles X-Force y Vengadores Secretos. Se funden las posibilidades de las mitologías mutante y vengadora y Acuña alcanza su cénit artístico.


La renovación mutante comenzada por Jason Aaron y Brian Michael Bendis ha llegado a su fin. El primero concluyó su ya mítica etapa en Lobezno y la patrulla X de forma más que satisfactoria para luego empezar una nueva cabecera, La asombrosa Patrulla X, resucitar a Rondador Nocturno y huir de mala manera a los seis números. Mientras tanto, Bendis nos contentó a todos con las jugada de traer a los cinco mutante originales al desfigurado presente, pero este truco ya se ha estirado hasta la saciedad y resulta demasiado cargante. 

Por suerte para Daredevil, Mark Waid llegó a la serie y decidió abandonar la faceta oscura que había convertido al cuernecitos en el sufrido Batman de Marvel. Waid escribe historias de corte superheroico (con sus buenas dosis de oscuridad), desarrolla la vida personal de Matt Murdock y nos entrega una etapa memorable junto a los lápices de Paolo Rivera, Marcos Martín y, sobre todo, Chris Samnee. Historias como la del Hombre Topo o la venganza a fuego lento de un viejo enemigo demuestran que es un cómic que de verdad merece la pena leer.


Otro cómic que va a su aire es Ojo de Halcón. Matt Fraction deja de lado la vida de Clint Barton como vengador y se centra en sus enredos personales, con ecos del Peter Parker de los ochenta. Nos cuenta también las desventuras de Kate Bishop, la joven arquera, y de paso brinda a David Aja la posibilidad de jugar con la narrativa y dibujar locuras tan divertidas como el número dedicado al perro.

Mientras tanto, Spider-man hace años que dejó de ser el personaje que yo conocía y los Guardianes de la galaxia protagonizan una serie bastante pobre escrita por Bendis, a años luz del trabajo de Abnett y Lanning que redefinió al grupo estelar.

DC
Desde el reinicio de los nuevos 52, como universo de cómics carece de cohesión alguna. Los nuevos títulos aparecen y con frecuencia son cancelados, pero hay algunas cabeceras que destacan por sus tramas o como mero divertimento, como Harley Quinn. El caballero oscuro celebra sus setenta y cinco años con una serie semanal centrada en Gotham, Batman Eternal, mientras que vive aclamadas etapas gracias a Scott Snyder y Greg Capullo en Batman y a  Buccelato y Manapul en Detective Comics, con las que espero ponerme al día pronto. El hombre de acero protagoniza una correcta etapa en Superman gracias a Geoff Johns y John Romita Jr. en su primer trabajo fuera de Marvel en muchos años, y parece que Grant Morrison va a poder hacer de las suyas en Multiversity


En cuanto al sello Vértigo, es un mero eco de lo que fuera durante los noventa, si bien destacan Hermano Lono, el sangriento spin-off de 100 balas, y la mezcla entre terror y ciencia ficción de El resurgir, de Snyder y Sean Murphy.


Image
Su modelo basado en publicar cómics y dejar que sean los propios autores quienes mantienen los derechos de sus personajes continúa dando sus frutos en una etapa dorada de cómics creativos y transgresores, como algunos de los que recomendamos a continuación.


Brian K. Vaughan y Fiona Staples nos deslumbran en Saga, la mulitpremiada odisea espacial de corte iconoclasta, violenta y muy divertida en la que destacan unos personajes con los que no nos cuesta simpatizar. Otra serie espacial que acaba de comenzar es Copperhead, pero su premisa ya ha cautivado a muchos, pues se trata de una inspectora de policía que llega a un enclave minero alienígena a investigar los crímenes que se cometen en una comunidad cerrada y repleta de oscuros secretos. 

El terror es otro de los géneros cultivados con más mimo por Image. Destacan el final de Fatale y el comienzo de la nueva serie del tándem Brubaker-Phillips, The Fade Out; el comienzo de Wytches, una versión macabra de Las brujas de Roal Dahl, cortesía de Scott Snydery Sean Murphy; y Outcast, acerca de una epidemia de posesiones demoníacas y del elegido para detenerlas. Robert Kirkman continúa con Los muertos vivientes y arranca una nueva e interesante etapa tras el final anticlimático de la guerra abierta contra Negan.

Bastante más particulares resultan propuestas como Southern Bastards y Sex Criminals. La primera es un cómic ambientado en un diminuto pueblo de Alamaba que nos habla del peso del pasado, un tebeo duro, violento y oscuro. La segunda es la alocada apuesta de Matt Fraction y Chip Zdarsky acerca de una joven pareja que puede detener el tiempo mientras hace el amor, ocasión que aprovechan para robar todo lo que pueden. Tiene el lujo de haber sido reconocido como uno de cómics de 2014 en varios medios.


Cómics en línea
Cada vez surgen propuestas más interesantes (y de mucha calidad) que exploran las posibilidades del soporte digital, como por ejemplo The Dreamer, de Lora Innes; Polar, de Víctor Santos, y The Private Eye, el producto estrella de la iniciativa Panel Syndicate, de Brian K. Vaughan y Marcos Martín.


Y vosotros, ¿qué cómics actuales recomendáis?

lunes, 2 de febrero de 2015

Como un fénix... Cine

El blog no atraviesa su mejor momento. El último año no ha sido especialmente prolífico en cuanto a nuevas entradas, recomendaciones, reseñas ni artículos, por mucho que me haya propuesto preparar varios especiales. Las ganas de escribir en esta bitácora seguían presentes, pero la hora de sentarse frente al teclado brillaba por su ausencia. Tampoco ha ayudado el estado precario de la blogosfera, herida de muerte desde hace años. Se echan de menos las bitácoras de amigos que se dedican a algo más que a colgar enlaces de noticias. Yo mismo he sido testigo de la desaparición de varias webs hermanas y, finalmente, de un prolongado descanso de la propia. Por suerte, todavía quedan personas como Néstor, Eowyn o Yota, dispuestas a dar lo mejor de sí mismas en sus respectivos espacios.


Llegó el día 27 de enero de 2015 y se cumplieron siete años desde que creara este modesto blog. No tenía nada preparado para la ocasión, ningún especial como las colaboraciones de 2013, así que, ¿qué menos que intentar darle un poco de nueva vida? No sé cuánto durará, si estamos ante el último aliento de la bitácora o si de verdad ha vuelto para quedarse. Por el momento, comencemos con un repaso a las películas, los cómics y las series que he podido disfrutar durante los meses de inactividad bloguera:


·El niño: Los responsables de la recomendable Celda 211, hito del cine español, regresan con una nueva película de género policíaco. Daniel Monzón y su equipo nos cuentan una historia de ambición enmarcada en un contexto conocido por todos pero del que no le gusta hablar a nadie, como es el narcotráfico en el estrecho de Gibraltar. La película cuenta dos historias entrelazadas, la de un policía tenaz y la de un joven que quiere hacerse un nombre pasando droga. Esta última resulta bastante tediosa, en buena parte por la nula experiencia de los jóvenes actores protagonistas y por su historia repleta de topicazos. Compensa con la trama policíaca, protagonizada por el gran Luis Tosar (a quien le han calzado un inexplicable peluquín), y con su desenlace.


·La entrega: Nueva adaptación de una obra de Dennis Lehane a la gran pantalla, que nos brinda resultados excelentes. La narrativa del escritor de Boston nos ha dejado joyas cinematográficas como Mystic River, Shutter Island y Adiós, pequeña, adiós y La entrega se alza como un diamante en bruto. Nos cuenta la historia de cuatro personajes relacionados con los trapicheos de la mafia rusa de Brooklyn, un retrato preciso que guarda un par de sorpresas finales y un desarrollo de personajes creíbles y humanos. Las casi dos horas de metraje hacen que se resienta un poco el resultado final, pero la película compensa con una puesta en escena austera y con el sólido trabajo de Tom Hardy, Noomi Rapace y el último papel del gran James Gandolfini.


·Perdida: La última sensación de la novela negra llega al cine de la mano de un experto. David Fincher se basa en el guion de la propia novelista, Gillian Flynn, para narrarnos una retorcida historia de crimen, celos, control, venganza y también de amor. Nos deja una puesta en escena brillante, con secuencias oscuras como las protagonizadas por Neil Patrick Harris o por los medios de comunicación, una nueva banda sonora de Atticus Ross y Trent Reznor para nuestro disfrute y nos redescubre a la actriz Rosamund Pike.


·Las tortugas ninja: En mayo de 2014 se cumplieron treinta años del nacimientos de estos iconos de la cultura popular, que ahora viven un nuevo renacer gracias a sus cómics y serie de animación. No podía faltar la adaptación cinematográfica de turno, que mezcla la pirotecnia desmedida de la factoría de Michael Bay con el humor y el heroísmo de Los Vengadores (hasta el malo se sube a una torre neoyorkina para ejecutar su plan final). La película en sí apenas vale un pimiento, pero funciona como entretenimiento y, sobre todo, como homenaje a las creaciones de Peter Laird y Kevin Eastman y su mitología, que aquí lucen cuerpos hipermusculados.


·The Equalizer (El protector): Denzel Washington se reúne con el director Antoine Fuqua años después de Training Day y juntos filman un bodrio de proporciones cósmicas. Se trata de la adaptación de una antigua serie de televisión acerca de una especie de Castigador que arregla entuertos a tiros en su pequeña comunidad de Boston. Lo que empieza como una película desenfada y violenta da paso a un rollo absurdo de dos horas y media.


·La isla mínima: Tras la acción policíaca de Grupo 7 (que por desgracia sufrió los rebuznos de Mario Casas), Alberto Rodríguez se atreve con un thriller negro ambientado en la cuenca del Guadalquivir. Una película absorbente, negra, retorcida y ambigua que ofrece interesantes reflexiones acerca de la España rural, del poder y de la naturaleza de la maldad. Consigue mantener en vilo y aterrar. La mejor película española que he visto en años.


·Interstellar: Tras rematar la trilogía de Batman con un pestiño, Christopher Nolan vuelve con una odisea de ciencia ficción acerca de los últimos días de la humanidad en la Tierra y de la búsqueda de nuevos mundos que habitar. Se agradece que escriba su propia historia y que resulte entretenida durante sus casi tres horas de duración, pero se queda lejos de sus obras más redondas hasta la fecha y tampoco ofrece la catarsis que muchos de sus seguidores acérrimos esperaban. Se trata de una historia de ciencia ficción espacial digna, sin más, que homenajea al 2001 de Kubrick en varios aspectos y que peca de grandilocuente. Se agradece ver por la pantalla a unos correctos Matthew McConaughey, Jessica Chastain y Matt Damon. Ojalá Nolan apueste por un proyecto más comedido y redondo que le vuelva a sus orígenes, tipo Memento.

¿Y qué hago yo metido en esto?
·El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos: Un despropósito de principio a fin difícil de digerir. La primera parte de la trilogía de las precuelas de ESDLA resultó entretenida y nos ganó por la nostalgia de la saga madre, la segunda ya se hacía bastante infumable con tantas escenas sacadas de la manga, como la basura de la ciudad del lago o de los enanos volando por el interior de la Montaña Solitaria. Guardaba la esperanza de que la última entrega supusiera un cierre digno, pero duele ver una película repleta de escenas intrascendentes, de personajes que desparecen, de otros recién salidos de la chistera a los que se les da protagonismo porque sí y de un exceso de efectos digitales que da vergüenza ajena y que incluso reemplazan a actores de carne y hueso, como Billy Connolly. Partimos de un error de concepto, pues para adaptar una amable y entrañable novela de fantasía, Peter Jackson y su equipo han optado por una saga de tres películas larguísimas que busca a tientas la trascendencia de la trilogía original. Tenemos a un nuevo George Lucas, capaz de pervertir la emblemática saga que lo encumbró. Hasta cuenta con su propio Jar Jar Brinks, un tal Alfrid que ni se asomaba por la novela de Tolkien.


·Big Hero Six: Recordemos que, en su afán por conquistar el mundo del entretenimiento, Disney se hizo con los derechos de Marvel y de Lucasfilm. Ahora han rescatado a un pseudoequipo de superhéroes japoneses que nació en la oscura Marvel de los noventa y lo han adaptado para conseguir una versión animada de Los Vengadores. No en vano, la película mezcla el tono de la película de Joss Whedon (el villano comparte la fascinación de Loki por los portales interdimensionales y tenemos una especie de Iron Man) con el estilo de ¡Rompe Ralph!, con cameo de Stan Lee mediante. La fórmula funciona y nos brinda un entretenimiento digno y apto para todos los públicos. 

Próximamente, cómics.