jueves, 21 de junio de 2012

Bruce Springsteen & the E Street Band en Madrid

Madrid, 17 de junio de 2012. Estadio Santiago Bernabéu. Unas 60.000 personas esperan impacientes hasta que a las 21:30 hacen su aparición en el escenario los miembros de la E Street Band, seguidos por Bruce Springsteen, que saluda al público con un "¡Hola Madrid! ¡Hola España!" y ya tiene al estadio entero en el bolsillo. 


El concierto empieza con un clásico, Badlands, que consigue que el público se anime a bailar al ritmo de la canción. Le sigue No Surrender, y después vienen tres de los temas que forman parte del decimoséptimo y muy recomendable disco de The Boss, Wrecking Ball, que da nombre a esta gira. El espíritu crítico, la resistencia y la fuerza frente a la adversidad que Springsteen defiende en sus canciones quedan bien presentes en We Take Care of Our Own, Wrecking Ball y Death to My Home Town, cantos contra la actual crisis económica que mezclan el mejor rock con tintes de la música folk irlandesa. Un poco más tarde, Springsteen dedica unas palabras de apoyo y ánimo acerca de la crisis española, sabe lo mal que lo estamos pasando y nos asegura que está con nosotros, para justo después arrancar con la más calmada Jack of All Trades, también de su nuevo álbum.

El ambiente se va animando cada vez más y todos los miembros de la E Street Band brillan con fuerza en la poderosa Murder Incorporated. Las ganas de fiesta aumentan con la divertida versión de Talk to Me, en la que se les une el cantante Southside Johnny. Durante las siguientes cuatro canciones, Spanish Eyes, Working on the Highway, Shackled and Drawn y Waiting on a Sunny Day, Springsteen se vuelca con el público y demuestra estar en plena forma, saluda a los fans, les da la mano, regala púas, se pone una corbata y unas gafas de sol que lanzan al escenario y hasta invita a subir a un niño del público a cantar con él. Impresionante. Con The River llega uno de los momentos más emotivos de la noche, cuando The Boss dedica esta emblemática canción a Nacho, un joven admirador suyo fallecido poco antes del concierto.


Una animada versión de Because the Night y la más reciente We're Alive dan paso a Thunder Road, canción mítica donde las haya; es increíble escucharla en vivo. Ni los miembros de la banda ni The Boss se toman un solo segundo de descanso en toda su actuación, y después de Rocky Ground comienza la traca final. Born in the USA y Born to Run hacen que todo el estadio se ponga a bailar y aclamar a Springsteen, quien no da muestra de cansancio alguna, no para quieto en el escenario, baila con los cámaras y el personal de seguridad en Hungry Heart, se sube al piano, se salta las vallas para saludar al público, les deja tocar su mítica guitarra Fender e invita a subir al escenario a una chica y coge en brazos a una niña durante la genial Dancing in the Dark.

Parece que el concierto ha llegado a su fin, The Boss finge estar cansado y dice que no al público, que le pide al unísono que toque alguna otra canción. Los integrantes de la E Street Band le animan, y Bruce Springsteen vuelve a sorprender con 10th Avenue Freeze-Out, canción en la que, cuando habla de "Big Man", aprovecha para rendir un sentido homenaje a Clarence Clemons, el legendario saxofonista de la banda tristemente fallecido hace un año. Pero el concierto no termina aquí. Para despedirse, The Boss y la E Street Band dedican al público una impresionante y enérgica versión de la fabulosa Twist n' Shout, que nos deja a todos con muy buenas vibraciones al terminar el concierto.



Tras cuatro horas de concierto y 32 canciones, todos los asistentes coincidimos en que ha sido una actuación inolvidable y en la inmejorable forma en que se mantiene El Jefe de la música rock, capaz de asombrarnos con su nuevo trabajo a la vez que revive sus grandes clásicos, dándolo todo en el escenario y preocupándose de que el público se lo pase bien en todo momento. Por mi parte, sin duda ha sido el mejor concierto al que he tenido la oportunidad de ir y uno de los mayores espectáculos que jamás he presenciado.

sábado, 16 de junio de 2012

Capitán América: Soñadores americanos


Tras los sucesos de Miedo Encarnado, Steve Rogers se ha visto obligado a volver a enfundarse el uniforme del Capitán América. Tan pronto como se reúne con sus inseparables aliados Sharon Carter, Nick Furia, El Halcón y Dum Dum Dugan, un viejo conocido del pasado vuelve para amenazar el presente del héroe fuera de tiempo: Se trata de Bravo, aliado de Rogers durante la Segunda Guerra Mundial que ahora regresa junto con las fuerzas renovadas de una desconocida y más avanzada Hydra.

Así comienza el sexto volumen de la cabecera propia del Capitán América, con el regreso de Steve Rogers tras una larga temporada ejerciendo como superpolicía de Estados Unidos. Si bien es cierto que se sabía desde hace mucho que tarde o temprano Rogers volvería a ser el portador del escudo, todavía quedan ciertas dudas respecto a si su regreso se ha debido más a presiones editoriales o a la voluntad del guionista Ed Brubaker, quien estaba haciendo un trabajo excelente con el personaje de Bucky Barnes hasta en su última saga, Gulag. Con o sin presiones editoriales de por medio, Brubaker sigue demostrando un dominio absoluto del universo del Capi, de los personajes secundarios que lo pueblan y de las preocupaciones del protagonista, un héroe fuera de su tiempo que siente que no se sacrifica todo lo que debería por los demás. A pesar de la perfecta caracterización de personajes, el problema de Soñadores americanos ha sido lo repetitiva que ha resultado la saga en sí, pues de nuevo se basa en presentar la amenaza que supone para Rogers y los suyos el regreso de un viejo conocido del personaje, como ya ha sucedido en ocasiones anteriores con El Soldado de Invierno o con Cráneo Rojo y los suyos.

No obstante, esta saga de cinco números se lee muy bien, resulta entretenida en su conjunto y presenta conceptos interesantes como la dimensión de la que proviene el villano, Bravo (claramente inspirada en el mundo de los sueños de la película Origen), los propósitos de la nueva y renacida Hydra, la angustia que siente Rogers ante la posibilidad de que el mundo no vuelva a necesitarle, y el plan que trama entre las sombras el Barón Zemo, el cual lleva gestándose desde el comienzo de la Edad Heroica y puede dar mucho juego en próximos números.


En este nuevo comienzo, el apartado gráfico corre a cargo de Steve McNiven, dibujante de resultados un tanto irregulares ya que alterna cómics de un lustroso acabado como Civil War y El viejo Logan con otros que dejan bastante que desear, como sucedió con Némesis. La saga que hoy nos ocupa, Soñadores americanos, se queda a medio camino entre estos dos grupos, ya que en ella McNiven despliega todo su talento a la hora de retratar a los personajes pero luego deja los fondos vacíos para que el colorista los rellene de lo que se le ocurra. Además, McNiven también adolece de uno los preocupantes males que afectan a los dibujantes actuales de Marvel: es incapaz de terminar de dibujar la saga a tiempo, por lo que las páginas finales del último numero se corresponden a los fill-ins de otro dibujante, Giuseppe Camuncoli.

Aunque en cierto sentido suponga una vuelta atrás en lo sucedido con el Capitán América en la cual se nota la presión de la editorial, Soñadores americanos resulta una saga bastante entretenida en la que el guionista Ed Brubaker demuestra de nuevo lo bien que comprende las dificultades a las que se enfrentan Steve Rogers y su equipo de fieles aliados. Esperemos que el dibujante del próximo arco argumental esté a la altura del trabajo del guionista de Maryland.

sábado, 9 de junio de 2012

HIMYM: Séptima temporada


Llegó el momento: las series se despiden hasta la próxima temporada (siempre que tengan suerte y sean renovadas) mientras que las season finales inundan la parrilla televisiva estadounidense. Una de las comedias de situación de más éxito de audiencia, Cómo concocí a vuestra madre, pone punto y final a su séptima temporada.

La temporada empezó poco después de donde terminó la anterior, con el comienzo de la la relación de Barney y Nora, algo extraño y que rompe con el carácter de uno de los personajes más emblemáticos de la serie. Poco después comenzaron las incorporaciones y cameos a lo largo de los siguientes episodios: Kal Penn haciendo de psquiatra de Robin, Martin Short como el jefe de Marshall y Katie Holmes dando vida a cierto personaje cuya identidad se desconocía (no, no es la famosa madre). 

The Broath, el nuevo invento de Barney Stinson
En general, la serie ha rebajado la carga dramática con respecto a la temporada anterior, potenciando los gags cómicos gracias al incombustible Barney Stinson, los flashbacks que revelan detalles no mostrados en el pasado, y al modo en que Marshall y Lily se enfrentan a la paternidad, con escenas que demuestran de nuevo el potencial de Jason Segel como cómico en alza (no en vano protagonizó y particpó en el guión de la brillante The Muppets). Pocas novedades en cuanto a los otros dos protagonistas, Robin y Ted, este último sigue cansando a la audiencia con su interminable búsqueda de la madre que da título a la serie y los líos que suceden entre medias. 

Aunque la serie tuvo cierto bajón según se acercaba a la mitad de la temporada, los capítulos finales han estado más acertados, con interesantes giros cómicos (la mayoría basados en traer de vuelta el pasado de los personajes) que nos han dado capítulos desternillantes como Trilogy Time (donde los tres amigos cuentan sus experiencias al hacer la maratón de la trilogía original de Star Wars cada tres años), Now We're Even (cuando el gran Neil Patrick Harris demuestra una vez más por qué él es Barney), y por supuesto el doble episodio final, con revelaciones que posiblemente darán bastante juego en la próxima temporada.


A pesar de su bajón a mitad de temporada, esta séptima entrega de Cómo conocí a vuestra madre ha resultado muy entretenida de seguir, con buenos puntos de humor y dos cómicos de lujo como Jason Segel y Neil Patrick Harris demostrando una vez más el juego que pueden dar unos personajes que han hecho suyos. En cuanto a la madre, pocas o ningunas novedades, habrá que esperar hasta la octava y posiblemente última temporada de esta serie.