Septiembre es el mes de las series estadounidenses, el de la ficción televisiva. En estas fechas se estrenan numerosos proyectos, algunos de ellos bastante absurdos y otros interesantes. Comedias de situación, procedimentales policíacos, series de animación y hasta de superhéroes. Vivimos una nueva edad de oro de la ficción serializada, mientras que otro tipo de televisión cada vez se hunde más en su propia podredumbre. Canales como HBO y AMC apuestan por propuestas adultas y transgresoras que heredan los medios y recursos del cine. Así nos han dejado joyas como Hermanos de sangre, Breaking Bad y fenómenos sin precedentes como Juego de tronos y The Walking Dead, que además han contribuido a difundir las obras literarias en que se basan. Cuando se cumplen diez años del estreno de Perdidos el 22 de septiembre de 2004, conviene recordar lo que supuso aquella serie.
Perdidos cambió el modo en que muchos veíamos televisión. Por supuesto que tuvo sus predecesoras, que merecen ser reconocidas. Series como Buffy cazavampiros, Ally McBeal, los primeros pasos de la HBO que hoy conocemos con Los Soprano y Oz. Y también estuvo Twin Peaks años antes. Acostumbrados a los procedimentales interminables de policías, abogados y médicos que se saltaban todo el papeleo administrativo para jugarse las vidas de sus clientes en complicadas decisiones morales, y a la caspa de la televisión española que todavía perdura, Perdidos rompió esquemas. Recuerdo cuando vi el monumental episodio piloto, dirigido por un semi-desconocido JJ Abrams, por primera vez. No fue en septiembre de 2004, sino que tuve que esperar a que TVE lo emitiera durante la primavera de 2005. Cada episodio contaba. Perdidos mezclaba la temática de novelas clásicas como Robinson Crusoe y El señor de las moscas con un misterio de tintes de ciencia ficción. Y hacía que los personajes nos importasen. Les iríamos conociendo como a las personas de carne y hueso que nos rodean, poco a poco, y descubriríamos cómo estaban lejos de ser perfectos y los errores del pasado que les perseguían.
La primera temporada es, sencillamente, una obra maestra, perfecta en su desarrollo de las tramas, presentación del escenario y dosificación del misterio. Sí, el nivel de la serie no siempre se mantuvo y la dilatación de los sucesos hacía que esperásemos con más ganas los principios y los finales de temporada. Y el ansiado cierre no convenció a todos por igual. Pero la serie de la cadena ABC cambió para siempre cómo vivimos la ficción televisiva. En gran medida gracias a Internet. Se hablaba de Perdidos, no sólo entre amigos, sino que las comunidades virtuales estaban pobladas de hipótesis acerca de del misterio de la isla y sus personajes. Conocimos los spoilers y lo mucho que fastidia que te revelen uno. Y, por primera vez, empezamos a ver las series al ritmo original estadounidense. No podíamos aguantar la espera y encontramos una alternativa al maltrato y la desgana de las cadenas locales, que en algunos casos han respondido a la demanda y ahora series como The Walking Dead llegan a España con apenas horas de retraso respecto a su emisión original.
Un amigo me preguntaba si el éxito de Perdidos era para tanto, y dudaba que una serie así tuviera tanta repercusión en la parrilla actual, donde pasaría desapercibida. Me temo que planteaba la pregunta equivocada. Sin un fenómeno como Perdidos no tendríamos la variada oferta de series de la que gozamos. Perdidos abrió la puerta a series como Breaking Bad, a presupuestos tan elevados como los de Juego de Tronos. Nos descubrió a JJ Abrams, quien trasladó su sentido del misterio y la aventura a películas tan recomendables como Super 8 y la revisión de Star Trek (su innecesaria secuela de Star Wars será otra historia). Difundió el trabajo del músico Michael Giacchino. Propició parodias como Pardillos. Y nos trajo a un plantel de personajes memorables con los que sentirnos identificados: Jack, Kate, Sawyer, Hurley, Locke, Sayid, Sun, Jin, Desmond, Charlie, Juliet, Ben. Los actores que les dieron vida han asumido el incierto destino de los intérpretes televisivos, pero la serie que protagonizaron permanece en la memoria de miles de seguidores en todo el mundo, diez años después de su estreno.
7 comentarios:
Recuerdo perfectamente el verano cuando se estrenó un domingo en TVE1 - en aquella época no había forma de ver series en VO - y que me enganchó totalmente... el problema es que cuanto más se fue complicando y rallando la trama, mayor fue la pereza que me daba la serie.
De hecho vi el primer episodio de la cuarta temporada, donde palmaba mi personaje favorito y la abandoné. Igual luego resucitó pero ya estaba a otras cosas.
Sí que rompió moldes, aunque vaya final...Un besote!
Las dos primeras temporadas me parecen sendas obras maestras. Imprescindibles. Después, llegaron las cagadas irredimibles: enigmas constantes que no se resolvieron nunca y que aturrullaron al espectador y un desprecio brutal por los personajes de la serie (muerte estúpida de Mr. Eko o Rousseau, desaparición con excusas tontas de Walt, reducción de Michael o de Claire al nivel de secundarios, estancamiento de Hurley en el eterno "gordo secundario casi cómico", comportamientos absurdos de Los Otros... Y un final terrible, verdaderamente terrible. Una pena que esta serie acabase así. Ahora, jamás me cansaré de ver sus dos primeras temporadas: las del primer y espectacular accidente de avión, las del bunker, las del descubrimiento de los supervivientes de la cola del avión, las de las primeras y temibles apariciones de Los Otros. Son geniales.
Yota: Exacto, y Perdidos jugó un papel destacado en que las series nos llegasen a través de Internet. Ahora mismo no caigo en a qué personaje te refieres.
Meg: A mí me convenció como final, pero sí.
Cinemagnific: Estoy contigo. Según avanzaba la serie, se notaba falta de planificación y que todo se alargaba de forma innecesaria. Aun así, fue un placer seguirla y sus comienzos siguen siendo magistrales.
¡Gracias por participar en el aniversario de Perdidos! ¡Saludos!
Muy buen post, Mike!
Qué puedo decir de esta gran serie que marcó un antes y un después en es la televisión? Que es magnifica. A mí me gustaron las 6 temporadas, aunque el final, se les fuera de las manos. Pero por otra parte tiene su sentido. Quizás debió quedarse tan solo en 5 temporadas, como muchos comentan. El caso es que es que me enganchó mucho. Hice jornadas maratonianas de fines de desmana, donde veía un capítulo tras otro. Que hayan pasado 10 años de su emisión, da vértigo ver como pasa el tiempo!!
Saludos!
Siento decir que no estoy en absoluto de acuerdo con los comentarios anteriores. Es una pena que no entendieseis el mejor final de la historia... Quizá el problema de mucha gente ha sido esos maratones de fin de semana, cuatro episodios en 2 horas...no puede ser igual que verlos, pensarlos y razonarlos en un mes.
Os recomiendo ver de nuevo el último episodio doble ya que puede que el árbol no os haya dejado ver el bosque....
Fantástico recuerdo. A mí esta serie me marcó profundamente por su reflexión sobre el paso del tiempo y su maravilloso retrato de personajes. Realmente me enamoré de muchos de ellos. Sin embargo, conforme avanzó la trama perdí la fe en la historia porque comprendí que ni sus creadores la entendían. Una pena, porque un buen guion constante la habría convertido en una obra maestra. Un saludo :)
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