Ray Donovan se gana la vida como "arreglador" en Los Ángeles, sacando a las estrellas que contratan sus servicios de los escándalos mediáticos que se presentan, para lo cual hace uso de métodos contundentes. Su acomodada vida se ve en peligro cuando descubre que su padre, Mickey Donovan, acaba de salir de la cárcel y planea visitarle para traer de vuelta viejos fantasmas del pasado, muchos de ellos relacionados con la mafia irlandesa; y para poner a sus hermanos en su contra, algo que Ray no puede permitir.
En el rico panorama televisivo actual hay lugar para todo, desde los grandes estrenos que congregan a millones de espectadores en cada emisión hasta las grandes decepciones y los productos abominables, y, por suerte, también hay lugar para las pequeñas sorpresas, como la serie que hoy nos ocupa. Estrenada en verano de 2013, Ray Donovan es la nueva creación de Ann Biderman (Southland, Enemigos públicos) para el canal Showtime, que nos cuenta cómo el día a día de un auténtico "señor Lobo" de Hollywood se ve amenazado por el regreso de su padre y todos los secretos del pasado que ha luchado por enterrar. Con un ritmo pausado pero lo suficientemente constante para mantener la atención del espectador, Ray Donovan nos presenta muchos puntos interesantes: para empezar tenemos el eterno conflicto paterno-filial como eje central de la trama, con un padre y su hijo jugando siempre en el límite entre el bien y el mal, de modo que resulta difícil establecer quién es el héroe de esta historia. A esto hay que sumarle el trasfondo familiar de los Donovan, con los negocios turbios en que estaban envueltos en Boston y que les han perseguido hasta el gimnasio que regentan en Los Ángeles; los excesos y excentricidades de ciertos elementos del mundo del espectáculo y sus conexiones con el mundo criminal; las dificultades que afrontan los hijos de Ray al crecer en un mundo superficial y, por encima de todo, la personalidad del protagonista, quien, lejos de alzarse como el héroe de esta historia, se desarrolla más como un antihéroe que recurre a métodos de escasa moral y que oculta un doloroso pasado.
En apenas doce episodios, la serie despliega sus tramas, las explora y las resuelve de forma más que convincente, de forma que todo encaja en su sitio a la vez que se abre una pequeña ventana a una futura segunda temporada. Además de poseer un despliegue de medios digno de una película, Ray Donovan nos brinda la oportunidad de disfrutar del talento de actores que no se prodigan demasiado por la gran pantalla. Éste es el caso de los veteranos James Woods y Jon Voight, éste último inmenso como Mickey Donovan (un papel que le ha valido un merecido Globo de Oro), del británico Eddie Marsan (Bienvenidos al fin del mundo), de Steven Bauer (Don Eladio en Breaking Bad), Elliot Gould o Paula Malcolmson (a quien apenas habíamos visto haciendo de madre de Katniss en Los juegos del hambre); y especialmente de Liev Schreiber. Dotado de un gran potencial para el drama, Schreiber apenas ha exprimido su talento en el cine, donde se ha limitado a despuntar con papeles secundarios en películas tan dispares como Huracán Carter, Resistencia, Lobezno o El velo pintado. Ahora tiene ocasión de lucirse y de dar vida a los claroscuros que pueblan el mundo de Ray Donovan con un papel intenso, violento pero también humano.
Desde este blog no puedo sino recomendar que deis una oportunidad a esta serie, modesta pero intensa, con personajes heridos e interesantes, un duelo entre padre e hijo que se pondrá más tenso según avanzan los capítulos, una trama que implica a la mafia irlandesa y, ante todo, grandes interpretaciones.
1 comentario:
Una serie muy exitosa, Ray Donovan comienza su segunda temporada de la mejor manera.
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