Tras los sucesos de Miedo Encarnado, Steve Rogers se ha visto obligado a volver a enfundarse el uniforme del Capitán América. Tan pronto como se reúne con sus inseparables aliados Sharon Carter, Nick Furia, El Halcón y Dum Dum Dugan, un viejo conocido del pasado vuelve para amenazar el presente del héroe fuera de tiempo: Se trata de Bravo, aliado de Rogers durante la Segunda Guerra Mundial que ahora regresa junto con las fuerzas renovadas de una desconocida y más avanzada Hydra.
Así comienza el sexto volumen de la cabecera propia del Capitán América, con el regreso de Steve Rogers tras una larga temporada ejerciendo como superpolicía de Estados Unidos. Si bien es cierto que se sabía desde hace mucho que tarde o temprano Rogers volvería a ser el portador del escudo, todavía quedan ciertas dudas respecto a si su regreso se ha debido más a presiones editoriales o a la voluntad del guionista Ed Brubaker, quien estaba haciendo un trabajo excelente con el personaje de Bucky Barnes hasta en su última saga, Gulag. Con o sin presiones editoriales de por medio, Brubaker sigue demostrando un dominio absoluto del universo del Capi, de los personajes secundarios que lo pueblan y de las preocupaciones del protagonista, un héroe fuera de su tiempo que siente que no se sacrifica todo lo que debería por los demás. A pesar de la perfecta caracterización de personajes, el problema de Soñadores americanos ha sido lo repetitiva que ha resultado la saga en sí, pues de nuevo se basa en presentar la amenaza que supone para Rogers y los suyos el regreso de un viejo conocido del personaje, como ya ha sucedido en ocasiones anteriores con El Soldado de Invierno o con Cráneo Rojo y los suyos.
No obstante, esta saga de cinco números se lee muy bien, resulta entretenida en su conjunto y presenta conceptos interesantes como la dimensión de la que proviene el villano, Bravo (claramente inspirada en el mundo de los sueños de la película Origen), los propósitos de la nueva y renacida Hydra, la angustia que siente Rogers ante la posibilidad de que el mundo no vuelva a necesitarle, y el plan que trama entre las sombras el Barón Zemo, el cual lleva gestándose desde el comienzo de la Edad Heroica y puede dar mucho juego en próximos números.
En este nuevo comienzo, el apartado gráfico corre a cargo de Steve McNiven, dibujante de resultados un tanto irregulares ya que alterna cómics de un lustroso acabado como Civil War y El viejo Logan con otros que dejan bastante que desear, como sucedió con Némesis. La saga que hoy nos ocupa, Soñadores americanos, se queda a medio camino entre estos dos grupos, ya que en ella McNiven despliega todo su talento a la hora de retratar a los personajes pero luego deja los fondos vacíos para que el colorista los rellene de lo que se le ocurra. Además, McNiven también adolece de uno los preocupantes males que afectan a los dibujantes actuales de Marvel: es incapaz de terminar de dibujar la saga a tiempo, por lo que las páginas finales del último numero se corresponden a los fill-ins de otro dibujante, Giuseppe Camuncoli.
Aunque en cierto sentido suponga una vuelta atrás en lo sucedido con el Capitán América en la cual se nota la presión de la editorial, Soñadores americanos resulta una saga bastante entretenida en la que el guionista Ed Brubaker demuestra de nuevo lo bien que comprende las dificultades a las que se enfrentan Steve Rogers y su equipo de fieles aliados. Esperemos que el dibujante del próximo arco argumental esté a la altura del trabajo del guionista de Maryland.
7 comentarios:
Pues yo con el 1 ya tuve suficiente...McNiven me resulta frío y Brubaker ya no engancha en el capi como hace tiempo...No me aportaba nada nuevo...
Entiendo lo que comentas. McNiven no está en muy buena forma (aunque en Némesis sí que no estaba en forma alguna) y la historia no es novedosa, como mencionaba en el post, pero creo que Brubaker sigue demostrando lo bien que comprende al personaje y su mundo. De todas formas, el primer número es el más flojo, luego mejora.
¡Saludos y gracias por el comentario!
Me cansé de Brubaker a mitad de su etapa de Bucky como Capi, y la verdad que no me arrepiento de haberme bajado de la colección. Me siguen gustando sus cómics de género negro, y sus colaboraciones con Sean Phillips suelen ser al menos entretenidas. Aunque probablemente este arco sea más que entretenida.
No sé, a ver, BRAVO me parece como mínimo algo prefabricado.
Que Bucky Barnes vuelva a ser el Soldado de Invierno... A ver, el personaje y su premisa era buena, pero volver sobre el mismo tema...
No sé. Siempre me ha gustado el Capitán America. Es el lider que los Vengadores siempre han necesitado pero, últimamente, no sé.
Y más después de su "muerte" y "resurrección" (algo CANTADO a todas luces)
Kikedck: De sus colaboraciones con Sean Phillips sólo he leído Criminal, que me gustó bastante. Tengo ganas de leer Incógnito y Fatale, ¿las recomiendas?
Xavi: Cierto, Bravo sigue un poco el esquema que muchos otros antes que él. Bueno, a ver qué tal la siguiente saga del Capi con Alan Davis a los lápices.
¡Saludos y gracias por comentar!
Incógnito tiene un estupendo nivel (sobre todo la primera mini, aunque la segunda tb está bastante bien).
Fatale empieza con más fuerza y luego va un poco más relajada, pero como sigue adelante, no sé cómo evolucionará. Interesante y curiosa.
Respecto de la nueva saga de Alan Davis se vuelve sobre un tema ya clásico LA BOMBA LOCA y "algo más" ya lo verás, no te comento nada hasta que tú no lo veas.
Criminal es buena. La leí en la biblioteca pública y es buena. Incognito, vale la pena, mezcla noir con superpoderes.
A ver, Brubaker con Phillips destacan más en el noir, puesto que no necesita de superpoderes, héroes ni pulp. Sólo puro noir, policias, criminales y un guión sólido.
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