Tras las aventuras de la anterior entrega en el mundo de Narnia, los hermanos Pevensie acuden a la escuela en el Londres de la Segunda Guerra Mundial y, justo cuando parece que nunca volverán, son transportados a Narnia para salvar la tierra que una vez gobernaron.
Después de la anterior y entrañable entrega, El Príncipe Caspian se presenta como una secuela más oscura que su predecesora para sumergirnos en el devastado mundo de fantasía destruido por los telmarinos y el tiránico rey Miraz. Así, las espectaculares batallas que ahora libran los hermanos (mucho más luchadores que antes) junto con el príncipe y el resto de criaturas mágicas son ahora contra tropas de humanos que contribuyen a aumentar la oscuridad y el carácter épico de éstas.
Nos encontramos con nuevos y variados personajes como el propio príncipe y su tío Miraz, un villano de altura despiadado y dispuesto a arriesgarlo todo por un trono que no le pertenece, además de otros compañeros como el bravo ratón Reepicheep que ayudarán en lo posible a los hermanos.
Es cierto que, al igual que en la anterior entrega, hay algunos puntos que no coinciden con el libro, resultando estas diferencias justificables puesto que contribuyen a un mejor desarrollo de la adaptación cinematográfica. Además, la película cuenta con impresionantes paisajes, una banda sonora asombrosa, y multitud de armas y armaduras para crear la ambientación necesaria en este tipo de filmes de batallas.
De esta forma, la segunda entrega de Las Crónicas de Narnia resulta entretenida a la vez que reflexiona sobre la destrucción que el ser humano causa en la naturaleza, al igual que el libro original.
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