Cuando hace algo más de 4 años comencé a ver en la televisión una serie recién estrenada sobre el grupo de supervivientes de un avión estrellado en una isla desierta no se me ocurrió pensar en la magnitud del fenómeno en que Perdidos se convertiría hoy en día. Aquella serie empezaba a narrarnos los peligros a los que debían enfrentarse los supervivientes del vuelo 815 de Oceanic Airlines al estilo de películas como Naúfrago, con Tom Hanks, pero pronto daba paso a una serie de sucesos aparentemente inexplicables como misteriosos monstruos de la jungla u osos polares que habitaban la isla junto con estremecedoras revelaciones sobre el pasado de personajes con los que llegaríamos a familiarizarnos poco a poco y a los que acompañaríamos en todos sus triunfos y fracasos: Kate, Jack, Sawyer, Locke, Hurley, Charlie, Claire o Boone entre muchos otros.
Con el paso del tiempo y las temporadas surgieron aún más misterios en torno a la Isla en que se estrelló el avión y todo lo relacionado con ella como la Iniciativa Dharma, sus estaciones, la presencia de los Otros, Jacob o la existencia de la propia Isla. Así, si bien la primera temporada puede considerarse una obra maestra que rompió los esquemas de las series de televisión del momento, las tres siguientes alcanzaron su nivel por momentos, ofreciéndonos al mismo tiempo episodios nada convincentes y por otro lado nuevos personajes tan interesantes como Desmond, Daniel Faraday o Charlotte.
Sin duda alguna uno de los mayores aciertos de esta serie, a parte de las dosis de misterio mencionadas, es el retrato de unos personajes humanos con los que los espectadores podemos identificarnos, personas que buscan la expiación por todos aquellos errores que cometieron en su pasado y les torturan en la actualidad y que consiguen emocionarnos hasta el punto de hacernos gritar "Walt" cuando éste desapareció, desear con todas nuestras fuerzas el reencuentro de Penny y Desmond o que hubiese algún modo de salvar a Charlie cuando se presentó la inesperada situación.
Al éxito de esta serie también influye la calidad de su apartado técnico, donde hay que destacar una dirección más que correcta de los capítulos que consigue mantener el ritmo, los guiones repletos de giros inesperados a cargo de auténticos genios como J.J. Abrams, Damon Lindelof o Brian K. Vaughan, quienes juegan con los espectadores hasta límites insospechados; y la asombrosa banda sonora del fenómeno conocido como Michael Giacchino, quien consigue la pieza adecuada para transmitirnos las emociones necesarias en cada momento mítico de la serie (además, Gucchino se ha encargado de unas cuantas bandas sonoras para el cine igual de recomendables, entre ellas la de la espectacular Star Trek).
Por aquí acaba de empezar la 5º temporada de Perdidos, que justo ha concluido en EEUU produciendo aún más asombro si cabe entre la audiencia, y todo parece apuntar que el tramo final de la serie no dejará a nadie indiferente. En sus dos últimas entregas los responsables de Perdidos prometen resolver todos aquellos misterios que llevan persiguiéndonos tanto tiempo y, lo que es más importante, podremos acompañar a todos estos personajes que ya forman parte de nosotros en el tramo final de su viaje en busca de la redención anhelada.
1 comentario:
QUÉ RULEEEEEEEE!!!!!!!!
Publicar un comentario