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jueves, 10 de febrero de 2011

127 Horas: El triunfo de un sueño

Basada en la historia real de Aron Ralston, 127 Horas nos cuenta la traumática experiencia que vivió este joven excursionista estadounidense al quedar atrapado cinco días en un cañón de Utah, en medio de ninguna parte, cuando una roca se desprendió repentinamente y atrapó su antebrazo derecho, obligándole a enfrentarse a un clima adverso,  la escasez de agua y alimentos, una movilidad reducida y al peor de sus enemigos: él mismo.

Aunque tenga títulos curiosos en su filmografía, por regla general no suelo congeniar demasiado con el estilo de dirección inquieta y montaje acelerado del británico Danny Boyle. Sin ir más lejos, me pareció una exageración que hace dos años su película Slumdog Millionaire recibiera cantidades desorbitadas de premios (incluyendo 8 Oscar), ya que, como comenté, aunque contaba una historia cruda de contundente denuncia social, no creo que fuera la maravilla que unos cuantos alababan.


En cambio, en esta ocasión no podría estar más satisfecho con 127 Horas. Al igual que le sucediera a Rodrigo Cortés en Buried, Danny Boyle se enfrenta a una serie de dificultades técnicas para plasmar en la gran pantalla la lucha de su protagonista, para lo cual hace un asombroso ejercicio de estilo narrativo empleando numerosos primeros planos, encuadres incómodos, pantallas divididas, cámara subjetiva, una fuerte herencia del mundo publicitario y del videoclip además de, cómo no, un montaje aceleradísimo; todo ello al servicio del guión que firman Simon Beaufoy y él mismo.

Semejante despliegue narrativo dota a la película de un ritmo frenético que ayudará a los espectadores a acompañar al protagonista en su hazaña, a lo cual también contribuyen la preciosa fotografía de los desoladores paisajes de Utah y la banda sonora de A. R. Rahman. Esta última puede resultar un tanto estridente por momentos, pero se adapta a lo que vemos en pantalla y mezcla con eficacia composiciones propias de toques indios con temas de Dido o Sigur Rós.


Aunque aparezcan brevemente Kate Mara y Amber Tamblyn (Martha Masters en House), el protagonista absoluto es James Franco, quien soporta sobre sus hombros gran parte del peso de la película. Este joven actor llamó la atención del público con su retrato del torturado Harry Osborn en la saga Spider-man, y en 127 Horas ofrece una interpretación repleta de fuerza, que lleva a los espectadores a empatizar con su personaje en el infierno que está viviendo (prácticamente toda la sala estaba en vilo y sufría con él). Además, nos regala unas cuantas secuencias memorables, como la del programa de radio (con toques dignos del mismísimo Robert De Niro) o el glorioso tramo final.


127 Horas te atrapa desde el principio y no te deja escapar hasta el último minuto, emocionando durante su metraje y haciéndote partícipe del sufrimiento y el delicado momento que atraviesa el protagonista. Sin duda, uno de los títulos más interesantes de esta temporada de premios que supone la consagración de un gran actor.

viernes, 25 de febrero de 2011

Temporada de premios

Con la ceremonia de los codiciados Oscar que se celebra este domingo termina la temporada de premios para las películas estrenadas a lo largo de 2010.

Personalmente, la actual es una de las ediciones de los Oscar que más he disfrutado, ya sea por los interesantes títulos estrenados o por las distintas nominaciones, acerca de las cuales expresaré mi opinión a continuación.

Nina se prepara para recibir su premio
Mejor Película: Entre las nominadas se encuentras películas que me han fascinado, como Toy Story 3, Origen, 127 Horas, True Grit y La red social, además de otras propuestas recomendables como El discurso del rey, The Fighter y Cisne negro. Todavía no he visto Winter's Bone ni Los chicos están bien, pero creo que la cinta de David Fincher se merece el galardón por distintos motivos (profundidad, trasfondo social...), aunque la sencillez de El discurso del rey sea una dura competidora. En cuanto a las ausentes, se echan en falta alguna nominación más para The Town o Shutter Island.

Mejor Director: Luchan por el premio técnicas tan distintas como el empleo de la steady-cam de Darren Aronofsky en Cisne negro, el toque clásico de los hermanos Coen, la mezcla de documental con televisión de David O. Russell y el ritmo pausado de Tom Hooper. Espero que Fincher sea reconocido por su labor y trayectoria, pero deberían haber nominado a Ben Affleck por el ejercicio de estilo que hace en The Town y me parece una ofensa que no hayan nominado a Christopher Nolan por el enorme esfuerzo de planificación y coordinación que supone Origen.

Actor principal: Todo apunta a que Colin Firth se llevará la estatuilla con su retrato humano del rey tartamudo, premiando también su dilatada trayectoria. Aun así, Jeff Bridges demuestra lo grandísimo actor que es con su Rooster Cogburn (por si alguien lo dudaba a estas alturas), Jesse Eisenberg sorprende con el frío Mark Zuckerberg y James Franco brilla con luz propia al ser capaz de aguantar él sólo el peso de 127 Horas (me gustaría que le premiasen, pero parece poco viable).

Actriz principal: De entre las nominadas, sólo he tenido ocasión de ver a la favorita, Natalie Portman en Cisne negro, película en la que la joven actriz compone a una protagonista obsesa e insegura a quien acompañamos en su desintegración física y psicológica (lo cual recuerda al mítico Robert De Niro en Toro Salvaje, salvando las distancias).

Actor de reparto: El galardón está muy reñido entre el carisma de Geoffrey Rush y la transformación de Chritsian Bale. Me alegro por la presencia del escalofriante Jeremy Renner y echo en falta a Matt Damon por True Grit y a Andrew Garfield por La red social.

Actriz de reparto: Igual de disputado entre Amy Adams, Melissa Leo (The Fighter) y Helena Bonham Carter (El discurso del rey). Eso sí, Hailee Steinfeld debería haber sido nominada en la categoría de actriz principal por la fuerza de su papel protagonista en True Grit.

Guión: en la categoría de original el premio debería reconocer el trabajo de Christopher Nolan en Origen (aunque seguramente sea para El discurso del rey), mientras que en la de adaptado es difícil elegir entre los nominados, tal vez Aaron Sorkin lo merezca por la complejidad de La red social y su brillante carrera como escritor.

Otras categorías: me gustaría que fueran reconocidos la banda sonora de Hans Zimmer para Origen ( una pena que Carter Burwell no esté nominado), la fotografía de Roger Deakins en True Grit, el montaje de La red social o de 127 horas y, por supuesto, el trabajo de los estudios Pixar tanto en largo como en cortometraje de animación.
¿Que no habéis nominado mi película?
En fin, casi todos los aspirantes a las estatuillas merecen estas nominaciones como reconocimiento a su trabajo, aunque será más difícil estar de acuerdo con los resultados de la gala del domingo. Por lo menos, los espectadores podemos disfrutar de unas cuantas películas interesantes de calidad.

sábado, 1 de marzo de 2014

Cine de contrastes: Cuando todo está perdido

De entre los directores jóvenes surgidos en los últimos años, en concreto desde 2007, cuyas carreras parecen más prometedoras y que más me han impresionado, me gustaría destacar a cuatro en particular: Jeff Nichols, de cuyos dramas sureños pronto hablaremos, Ben Affleck y el nuevo rumbo que ha dado a su carrera como director de herencia clásica; el británico Steve McQueen, en boca de todos gracias a la excelente 12 años de esclavitud, y quien hoy no ocupa, J.C. Chandor. Proveniente del mundo de la publicidad y los documentales, Chandor se estrenó en el terreno del largometraje en 2011, y desde entonces ha firmado dos excelentes películas entre las que se puede apreciar un marcado e interesante contraste.



La primera de ellas es Margin Call, la tensa historia de un par de analistas de bolsa de una poderosa empresa de Wall Street que descubren lo que se les avecina con el crack de 2008. Ante semejante situación, vemos cómo reaccionan las altas esferas de la compañía y recurren a métodos de escasa moral para engañar a sus clientes y deshacerse de los efectivos contaminados, en un proceso similar a lo que ocurrió durante la caída de Lehman Brothers. En Margin Call los espectadores nos sumergimos en un ambiente enrarecido y artificial, la tensión se palpa en el aire y la angustia aumenta a medida que avanza la película y los personajes se sofocan ante el inminente desplome de sus negocios. Para acentuar esta sensación, cabe destacar que la acción sucede casi en exclusiva en espacios cerrados, siempre poblados por personajes nerviosos ante la incertidumbre y todo lo que está en juego. La ausencia de banda sonora, así como el predominio de las luces artificiales azuladas, contribuyen a aumentar esta sensación de alienamiento y extrañeza, que culmina con un final amargo e insatisfactorio para la mayoría de los protagonistas.


Por otra parte, la segunda y recién estrenada película de Chandor presenta un enfoque completamente opuesto. Cuando todo está perdido nos presenta a un anciano recorriendo el Pacífico a bordo de su velero, un protagonista anónimo a quien sólo conoceremos como "Nuestro hombre" gracias a los títulos de crédito. Su situación se vuelve crítica cuando su barco choca contra un contenedor chino, naufraga y se ve visto a las calamidades de la intemperie, los tiburones y la desesperación absoluta. Al contrario que Margin Call, Cuando todo está perdido no enfatiza en la contundencia de la historia que nos quiere narrar, pues posee una trama bastante sencilla, sino que se alza más como un ejercicio de estilo al contar con único personaje perdido en la abrumadora inmensidad del océano, un espacio que contrasta con la claustrofobia vista en Margin Call. La insignificancia del velero en el hipnótico azul del océano logra que los espectadores dudemos de las posibilidades que tiene nuestro protagonista de salvar la vida, con quien conseguimos simpatizar a pesar de que apenas pronuncia palabra en toda la película y de que sólo podemos deducir escasas pinceladas de su pasado gracias a pequeñas pistas. Al contrario que en Margin Call, en la segunda película de J.C. Chandor no vemos al hombre al borde del colapso en un sistema artificial que él mismo ha creado, sino enfrentándose a las fuerzas naturales que no puede controlar y que le superan con creces, bebiendo en parte de lo expuesto en obras literarias como La narración de Arthur Gordon Pym o El viejo y el mar, y de películas como la excelente 127 horas. Además, en Cuando todo está perdido la banda sonora se alza como un personaje más, con bellas e hipnóticas composiciones a cargo de Alex Ebert. Eso sí, la simplicidad de la propuesta y su contundencia pueden no resultar de agrado para todos los espectadores, y puede que incluso varios se sientan estafados de gastarse el desorbitado precio de una entrada en una película de estas características.


Lo que sí comparten ambas películas de Chandor, cuyos guiones ha escrito el propio director, algo que siempre es digno de admiración; es el excelente trabajo de los actores. En Margin Call tenemos un reparto coral que contribuye al agobio que transmite la cinta, en el cual destacan unos inmensos Kevin Spacey y Zachary Quinto, sorprenden "el mentalista" Simon Baker y unos recuperados Demi Moore y Jeremy Irons, y el siempre efectivo Stanley Tucci aporta humildad a su personaje. Mientras tanto, en Cuando todo está perdido el reparto se ha reducido a un único actor, y tenemos al gran Robert Redford apoyando el cine independiente con un papel de sufrido y parco protagonista cuya extenuación y creciente desesperación consiguen conmover a los espectadores sin necesidad de exagerar o dramatizar en exceso. Una pena que no le hayan nominado a los premios de la Academia, pues sin duda estamos ante un papel complejo y exigente.


Tras estos dos modestos triunfos, J.C. Chandor se ha revelado como un cineasta interesante, responsable de estimables y ricas propuestas; yo personalmente espero con muchas ganas su próximo proyecto, el thriller A Most Violent Year, que se estrenará dentro de un par de años y contará con dos de los actores del momento: Jessica Chastain y Oscar Isaac.

lunes, 17 de junio de 2013

Trance: Juegos mentales


Simon, un empleado de una casa de subastas, se ve involucrado en el robo de un cuadro de Goya que no sale según lo planeado y termina con Simon amnésico y el cuadro desaparecido. Incapaz de descubrir lo sucedido durante el robo, el grupo de mafiosos que busca desesperadamente el cuadro contrata los servicios de una hipnotista, Elizabeth, para tratar la amnesia de Simon, llevándole a un viaje por lo más oscuro de su mente.

Tras su paso por los Oscar con Slumdog Millionaire y 127 Horas y su labor como maestro de ceremonias de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Danny Boyle, uno de los cineastas británicos actuales más personales, regresa a sus orígenes con su nueva película, Trance. Para la ocasión, Boyle vuelve a colaborar con el guionista John Hodge, con quien ya trabajó en Trainspotting, Tumba abierta o La playa, y nos ofrece un peculiar viaje de giros, trucos y engaños mentales a través de las convenciones del thriller criminal. Desde su espectacular arranque, Trance mantiene alerta a los espectadores, planteando una trama en la que nada es lo que parece que mezcla rasgos del género negro socarrón de Snatch con el mundo onírico de Christopher Nolan visto en Memento y Origen para darnos escenas bastante impactantes y una historia que no da respiro. La acción de Trance va desplegándose y cambiando de rumbo gracias al pulso como director y al sentido del ritmo característico de Danny Boyle, que saca el máximo partido al montaje, los planos incómodos y la música electrónica para crear atmósferas tan cautivadoras como las de las escenas de hipnosis o la de la revelación final a través de las autopistas de Londres.


Este thriller de humor negro y giros imposibles se sustenta en tres personajes que se reparten el protagonismo y van evolucionando a medida que la película avanza, cambiando la impresión que los espectadores tenemos de ellos según se suceden los giros del argumento. Los tres están interpretados por actores inspirados que consiguen darles cierta profundidad y credibilidad a sus acciones, como son James McAvoy, joven actor en ascenso que aporta intensidad a sus papeles, ya sea haciendo de un primerizo Charles Xavier o del protagonista de Trance; Vincent Cassel (Cisne negro), aquí muy adecuado a su personaje, y Rosario Dawson (Siete almas), quien por fin cuenta con un papel que no sea de secundaria en el que tiene la oportunidad de demostrar su talento y fuerza interpretativa.


Con un tramo final que dejará en shock a los espectadores, Trance se revela como una de las sorpresas de la temporada, el regreso de Danny Boyle a sus orígenes como cineasta con una película sumamente entretenida, elaborada, con una historia sorprendente y una puesta en escena deslumbrante.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Mike Lee's Selection for 2011

El año nuevo está a punto de llegar y, como es costumbre en este blog, cerramos estos doce meses con un repaso a las películas que inundaron la cartelera y con mi selección personal de diez títulos que marcaron el año cinematográfico de una forma u otra.


En 2011 hemos podido disfrutar (o sufrir) en las salas de todo tipo de estrenos, desde las tragedias de personajes llevados al límite de Cisne Negro o The Fighter a las eficaces peripecas de ciencia ficción vistas en Destino Oculto, EVA o Sin Límites, pasando por desvaríos varios estilo Sucker Punch, el salto de las viñetas a la gran pantalla de superhéroes como Thor y el Capitán América, películas que han dado mucho que debatir como El Árbol de la Vida, thrillers de policías tan acabados como el protagonista de No habrá paz para los malvados, comedias recomendables como Cómo acabar con tu jefe, y por supuesto un aluvión de secuelas de todo tipo (Piratas del Caribe 4, Cars 2, The Hangover Part II, el final de Harry Potter...) e incluso de precuelas (El Origen del Planeta de los Simios). En resumen, un panorama muy variado.

Sin más preámbulos, os dejo con diez películas que para mí se encuentran entre lo más destacado del año cinematográfico:


*127 Horas: El director Danny Boyle saca el máximo partido a sus característicos y acelerados recursos narrativos en esta angustiosa historia de supervivencia en la que un inconmensurable James Franco interpreta a un excursionista atrapado en un inhóspito cañón de Utah.

*True Grit (Valor de Ley): Los hermanos Coen firman este western de aroma clásico, cuidado hasta el más mínimo detalle, para narrarnos una cuento de venganza por el que desfilan personajes pintorescos interpretados por un reparto inspirado formado por Jeff Bridges, Matt Damon, Josh Brolin, Barry Pepper y la debutante Hailee Steinfeld.

*Rango: Gore Verbinski deja de lado Piratas del Caribe y se pasa a la animación con una sorprendente película repleta de homenajes al western, a varios clásicos del cine y hasta de humor negro. Además, Johnny Depp da voz (y vida) al antihéroe protagonista.

*Código Fuente: Tras debutar con la fantástica Moon, el director Duncan Jones vuelve a contar con pocos pero bien aprovechados medios para construir una película de altas dosis de ciencia ficción y entretenimiento.

*X-Men. First Class: Bryan Singer vuelve para devolver a los mutantes al lugar de honor que les pertenece dentro del cine de superhéroes. En esta ocasión confía en Matthew Vaughn para narrar los orígenes de Xavier y Magneto, interpretados por unos carismáticos James McAvoy y Michael Fassbender.

*Super 8: J. J. Abrams y Steven Spielberg unen fuerzas en este homenaje a las películas de aventuras juveniles de la década de 1980 como Los Goonies, E.T. y Cuenta Conmigo, ofreciendo un filme con personalidad propia en el que queda patente la forma de entender el cine de entretenimiento del creador de Perdidos.

*Contagio: Steven Soderbergh y Scott Z. Burns reúnen a un reparto de pesos pesados (Matt Damon, Kate Winslet, Bryan Cranston, Marion Cotillard...) para contarnos los distintos puntos de vista ligados a la aparición de un nuevo virus de origen desconocido que amenaza con convertirse en una peligrosa pandemia global. La paranoia está servida.

*Las Aventuras de Tintín. El Secreto del Unicronio: Steven Spielberg se alía con Peter Jackson en esta rompedora película de animación, con la cual la técnica de captura de movimiento avanza a pasos agigantados al mismo tiempo que el espíritu de los cómics de Hergé inunda la pantalla en este regreso a la avenutra pura donde todo puede suceder.

*Misión: Imposible IV - Protocolo Fantasma: Después del baile de directores y registros de las anteriores entregas, el equipo formado por J. J. Abrams, Tom Cruise y Brad Bird consigue una película de factura impecable, trama imparable, reparto equilibrado y escenas espectaculares que no da respiro a los espectadores.

*Drive: Tributo al cine de atracadores, mafias y tipos más duros que el cemento que encuentra su voz propia gracias a una puesta en escena brillante y a un reparto entregado en el que destaca la interpretación de Ryan Gosling como el nuevo héroe sin nombre.


¿Y qué podemos aventurar de 2012? De momento, que vendrá cargado de estrenos, cómo no. Empezaremos por las películas de 2011 que suenan con fuerza para figurar entre las nominadas a los Oscar, como por ejemplo Moneyball, The Descendants, The Ides of March... seguiremos con el regreso de grandes directores como Clint Eastwood (J. Edgar), Martin Scorsese (Hugo), Steven Spielberg (War Horse) y David Fincher (Millenium); continuaremos con más secuelas (Sherlock Holmes 2, Men in Black 3, The Dark Knight Rises) y asistiremos al comienzo de nuevas sagas (John Carter) y a "precuelas" que generan una enorme expectación con sus primeros tráilers como Prometheus y El Hobbit. Pero ya hablaremos de todo esto, de mometo:

¡Feliz año a todos! ¡Que tengáis un estupendo 2012!

lunes, 15 de agosto de 2011

El Origen del Planeta de los Simios

En un futuro cercano, el joven y prometedor científico Will Rodman trabaja en una posible cura para enfermedades neurodegenerativas que puede hacer millonarios a los laboratorios que subvencionan su investigación. Antes de probar la cura en humanos, Will debe experimentar con simios, pero los problemas surgen cuando observa cómo el chimpancé llamado César muestra un desarrollo cognitivo inusual para su especie, incluso comparable al de los humanos.

En busca de una franquicia que explotar para obtener sustanciosos beneficios en taquilla, los estudios de 20th Century Fox decidieron recurrir al clásico de 1968 protagonizado por Charlton Heston, El Planeta de los Simios, y dar una vuelta de tuerca a lo planteado en esta película tras las desastrosas secuelas con que contó y el remake dirigido por Tim Burton en 2001, el cual no logró convencer a los espectadores y fue duramente criticado. Así, se puso en marcha una campaña viral para promocionar la película que narraría cómo los simios se rebelaron contra los humanos y tomaron la Tierra, propuesta que fue recibida con fuerte rechazo y escepticismo por muchos (entre los que me incluyo), ya que resulta totalmente absurdo mostrar el origen del citado planeta cuando uno de los mayores encantos de la película original era el misterio generado en torno a qué podía haber sucedido para que los simios se hicieran con el poder, incógnita para la que surgían todo tipo de posibles respuestas, muchas de ellas relacionadas con el darwinismo.


Sin embargo, tras su estreno el pasado 5 de agosto, El Origen del Planeta de los Simios sorprendió y fascinó por igual a público y crítica, convirtiéndose en uno de los taquillazos y sorpresas del verano (en parte debido a que nadie esperaba nada de ella, dada su propuesta). Aunque no comparto el furor que ha desatado, El Origen del Planeta de los Simios me ha parecido una película bastante entretenida, con una historia sencilla propia de un blockbuster veraniego que funciona en pantalla gracias a una correcta dirección alejada de la estruendosa escuela de Michael Bay, y a una vistosa puesta en escena, todo ello acompañado por una leve y repetitiva crítica de lo crueles que son los seres humanos con otros animales y de cómo jugar a ser dioses con ellos puede volverse en su contra.

Los encargados del guión son Rick Jaffa y Amanda Silver, a quienes ahora les llueven los encargos y que consiguen imprimir un tono ameno a los poco más de 90 minutos de película centrados en la represión que sufre César, el chimpancé superinteligente, y cómo su sed de venganza hacia los humanos que lo torturaron se convertirá en el detonante de la revuelta de los simios, revolución cogida con pinzas que no encaja mucho con lo visto en la película original, aunque dado su éxito ya tendrán tiempo en las secuelas de aclarar lo sucedido (o no). El director es el semidesconocido Rupert Wyatt, autor de cortometrajes que debutó con la película El Escapista y que con El Origen del Planeta de los Simios se pasa al cine comercial. Sorprende el uso que hace de los elaborados efectos especiales de Weta Digital (compañía de Peter Jackson), empleados para dotar de vida y realismo a los simios y no para abrumar al espectador con explosiones atronadoras.


La presencia del reparto es meramente anecdótica (como sucede con la banda sonora de Patrick Doyle, casi imperceptible), pues nos encontramos con el potencial de James Franco (127 Horas) desaprovechado, a Freida Pinto (Slumdog Millionaire) relegada a mujer florero con apenas líneas de diálogo, el cameo de Brian Cox, y a Tom Felton haciendo de Draco Malfoy una vez más. Eso sí, también aparecen en pantalla un correcto John Lithgow y la estrella de la función, Andy Serkis, un experto en dar vida a criaturas digitales que de nuevo realiza un gran trabajo a pesar de ocultar su rostro bajo los efectos especiales, esta vez como el protagonista, César.


Dado su inesperado éxito, el director ya ha confirmado la puesta de marcha de una secuela que continuará narrando la lucha entre simios y humanos por el control de la Tierra. De momento, El Origen del Planeta de los Simios refresca la cartelera del verano con una historia sencilla pero entretenida, y unos efectos especiales que dan un paso más en la recreación de criaturas digitales tras Gollum, King Kong y los Na'vi de Avatar.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Gravity: En el espacio, nadie puede oírte gritar

Durante una misión de mantenimiento, la doctora Ryan y el astronauta Matt Kowalski presencian un terrible accidente que les deja a la deriva en el espacio, sobre la órbita de la Tierra. Contra todo pronóstico, los dos astronautas harán todo lo que está en su mano y más para buscar un modo de llegar a la Estación Espacial Internacional y regresar a la Tierra.


Gravity es la esperada nueva película del director Alfonso Cuarón, la cual llevaba años en desarrollo y de la que se conocía que contaría con un reparto mínimo y con efectos especiales revolucionarios. Cuarón pertenece a la generación de directores mexicanos, junto a Guillermo Del Toro y Alejandro González Iñárritu, que saltaron al mercado del cine estadounidense a mediados de los 90 y desde entonces han filmado películas en las que queda patente su sello particular. En el caso de Cuarón, ha explorado distintos géneros, manteniendo siempre un ligero tono oscuro y la presencia de personajes que buscan conectar con otros tras haber sufrido algún duro trauma en el pasado. En su filmografía destacan la tercera parte de Harry Potter, que rompió con el tono familiar de las dos anteriores entregas, la versión contemporánea de Grandes esperanzas de Dickens, y mis dos favoritas: La Princesita, un durísimo cuento narrado de forma preciosa, e Hijos de los hombres, distopía futurista que cuenta con secuencias que nos dejan sin aliento.


El estreno de Gravity se ha hecho esperar, pero sin duda supone un nuevo éxito en la carrera de Cuarón. Escrita en colaboración con su hijo Jonás, Gravity cuenta una historia aparentemente sencilla que huye del despliegue de pirotecnia y de seres fantásticos de la ciencia ficción para mostrarnos a dos astronautas atrapados en el vacío del espacio, a escasa distancia de la órbita de la Tierra. Con esta premisa se desarrolla una historia de supervivencia extrema, en la línea de grandes películas como Náufrago, Buried o la genial 127 Horas, en la que los protagonistas se ven atrapados en un medio inhóspito y deben enfrentarse a sus propios miedos y dificultades con el fin de sobrevivir. Semejante situación propicia el desarrollo de los personajes a través de pequeñas pinceladas que nos dejan entrever el carácter socarrón de Kowalsky y la pérdida reciente que marcó a la doctora Ryan.

Además de la brillante sencillez de la historia, Gravity sorprende por la forma en que está narrada. Cuarón aprovecha efectos digitales punteros, el vacío del entorno espacial y el 3D para ofrecer imágenes de gran belleza en las que contrasta el brillo de la Tierra con la profunda oscuridad del espacio, resaltando la angustia de los protagonistas. De este modo, tiene ocasión de filmar planos secuencias que nos dejarán clavados a la butaca con la boca abierta, como la secuencia de apertura, y tampoco podemos olvidarnos del ingenioso juego de sonidos con el que cuenta Gravity: en lugar de atronar al espectador, la película nos sumerge en el silencio sepulcral del espacio y nos acerca a los personajes, de modo que sólo escuchamos sus voces a través de las radios de sus escafandras. En este aspecto también hay que destacar la banda sonora de Steven Price, joven compositor que ha trabajado a las órdenes de Howard Shore y de Hans Zimmer que ahora tiene la ocasión de lucirse con una partitura angustiosa.


En cuanto al reducido reparto, sólo se puede alabar el trabajo de George Clooney, tan comedido como en sus papeles más recientes, y sobre todo el papel de Sandra Bullock. Sorprende que una actriz normalmente asociada a comedias estúpidas de vez en cuando nos brinde interpretaciones de gran carga dramática como su trabajo en Crash o la que hoy nos ocupa.


Gracias a la sencillez y humanidad de su angustiosa historia, a la rompedora puesta en escena y al trabajo de los actores, Gravity se alza como un nuevo triunfo de la ciencia ficción (si bien es difícil enmarcarla en este género) y como una de las películas más interesantes del año.

lunes, 28 de febrero de 2011

Oscar 2010: Ceremonia real

Llegó el esperado momento y la pasada madrugada se celebró la 83ª edición de los Oscar, en la cual la Academia de cine de Hollywood premió lo mejor del las películas de 2010, de acuerdo con sus criterios, claro.
 
Ni dos presentadores de lujo como Anne Hathaway y James Franco (brillante en 127 Horas) ni sorpresas como la presencia de los legendarios Kirk Douglas y Eli Wallach o discursos emotivos consiguieron dar ritmo a la gala, que avanzaba despacio por los cortes publicitarios sin permitir siquiera que los números musicales resaltasen.


Los intérpretes recibieron los galardones previstos, de modo que Colin Firth, Christian Bale, Natalie Portman y Melissa Leo vieron premiadas sus interpretaciones (cada una rica en su estilo) y trayectorias en el cine. El resto de estatuillas estuvieron bastante repartidas: la Alicia de Tim Burton se hizo con los correspondientes a dirección artística y vestuario; Toy Story 3 con los de animación y canción (Randy Newman lo merecía con la cantidad de memorables bandas sonoras que ha compuesto); Origen ganó en las categorías de fotografía (¿y Roger Deakins qué?), efectos especiales, edición y mezcla de sonido mientras que La red social hizo lo propio con la banda sonora, la edición y un merecidísmo guión adaptado para Aaron Sorkin.
La pareja presentadora
Eso sí, el triunfo de El discurso del rey en las categorías de película, guión original y dirección me pareció exagerado. Como comenté hace un tiempo, la considero una película humana, con un claro mensaje de superación personal ante las adversidades, sencilla en las formas y con agudos diálogos, muy recomendable como representante de la tradición del cine británico. Aun así, creo más merecedores de un galardón de estas características otros de los títulos nominados y, en cuanto al guión original, prefiero el firmado por Nolan para Origen, con el que construye su propio mundo para luego desarrollar una historia trepidante poblada por personajes atormentados. 

El resultado del premio a mejor director sí que me pareció absurdo: Tom Hooper opta por una puesta en escena casi teatral, muy sencilla aunque interesante a la hora de reflejar las posiciones enfrentadas de los personajes en los planos que ocupan; pero desde luego considero más dignos de alabanzas el esfuerzo de coordinación de Nolan en Origen y sobre todo la labor de David Fincher en La red social, quien además de narrarnos una historia fragmentada tiene una trayectoria asombrosa como cineasta (innovaciones formales incluidas). 

La superación en la monarquía frente a la deshumanización en las redes sociales
Como es habitual, estos premios nunca agradan a todos. De ello puede dar fe True Grit, que con 10 merecidas nominaciones ha tenido la misma suerte que las fantásticas El color púrpura y Gangs of New York al irse sin premio alguno. Para consultar la lista completa de los premiados, click aquí.

Con el fin de los Oscar podemos dar por terminada la temporada cinematográfica correspondiente a 2010, así que ahora esperamos un aluvión de estrenos propios de 2011, muchos de ellos inspirados en interesantes propuestas de ciencia ficción (The Adjustment Bureau, Source Code, Limitless) y otros basados en conocidos superhéroes (Thor, Capitán América, X-Men: First Class). ¿Cuáles son los que más esperáis?

viernes, 31 de diciembre de 2010

Mike Lee's Selection for 2010

Termina 2010 y, como es costumbre en este blog, concluimos el año con un repaso de las películas más destacadas entre los distintos estrenos. Con temporadas bastante irregulares en las que la cartelera estaba desierta de propuestas interesantes, 2010 se ha caracterizado por la creciente (y preocupante) tendencia de los grandes estudios a jugar sobre seguro con superproducciones basadas en éxitos de la década de los ochenta, ya sean segundas partes como Tron Legacy y Predators o nuevas versiones al estilo de Furia de titanes, El equipo A y Karate Kid, por no mencionar la cantidad de secuelas estrenadas.




Aun así, aquí están los diez títulos que para mí han marcado el año:

*Buried: Habíamos visto a nuestros protagonistas enterrados vivos en capítulos de Alfred Hitchcock presenta y en un par de títulos de Quentin Tarantino, pero esta arriesgada película merece ser alabada por el guión de Chris Sparling, la interpretación de Ryan Reynolds y la eficaz dirección de Rodrigo Cortés, todo para mostrar hasta qué punto la sociedad oprime al individuo.

*Kick-Ass: Gamberra película superheroica con un ritmo trepidante, cortesía de Matthew Vaughn. Acción, mucho humor, un reparto acertado y una adecuada banda sonora nos animan a limpiar las calles de criminales aunque no tengamos superpoderes.

*Fantastic Mr. Fox: Wes Anderson triunfa en su salto a la animación stop-motion con una película muy recomendable. Adaptación de la novela de Roal Dahl que mantiene las constantes de su director y nos ofrece un auténtico espectáculo visual.

*Invictus: El maestro Clint Eastwood retrata la lucha por la paz y el perdón de Nelson Mandela en una película esperanzadora. Un canto a la humanidad y la tolerancia que cuenta además con las brillantes interpretaciones de Morgan Freeman y Matt Damon.

*The Ghost Writer (El escritor): La aclamada película de Roman Polanski nos atrapa con una historia en la que nada es lo que parece. Intrigas políticas, espionaje, actualidad y la labor de actores como Ewan McGregor, Pierce Brosnan, Olivia Williams y Tom Wilkinson se dan la mano en este trepidante thriller.

*Shutter Island: Martin Scorsese cambia de registro en este inquietante thriller psicológico que puede presumir de reparto y una agobiante puesta en escena. No confíes en nadie, ni siquiera al final.

*Toy Story 3: Aunque se suman a la tendencia de las secuelas, los estudios de animación Pixar nos traen la última entrega de la saga que lo inició todo. Hora de despedirse de Woody, Buzz y compañía en una trepidante aventura repleta de homenajes a grandes películas.

*The Town: Asombroso drama social centrado en un grupo de atracadores de bancos de Charlestown filmado por Ben Affleck con la influencia del cine clásico e impresionantes actuaciones. No dejará indiferente a nadie.

*Inception: Christopher Nolan desarrolla su propio mundo de ficción en una película de factura impecable con un reparto de auténtico lujo. Dos horas y media en auténtica tensión.

*La red social: A partir de la fundación de Facebook, David Fincher y Aaron Sorkin construyen una lucha por el poder con ecos de tragedia clásica que refleja los cambios sociales en la era de Internet. Actores inspirados, técnica perfecta y múltiples lecturas la convierten en la película del año.

Otras propuestas interesantes estrenadas en 2010 serían Un tipo serio, comedia absurda de los hermanos Coen; la ácida visión de la crisis económica que Jason Reitman nos ofrece en Up in the Air; las incisivas críticas de la guerra de Irak mostradas en The Hurt Locker, Green Zone o Los hombres que miraban fijamente a las cabras; la sorprendente actuación de Jeff Bridges en Crazy Heart; el inicio de la prometedora saga cinematográfica de Sherlock Holmes o el homenaje que Danny Trejo se merecía en Machete.

¿Qué nos espera en 2011? Para empezar, llega la temporada de estrenos con muchas posibilidades de ser nominados a los Oscar: Black Swan, Hereafter, 127 Hours, True Grit, The Fighter... Como es de esperar, llegarán más secuelas y remakes, pero también asistiremos al regreso de grandes directores como Terrence Malick con The Tree of Life y Steven Spielberg con Tintín y War Horse.



¡Os deseo a todos un Feliz 2011!