martes, 28 de febrero de 2012

Oscar 2011: Homenaje al cine

La noche del día 26 de febrero se cumplieron las predicciones de muchos cuando la Academia de Hollywood decidió reconocer como las mejores películas de 2011 a dos cintas bien diferenciadas que tienen un punto en común: ambas rinden homenaje al cine clásico. Así, The Artist y La invención de Hugo de Martin Scorsese se llevaron cada una cinco estatuillas; si bien la primera se hizo con los galardones de mayor peso en la gala presentada por el veterano Billy Crystal, que volvió a hacer sus bromas características.


En general hubo pocas sorpresas en los premios, ya que desde que se anunciaron las nominaciones estaba bastante claro en qué dirección irían los votos de los académicos este año. Personalmente, hay varios premios con los que no estoy de acuerdo, como es el caso del premio al Mejor Actor a Jean Dujardin (no dudo de la calidad de su trabajo, pero competía con actores como Brad Pitt, George Clooney o Gary Oldman que creo que se lo merecían bastante más por sus trayectorias), o el de Mejor Banda Sonora también para The Artist (sobre todo cuando John Williams tenía dos nominaciones por dos partituras de altura). Aun así, me alegro por los ganadores de otros galardones que sin duda los merecen, especialmente Meryl Streep (es su tercera estatuilla después de años de nominaciones), la película de animación Rango, la canción Man or Muppet, y Christopher Plummer, actor que lleva décadas trabajando de forma impecable y por fin ha recibido el premio que tanto se le resistía.


Más que descontento con los galardones, creo que en esta edición de los Oscar ha habido demasiadas películas que los académicos han ignorado por completo a pesar de las buenas críticas que habían recibido por parte del público y de la prensa, como por ejemplo Drive, Shame, Las aventuras de Tintín, o Super 8; y por mi parte me habría gustado que películas como Moneyball o Los idus de marzo se hubieran alzado con alguna estatuilla. En fin, para consultar el listado completo de los premiados, click en este enlace.

¿Qué os ha parecido la gala? ¿Y los resultados?

sábado, 25 de febrero de 2012

Moneyball: Rompiendo las reglas

Cansado de perder partidos y jugadores, Billy Beane, director general de los Athletics de Oakland, decide enfrentarse a la junta directiva del equipo para proponer un cambio en el modo de enfocar el "negocio" del béisbol: en lugar de gastarse millones de dólares en comprar jugadores estrella, opta por basar los fichajes en un rompedor método informático y estadístico. En su empresa, Beane se enfrentará contra directivos, jugadores, el propio entrenador de los Athletics, fantasmas del pasado y hasta con su desestructurada vida personal; pero no estará solo, contará con la ayuda de Peter Brand, el joven que pondrá en práctica sus rompedoras ideas.
Basada en hechos reales sucedidos durante la liga de béisbol profesional de 2001, Moneyball no contó con un rodaje demasiado sencillo. En un primer momento, Steven Soderbergh estaba muy interesado en llevar el caso de Billy Bean y los Athletics a la gran pantalla, pero no tardó en abandonarlo debido a los muchos otros proyectos que se le acumulaban y a su anunciado retiro. Sin embargo, el actor elegido para interpretar al protagonista, Brad Pitt, mantuvo la confianza en el guión escrito por Steven Zaillian (American Gangster), ejerció de productor y consiguió que el director Bennet Miller (Capote) se atreviera a dirigir Moneyball, trayéndose consigo a su actor predilecto, el gran Philip Seymour Hoffman.


Tras la reescritura del guión por parte de Aaron Sorkin (autor de la brillante La red social), el resultado de Moneyball es impecable. Estamos ante una película densa, que nos adentra en el mundo del béisbol profesional no para aturdirnos con tecnicismos deportivos, sino para sumergirnos en una historia de valores humanos en la que la fuerza de superación, la carga de los errores pasados y las ganas de romper con lo establecido manteniendo unas creencias propias son los rasgos que definen al protagonista. La película se basa en unos diálogos muy ágiles que hacen avanzar la trama y nos descubren a los personajes (en este aspecto se nota bastante el toque de Sorkin). Así, las conversaciones fluyen con naturalidad gracias a la puesta en escena sencilla y nada artificial de Miller, quien filma escenas brillantes como la del partido final. Si a esto le añadimos el uso tan curioso de la música y de los silencios y la fotografía de Wally Pfister (Origen), nos encontramos sin duda ante una película de altura.


Los actores resultan más que creíbles en sus respectivos roles, desde un sorprendente Jonah Hill (alejado de sus papeles en comedias de la casa Apatow) al siempre efectivo Philip Seymour Hoffman (muy comedido en su papel de entrenador), incluyendo los cameos de Robin Wright y Spike Jonze. El protagonista absoluto es Brad Pitt, quien nos tiene acostumbrados a grandes papeles y en Moneyball demuestra su talento como intérprete, siendo capaz de expresar con total naturalidad la lucha interna y externa que atraviesa el personaje de Billy Bean, además de que la complicidad en pantalla con el personaje de Hill resulta más que evidente.


Mucho más que un drama ambientado en el mundo del béisbol, Moneyball es una película intensa y absorbente que cuenta con unos guionistas excepcionales, un director muy hábil y un actor capaz de transmitir emociones con las que todos los espectadores nos sentiremos identificados. No se la pierdan.

martes, 21 de febrero de 2012

The Muppets: El regreso de los Teleñecos


Mary, Gary y su hermano Walter abandonan durante unos días el idílico pueblo de Smalltown para visitar la ciudad de Los Ángeles. Allí descubren que los estudios y el teatro de los Muppets cerraron hace mucho tiempo, y que ahora el magnate conocido como Tex Richman planea hacerse con ellos para explotar un yacimiento petrolífero situado bajo estos terrenos. Desesperado ante tal situación, Walter emprenderá la arriesgada misión de reunir a todos los antiguos miembros de los Muppets para organizar una última función que devuelva a sus ídolos al lugar que se merecen.

Desde que Jim Henson creara The Muppet Show (más conocido como Los Teleñecos por aquí) a mediados de la década de 1970, las entrañables marionetas que protagonizaban sketches de  humor absurdo, parodias y números musicales han acompañado a varias generaciones a lo largo de los años, y somos muchos los que crecimos con las aventuras de la rana Gustavo, Peggy, Gonzo, Fozzy y Animal. La película que hoy comentamos consigue lo imposible al traer de vuelta a unos personajes tan queridos para presentarlos de nuevo al público infantil a la vez que ofrece un sentido homenaje al espíritu de las creaciones de Jim Henson y lo que supusieron para muchos de nosotros.


Los estudios de Disney llevaban varios años planteándose la forma de relanzar a los Teleñecos, tarea que aceptaron el guionista Nicholas Stoller (Di que sí) y el actor y también guionista Jason Segel, uno de los representantes de la denominada "nueva comedia" americana, famoso por sus papeles en la serie Cómo conocí a vuestra madre y en las películas del sello Apatow. A este dúo se unió James Bobin, director británico vinculado al mundo de las televisión, y juntos han conseguido filmar un espectáculo apto para todos los púlicos repleto de brillantes números musicales (la banda sonora no tiene desperdicio), humor absurdo y mensajes esperanzadores que nos invitan a mantener la fe en nosotros mismos y en los que de verdad nos importan (aquí se nota bastante la influencia de Disney).

Además, sorprenden las bromas y reflexiones acerca del mundo del espectáculo que pueblan la película, durante la cual se defiende un  concepto de entretenimiento basado más en la música y los gags de humor disparatado que en los realities y las  películas saturadas de efectos especiales digitales que predominan en la actualidad. A este aspecto "metateatral" hay que sumar el factor nostalgia que sin duda inunda la película, la cual funciona como un homenaje a unos personajes tan característicos y admirados como son los Teleñecos, proponiendo a los espectadores el mismo reencuentro con el pasado que atraviesan los protagonistas.


El propio Jason Segel se reserva uno de los papeles principales de la película junto a la siempre sorprendente Amy Adams (con un personaje más cercano al de Encantada, la película que la encumbró, que a su rol de hace un año en The Fighter) y a la nueva marioneta, Walter, un joven un tanto inadaptado que busca encontrarse a sí mismo y salvar a sus héroes. Les acompañan un sensacional Chris Cooper (genial su número musical), más de un centenar de los propios Muppets, y un sinfín de cameos de celebridades del mundo del cine y la televisión entre las que podemos encontrar a Alan Arkin, Jack Black, Zach Galifianakis, Emily Blunt, Whoopi Goldberg, Neil Patrick Harris, Sarah Silverman, Ken Jeong, Jim Parsons, John Krasinski... incluso aparece el veterano Mickey Rooney.

The Muppets recupera el espíritu del espectáculo del que hacían gala las marionetas creadas por Jim Henson, capaces de entretener tanto a mayores como a pequeños; al mismo tiempo que ofrece un sincero homenaje a la influencia que han tenido en generaciones de espectadores, acompañándolo de deslumbrantes números musicales, bromas desenfadadas y reflexiones mordaces acerca del mundo del entretenimiento. Esperemos que el show continúe.


*La proyección de esta película va acompañada del cortometraje Small Fry, lo nuevo de Pixar. En él, nos encontramos con los protagonistas de Toy Story, quienes vivirán una nueva y divertida aventura relacionada con la desaparición de Buzz Lightyear. Aunque resulta entretenido y el diseño de algunos personajes nuevos es muy llamativo, empieza a cansar que en Pixar se empeñen en explotar la saga de los juguetes (a este paso no tardaremos en ver Toy Story 4).

martes, 14 de febrero de 2012

Sherlock: Segunda Temporada

 
En agosto de 2010, cuando todavía estaba "fresca" la nueva versión cinematográfica del detective de Baker Street dirigida por Guy Ritchie, la BBC nos sorprendió con el estreno de Sherlock, miniserie de tres episodios creada por los guionistas Steven Moffat y Mark Gatiss. En ella nos presentaron una reinvención del mítico personaje literario creado por Sir Arthur Conana Doyle, trasladando los casos de Sherlock Homes y el doctor John Watson al siglo XXI, incluyendo homenajes a novelas como Estudio en escarlata o El signo de los cuatro, y dejándonos con un impactante final en el que James Moriarty, la némesis del detective, cobraba vital importancia.

Tras una larga espera, a comienzos de 2012 la BBC estrenó la segunda temporada de Sherlock siguiendo justo donde terminó la primera, y debo admitir que el resultado ha sido inmejorable. Compuesta por tres capítulos, esta segunda temporada cuenta con un desarrollo brillante de personajes. Resulta impresionante cómo a lo largo de tan pocos episodios la amistad entre Holmes y Watson atraviesa diferentes obstáculos y supera varias pruebas, mientras que la compleja personalidad del detective privado complicará (y al mismo tiempo enriquecerá) sus vínculos con personajes como Lestrade, la señora Hudson, su hermano Mycroft, e incluso Moriarty.


Cada capítulo es un homenaje directo a uno de los relatos o novelas de Conan Doyle. En el primero, A Scandal in Belgravia, entra en escena la versión actualizada de Irene Adler, la única mujer que Holmes considera que está a su altura. Le sigue The Hounds of the Baskervilles, episodio que recrea la trama de la famosa novela con el misterio del monstruoso sabueso que habita en los páramos de Dartmoor. Para terminar, The Reinchenbach Fall nos presenta la prueba más dura a la que Sherlock se ha enfrentado nunca, hasta el punto de que verá cómo se desmorona todo su mundo mientras Moriarty regresa decidido a acabar con él. Los tres capítulos resultan sumamente entretenidos y muy bien llevados, cuentan con enrevesados juegos de ingenio (aunque en ocasiones se pasan un poco con alguna que otra resolución rocambolesca), mucho respeto por el espíritu original del personaje, y un final impactante que obliga a los espectadores a desear con todas sus fuerzas que la tercera temporada llegue pronto (lo cual parece complicado, dadas las apretadas agendas de los protagonistas).


La banda sonora y la ambientación en la actualidad son elementos esenciales en esta serie. Además, los actores cumplen con sus papeles (tal vez el que resulta más exagerado es Moriarty por su histrionismo), y del reparto hay que destacar a la pareja protagonista, los fantásticos Benedict Cumberbatch y Martin Freeman, quienes con su vozarrón grave y presencia enigmática y con su aspecto de tipo bonachón y sencillo, respectivamente, consiguen dar profundidad y complejidad a la emblemática pareja que interpretan.


La espera de la tercera temporada de Sherlock será difícil no sólo por el enorme "continuará" final, sino por los buenos resultados conseguidos por esta segunda tanda de tres capítulos, los cuales cuentan con un brillante desarrollo de personajes y una capacidad asombrosa para ofrecer una nueva versión del mundo de Sherlock Holmes a la vez que se respeta el espíritu de las conocidas obras de Conan Doyle.

miércoles, 8 de febrero de 2012

J. Edgar: La creación del FBI


En la década de 1920, un ambicioso joven llamado John Edgar Hoover sacude las bases del sistema judicial de Estados Unidos gracias a las nuevas técnicas que aplica a la investigación criminalista. Sus esfuerzos conducirán a la fundación del FBI, que en las próximas décadas se enfrentará a las sucesivas olas de crimen que recorrerán el país mientras que Hoover incrementará su poder hasta el punto de que su figura intimidará a varios presidentes.

Nueva película de Clint Eastwood como director, productor y compositor, dedicada en esta ocasión a la vida de J. Edgar Hoover, una de las figuras claves de la historia de EEUU en el siglo XX famoso tanto por su papel como fundador del FBI como por las polémicas y leyendas que envuelven su persona. Basándose en el guión escrito por Dustin Lance Black (ganador del Oscar por su trabajo en la recomendable Milk), Eastwood opta por un enfoque bastante imparcial de Hoover puesto que la película no se decanta por ensalzarlo como héroe ni por condenarlo por sus aspectos más controvertidos. En su lugar, ofrece a los espectadores un retrato completo del personaje que combina su juventud y lucha contra el crimen organizado al frente de un primerizo FBI con sus últimos años y su reacción frente a la actualidad política de 1960 en adelante.


Con sus cerca de dos horas y veinte minutos de duración, la película puede resultar un poco densa, especialmente para el público que no esté demasiado familiarizado con la historia de EEUU del pasado siglo, ya que J. Edgar nos presenta las reacciones de un personaje particular a diferentes sucesos que comprenden desde la detención del atracador de bancos John Dillinger hasta los asesinatos de JFK y Martin Luther King. Sin embargo, queda demostrada la maestría de Eastwood como director a la hora de permitir que la trama y los diálogos de la película fluyan con ritmo, con saltos entre el presente y el pasado, y secuencias dinámicas (merecen especial atención las dedicadas a mostrar los métodos del FBI en sus investigaciones durante la década de 1930); todo ello para ofrecer a los espectadores un acercamiento completo a la figura de Hoover y sus complicadas relaciones con Helen Gandy, su secretaria, y con Clyde Tolson, su mano derecha.


Además, hay que destacar la ambientación y la recreación histórica, que permiten a la película desplazarnos hasta las épocas que retrata como ya sucedía con El Intercambio, y por supuesto la fotografía de Tom Stern, colaborador habitual de Eastwood.  El reparto resulta bastante convincente, y entre sus miembros destacan las correctas actuaciones de Dermot Mulroney (Zodiac), Judi Dench (M en la saga Bond), Naomi Watts (King Kong) y Armie Hammer, uno de los descubrimientos de La Red Social. El papel principal cae en las manos de Leonardo DiCaprio, quien brinda una interpretación magistral al meterse en la piel de J. Edgar a lo largo de distintas etapas de su vida, cambiando su aspecto físico para reflejar los pliegues y contradicciones que componen la compleja personalidad de una figura tan controvertida como la que da título a la película (una lástima que los miembros de la Academia no lo tuvieran en cuenta).


A pesar de lo densa que pueda resultar por el contexto en que se enmarca, J. Edgar consigue acercar a los espectadores a una figura de tanta relevancia como es la del creador del FBI, además de que cuenta con una cuidada ambientación y el talento combinado de un intérprete que mejora con cada nuevo trabajo (DiCaprio) y  de un director que hace tiempo demostró su habilidad para narrar cualquier tipo de historia resaltando el lado humano de los personajes.


*Para terminar, después de J. Edgar se rumoreaba que Eastwood tenía intención de dirigir una nueva versión de Ha nacido una estrella con Beyoncé de protagonista. Tras el poco interés que ha mostrado la cantante, los planes de Eastwood apuntan en otra dirección: según lo previsto, podría volver a la interpretación en Trouble with the Curve, el debut tras la cáma de su ayudante de dirección, Robert Lorenz. Estaremos atentos a más novedades.