Primero llegaron las nuevas producciones de la recién creada Marvel Studios para sorprender a los aficionados con Iron Man, un nuevo comienzo para El Increíble Hulk y la puesta en marcha de la Iniciativa Vengador; y mientras esperamos ansiosos el estreno de El Caballero Oscuro (con toda la expectación que está generando por los motivos más dispares) y vemos algún que otro avance sobre Hellboy II o Wanted, hay otro superhéroe que sacude las taquillas.
Se trata de Hancock, la nueva superproducción de Will Smith, quien, tras ser el último hombre sobre la Tierra en Soy Leyenda y retratar personajes tan emotivos como el protagonista de la recomendable En Busca de la felicidad, se mete ahora en la piel del atípico superhéroe John Hancock.
Un personaje bastante original, puesto que no es para nada amistoso ni hace el mínimo esfuerzo por ganarse la gratitud de los ciudadanos a los que "ayuda", sino más bien todo lo contrario. También es muy original la primera aparición del héroe, puesto que en lugar de empezar con una explicación sobre el origen y condición del superhéroe, Hancock simplemente ya estaba ahí, siendo la fuente de su poder desvelada con brevísimas pinceladas a lo largo de la película y dejando a más de uno atónito por el giro argumental que supone, con cambio de género cinematográfico incluido.
Para ayudar a este agresivo héroe adicto al whisky están Jason Bateman (el huidizo padre adoptivo de Juno) y Charlize Theron, quienes serán responsables de más de un cambio en la vida de este supertipo.
Algunas referencias al mundo de los cómics, el carisma del Príncipe de Bel-Air, el tono cómico del principio y el punto final de los créditos hacen de Hancock una película entretenida para el verano, que nos ayuda a sumergirnos todavía más en el mundo de los superhéroes cinematográficos.
Se trata de Hancock, la nueva superproducción de Will Smith, quien, tras ser el último hombre sobre la Tierra en Soy Leyenda y retratar personajes tan emotivos como el protagonista de la recomendable En Busca de la felicidad, se mete ahora en la piel del atípico superhéroe John Hancock.
Un personaje bastante original, puesto que no es para nada amistoso ni hace el mínimo esfuerzo por ganarse la gratitud de los ciudadanos a los que "ayuda", sino más bien todo lo contrario. También es muy original la primera aparición del héroe, puesto que en lugar de empezar con una explicación sobre el origen y condición del superhéroe, Hancock simplemente ya estaba ahí, siendo la fuente de su poder desvelada con brevísimas pinceladas a lo largo de la película y dejando a más de uno atónito por el giro argumental que supone, con cambio de género cinematográfico incluido.
Para ayudar a este agresivo héroe adicto al whisky están Jason Bateman (el huidizo padre adoptivo de Juno) y Charlize Theron, quienes serán responsables de más de un cambio en la vida de este supertipo.
Algunas referencias al mundo de los cómics, el carisma del Príncipe de Bel-Air, el tono cómico del principio y el punto final de los créditos hacen de Hancock una película entretenida para el verano, que nos ayuda a sumergirnos todavía más en el mundo de los superhéroes cinematográficos.
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