viernes, 30 de noviembre de 2012

The Black Keys en Madrid

En una era musical en la que predominan el espectáculo estrafalario y los singles simplones y pegadizos por encima de la calidad, la frescura y la creatividad artística de las composiciones, sin duda es motivo de celebración el éxito de un grupo como The Black Keys. El dúo, formado en Ohio en 2001, sorprendió a finales de 2011 con la publicación de su último disco hasta la fecha, El Camino, en el que llevaban un paso más allá su característico rock con fuerte influencia de blues, sonido de garaje y fuerte distorsión, con once canciones de mucha personalidad que lo convertían en un trabajo perfecto e intenso.


Consolidado como uno de los discos del año, El Camino ha llevado a Dan Auerback (voz y guitarra) y a Patrick Carney (batería) a recorrer medio mundo en una interminable gira de conciertos, y el pasado miércoles 28 de noviembre subieron puntuales al escenario del Palacio de Deportes de Madrid en su única y esperada actuación en España. 

Desde la primera canción, la contundente Howlin' for You, The Black Keys demostraron al público que abarrotaba el recinto lo bien que se sienten sobre el escenario, con grandes muestras de complicidad entre Dan y Patrick. Depués de Next Girl, otra de las canciones pertenecientes a su anterior disco, Brothers, llegó el desembarco de El Camino con temas como Run Right Back o Dead and Gone, en los que contaron con la ayuda de otros dos músicos, uno al bajo y otro a los teclados. Uno de los puntos fuertes de la noche llegó con Gold on the Ceiling, espectacular canción coreada por un público entregado que también se emocionó con los impactantes cambios de la sugerente Little Black Submarines. Alternando entre sus dos últimos álbumes, se sucedieron temas como Money Maker, Nova Baby (El Camino); y Tighten Up o She's Long Gone (Brothers), para terminar con la explosiva Lonely Boy, a la que nadie pudo resistirse,  y agradecimientos a los fans, de quienes se despidieron hasta la próxima.


Pero el concierto no acabó aquí, sino que tras un pequeño parón The Black Keys volvieron con dos bises y un buen espectáculo visual: Everlasting Light (una de sus rarezas) y I Got Mine, con la cual despidieron un concierto breve (poco más de hora y media) pero muy intenso. En él, los dos miembros de The Black Keys demostraron que tienen mucha fuerza en directo, hicieron gala de un estilo personal, fresco pero con fuertes influencias del rock clásico y del blues; y además tuvieron el detalle de agradecer a sus seguidores el merecido apoyo que han recibido con sus trabajos más recientes.

2 comentarios:

Mario Salazar dijo...

No conocía ese grupo musical y se ve interesante, voy a echarle una mirada, a ver si me engancho. Un abrazo.

Mike Lee dijo...

Gracias, Mario, son una gran grupo y su último disco es inmejorable, espero que te gusten.

¡Saludos!