Vuelve Steven Spielberg, vuelve George Lucas y vuelve Harrison Ford como el mítico e intrépido aventurero. En esta ocasión, la historia se desarrolla 19 años después del final de la trilogía original (tal y como sucede en la realidad), en 1957 y con la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética como contexto histórico. Así, en esta ocasión el doctor Jones deberá enfrentarse a las fuerzas comunistas bajo el mando de la malvada Irina Spalko y resolver el misterio que envuelve a la calavera de cristal, estrechamente relacionada con la ciudad perdida de El Dorado, a la vez que se reúne con su peculiar "familia".
Tras la larga espera, las diferentes conjeturas sobre la trama y la duda de si estaría a la altura de las anteriores entregas, el equipo de What's the rumpus? acudió ayer jueves 22 al estreno de la cuarta parte de Indiana Jones armado todo él con látigo y sombrero reglamentarios. Sinceramente, la película no decepciona, sino que está a la altura de las anteriores, ofreciendo a los espectadores imparables aventuras con el peculiar estilo que caracteriza a esta saga. Así, Harrison Ford da la talla de nuevo como el famoso arqueólogo (aunque muchos dudaban si lo conseguiría por su edad) vistiendo el característico atuendo e interpretando las ya conocidas expresiones del protagonista, vuelve Marion (Karen Allen) y surgen nuevos personajes como el joven motorista Mutt (Shia LaBeouf), los compañeros de Indi Mac (Ray Winstone) y Ox (John Hurt) y la villana interpretada con maestría por Cate Blanchett (¡qué bien queda ese acento ruso para un villano que pronuncia constantemente las palabras "doctor Jones"!). La historia gira entorno a las calaveras de cristal precolombinas de la ciudad de El Dorado (que por cierto aparecían también en el filme The Phantom: El Hombre Enmascarado) y contiene numerosas referencias y guiños a personajes de la saga como Marcus y el padre de Indiana (alias Sean Connery) y a elementos como el Arca de la Alianza y el misterioso almacén donde lo guardan al final de la primera parte. De esta forma, el entretenimiento está garantizado con las típicas peleas made in Jones, la fobia a las serpientes, las trepidantes persecuciones, la ambientación, la genial banda sonora de John Williams y la mezcla de la arqueología con elementos de ciencia ficción, la parapsicología y los extraterrestres marcados con el inconfundible sello de Spielberg (se nota que él realizó E.T. y Encuentros en la Tercera Fase) y el argumento de George Lucas.
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