viernes, 13 de diciembre de 2013

Capitán Phillips: Tensión en alta mar


Mientras bordea el cuerno de África en una jornada de trabajo rutinaria, el carguero Maesrk Alabama es abordado por un grupo reducido de piratas somalíes, que planean pedir un rescate a cambio de liberar a la tripulación. El capitán del barco, Rich Phillips, se verá inmerso en una situación que supera con creces sus conocimientos y habilidades, pero deberá mantener la compostura para salvar a su tripulación y evitar un conflicto internacional.

El director británico Paul Greengrass, famoso por el ritmo que le imprime a sus thrillers y por su capacidad de desarrollarlos en el seno de acontecimientos históricos, ha regresado este 2013 con Capitán Phillips, ampliamente reconocida como una de las películas más destacadas del año. Tras su paso por la saga Bourne, donde firmó esa pequeña joya que es El ultimátum de Bourne, y después de reflejar las contradicciones de la guerra de Irak en la más que decente Green Zone, Greengrass adapta los sucesos de 2009, cuando el carguero estadounidense Maesrk Alabam fue abordado por piratas somalíes, llamando la atención sobre un conflicto que todavía perdura hoy en día, como es la piratería en el cuerno de África.


Capitán Phillips funciona de principio a fin, pues Greengrass pone en marcha el mecanismo de un thriller bien engrasado, en el que la tensión crece desde el principio y no abandona a los espectadores hasta los créditos finales. Gracias a los rápidos pero certeros movimientos de cámara de Greengrass y a una historia que avanza pausamente, pero con seguridad, vivimos la incertidumbre y la claustrofobia que se apoderó de la tripulación del Maersk Alabama, y también de los piratas que lo abordaron. Precisamente es en este aspecto en el que más destaca Capitán Phillips, en su imparcialidad a la hora de retratar a los dos bandos inmersos en el conflicto. De este modo, el capitán y la tripulación no son héroes valientes y decididos, sino personas cotidianas haciendo su trabajo que se ven envueltas en una situación extraordinaria; ni tampoco los piratas son demonios desalmados, sino personas de carne y hueso en circunstancias desesperadas, que les superan hasta límites insospechados, como la película deja entrever.


En la puesta en escena contrastan los amplios exteriores marítimos con los asfixiantes espacios cerrados de las entrañas del barco y del módulo de salvamento, lo cual ayuda a incrementar la tensión, mientras que la banda sonora de Henry Jackman complementa con corrección el desarrollo de la trama, si bien no sobresale como algunos de sus anteriores trabajos. En Capitán Phillips llama la atención el grupo de actores primerizos que da vida a los piratas, entre los que destaca Barkhad Abdi, una de las sorpresas de la función por cómo combina la brutalidad de su personaje con un trasfondo humano y desesperado. Eso sí, quien más brilla con luz propia en la película es Tom Hanks dando vida al protagonista. Desde hace bastante tiempo se echaba de menos el talento interpretativo de Hanks, pues quien nos ofreció algunas de las mejores interpretaciones de los 90 (Philadelphia, Forrest Gump, Salvar al soldado Ryan, La milla verde) desapareció engullido por roles menores en películas insulsas. En Capitán Phillips recuperamos al mejor Hanks, aquel capaz de dar vida a personajes de carne y hueso que se ven envueltos en situaciones que les superan con creces, como le pasaba al protagonista de Náufrago. Hanks aguanta el tipo toda la película de forma envidiable, y justo cuando se acerca el desenlace ofrece una interpretación de un realismo desgarrador que nos deja clavados en la butaca. Toda una alegría tener al Tom Hanks de Camino a la Perdición de vuelta, y parece que sigue en forma en su siguiente papel en Saving Mr. Banks, de próximo estreno.


Puede que a Capitán Phillips se le eche en falta algo más de desarrollo de personajes, si bien tiene bastante para tratarse de un thriller, o que ahonde todavía más en las motivaciones y la compleja situación que mueve a los piratas, aunque esto daría para una película aparte. Muchos la mencionan como una de las películas del año, y su nombre aparece ya en varias listas de nominados a galardones. Aunque todavía es pronto para tales halagos, con la cantidad de estrenos que faltan por llegar, Capitán Phillips se alza por méritos propios como un ejemplo de cine con mayúsculas.

2 comentarios:

Juan Roures dijo...

Buena crítica de una de las películas que más me han sorprendido este año. Yo creo que es una gran película, porque, además de ser enormemente emocionante, consigue ser una dura crítica del sistema. El plano final del pirata somalí, donde te das cuenta de que no tiene nada, es brutal y me hizo llorar más que el propio destino de Hanks (quien, como dices, está de vuelta!). Me temo que este gran film corre riesgo de ser nominado a muchos Oscars y no llevarse ninguno (efectos sonoros o montaje podrían ser sus esperanzas), pero le deseo lo mejor. Saludos.

Mike Lee dijo...

Exacto, Juan, estamos ante un thriller con trasfondo y personalidad, que trata a los dos bandos implicados con una mirada crítica y cierta imparcialidad. Parte como una de las favoritas para los Oscar, pero lo tiene difícil.

¡Gracias por comentar! ¡Saludos!