Hace ya algo más de 160 años que Charles Dickens escribió el mítico Cuento de Navidad, cuyos protagonista, fantasmas del pasado, presente y futuro y moraleja pueden considerarse de dominio común, al igual que otros tantos personajes literarios. En el mundo del cine no han sido pocas las ocasiones en que se ha trasladado a la gran pantalla, contando con versiones de Disney o los Teleñecos y con actores como Albert Finney o Michael Caine en el papel principal.
Ahora llega el turno de Robert Zemeckis, distinguido director responsable de títulos tan recomendables como Regreso al Futuro, Forrest Gump y Náufrago, que adapta este cuento navideño con la técnica de animación y captura de movimiento que ha utilizado y perfeccionado en sus últimos largometrajes (Polar Express y Beowulf). Dando un paso más en esta parcela de animación, Zemeckis firma el guión de una película que casi sigue al pie de la letra la obra original, cambiando varias situaciones para aportar ritmo a la historia con trepidantes persecuciones o momentos de suspense y haciendo gala de un pulso excepcional en la dirección, incluyendo travelling y secuencias por la ciudad de Londres que pueden dejarnos sin aliento.
Ahora llega el turno de Robert Zemeckis, distinguido director responsable de títulos tan recomendables como Regreso al Futuro, Forrest Gump y Náufrago, que adapta este cuento navideño con la técnica de animación y captura de movimiento que ha utilizado y perfeccionado en sus últimos largometrajes (Polar Express y Beowulf). Dando un paso más en esta parcela de animación, Zemeckis firma el guión de una película que casi sigue al pie de la letra la obra original, cambiando varias situaciones para aportar ritmo a la historia con trepidantes persecuciones o momentos de suspense y haciendo gala de un pulso excepcional en la dirección, incluyendo travelling y secuencias por la ciudad de Londres que pueden dejarnos sin aliento.
A la cabeza de reparto nos encontramos a Jim Carrey haciendo de las suyas, dando vida a Scrooge en todas sus edades y a los espíritus de las Navidades Pasadas, Presentes y Futuras; aportando algunos de sus gestos tan particulares para dar personalidad propia a estos personajes. Le acompañan Gary Oldman (también interpretando varios papeles gracias a esta técnica de animación), Colin Firth, Robin Wright Penn (habitual del director) y Bob Hoskins (quien hace tiempo trabajó con Zemeckis en ¿Quién engañó a Roger Rabbit?), todos ellos pasándoselo en grande en sus respectivos roles.
Que unos pocos actores puedan interpretar varios papeles es una de las ventajas que presenta esta técnica de captura de movimiento que Zemeckis ha desarrollado a lo largo de sus tres últimos trabajos. En un principio se criticó que los personajes, una vez animados, carecían de vida; pero con el tiempo y la incorporación del 3D no son pocos los directores que se han interesado por esta tecnología: sin ir más lejos, James Cameron ha creado la suya propia para la inminente Avatar, Burton ha hecho lo mismo para su versión de Alice in Wonderland y Spielberg se encuentra inmerso en el rodaje de Tintín con herramientas similares. En Cuento de Navidad, este tipo de animación funciona con total eficacia al recrear el Londres de la primera mitad del siglo XIX con todo lujo de detalles en escenas dinámicas, además de cuidar rasgos de personajes como arrugas, cabellos y hasta manchas de la piel; todo esto acompañado por unos cuantos arreglos a famosos villancicos, cortesía del compositor Alan Silvestri.
Aunque nos presente una historia muchas veces contada, la versión de Cuento de Navidad de Robert Zemeckis no es para nada aburrida al narrarnos la última oportunidad de Ebenezer Scrooge con agilidad, dinamismo, actores entregados y una técnica de animación en desarrollo que dará mucho que hablar en el futuro.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo! a mí me encantó no sólo por cómo está hecha visualmente sino por cómo cuentan tan fielmente el original. Muy recomendable!.Y sí, la performance capture se viene con todo parece.
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