Hace tiempo que no hablamos de series por este blog, así que hoy tenemos un especial en el que trataremos 4 de entre las muchas y cada vez más recomendables y variadas series que surgen hoy en día.
Empezamos por Prison Break, cuya tercera temporada y su final comentamos con anterioridad por aquí. Justo como era de esperar, al inicio de la 4ª temporada cambia radicalmente la situación que quedó planteada al final de la anterior, con la inclusión de nuevos personajes, la repentina desaparición de otros cuantos y el regreso de algunos que se echaban en falta. La trama carcelaria se deja de lado para dar lugar a una historia centrada en la conspiración urdida por los miembros de la misteriosa Compañía, cuyos verdaderos motivos permanecen ocultos en un serie de tarjetas informáticas conocidas como Scylla con las que deberán hacerse los hermanos Scoffield para revelar los misterios que les persiguen desde el principio de la serie. Aunque le nivel de la primera temporada se perdió hace mucho, las aventuras de estos dos hermanos y el conocido grupo de secundarios resultan cuanto menos entretenidas.
Sin duda alguna, una de las series más esperadas de la temporada era Mad Men. Esta serie del creador de Los Soprano recibió multitud de alabanzas por parte de la crítica estadounidense, pero debo admitir que los resultados no han cumplido tan altas expectativas. Ambientada a principios de los años 60, en la empresa de publicidad conocida como Sterling Cooper, nos cuenta las relaciones que existen entres sus empleados a la vez que refleja a la perfección una atmósfera claramente machista, repleta de hombres de negocios trajeados que toman unas cuantas copas para cerrar acuerdos y se interesan demasiado por sus secretarias. A pesar de la lograda ambientación y de la aparición de personajes tan interesantes como Don Draper (todo presencia), el ambicioso Pete Campbell o la modesta Peggy, la serie no acaba de arrancar al presentar un ritmo bastante lento y estancarse las historias en los líos amorosos que viven los protagonistas.
Una propuesta original como pocas es la de Breaking Bad, donde un profesor de química que lleva una vida sumamente monótona y aburrida decide dar un giro de 180 grados a su situación al dedicarse a producir y traficar con las drogas más puras del mercado, sin haberse planteado siquiera la cantidad de problemas que todo esto le acarreará. La serie arranca bien, pero pierde puntos a su favor al no saber explotar del todo el lado cómico de la situación que presenta, resultando un tanto sosa en varias ocasiones.
De entre todas las series comentadas en este post, sin duda alguna me quedo con la última, Eli Stone. Esta serie creada por Marc Guggenheim (actual guionista de Amazing Spider-man) nos sumerge de lleno en la vida del abogado Eli, quien de la noche a la mañana comienza a sufrir visiones de lo más raro (como ver a George Michael cantando Faith en el salón de su casa o a un coro de niños entonando Freedom ante sus narices) que están estrechamente relacionadas con polémicos casos que lleva la firma legal para la que trabaja. A medida que avanza la serie somos testigos de cómo Eli encuentra diversas explicaciones para estas visiones e intenta acostumbrarse a ellas, hecho que cambiará para siempre su relación con todas las personas que le rodean, y podremos darnos cuenta de que, en el fondo, este entrañable personaje acaba de comenzar un viaje para descubrirse a sí mismo.
Empezamos por Prison Break, cuya tercera temporada y su final comentamos con anterioridad por aquí. Justo como era de esperar, al inicio de la 4ª temporada cambia radicalmente la situación que quedó planteada al final de la anterior, con la inclusión de nuevos personajes, la repentina desaparición de otros cuantos y el regreso de algunos que se echaban en falta. La trama carcelaria se deja de lado para dar lugar a una historia centrada en la conspiración urdida por los miembros de la misteriosa Compañía, cuyos verdaderos motivos permanecen ocultos en un serie de tarjetas informáticas conocidas como Scylla con las que deberán hacerse los hermanos Scoffield para revelar los misterios que les persiguen desde el principio de la serie. Aunque le nivel de la primera temporada se perdió hace mucho, las aventuras de estos dos hermanos y el conocido grupo de secundarios resultan cuanto menos entretenidas.
Sin duda alguna, una de las series más esperadas de la temporada era Mad Men. Esta serie del creador de Los Soprano recibió multitud de alabanzas por parte de la crítica estadounidense, pero debo admitir que los resultados no han cumplido tan altas expectativas. Ambientada a principios de los años 60, en la empresa de publicidad conocida como Sterling Cooper, nos cuenta las relaciones que existen entres sus empleados a la vez que refleja a la perfección una atmósfera claramente machista, repleta de hombres de negocios trajeados que toman unas cuantas copas para cerrar acuerdos y se interesan demasiado por sus secretarias. A pesar de la lograda ambientación y de la aparición de personajes tan interesantes como Don Draper (todo presencia), el ambicioso Pete Campbell o la modesta Peggy, la serie no acaba de arrancar al presentar un ritmo bastante lento y estancarse las historias en los líos amorosos que viven los protagonistas.
Una propuesta original como pocas es la de Breaking Bad, donde un profesor de química que lleva una vida sumamente monótona y aburrida decide dar un giro de 180 grados a su situación al dedicarse a producir y traficar con las drogas más puras del mercado, sin haberse planteado siquiera la cantidad de problemas que todo esto le acarreará. La serie arranca bien, pero pierde puntos a su favor al no saber explotar del todo el lado cómico de la situación que presenta, resultando un tanto sosa en varias ocasiones.
De entre todas las series comentadas en este post, sin duda alguna me quedo con la última, Eli Stone. Esta serie creada por Marc Guggenheim (actual guionista de Amazing Spider-man) nos sumerge de lleno en la vida del abogado Eli, quien de la noche a la mañana comienza a sufrir visiones de lo más raro (como ver a George Michael cantando Faith en el salón de su casa o a un coro de niños entonando Freedom ante sus narices) que están estrechamente relacionadas con polémicos casos que lleva la firma legal para la que trabaja. A medida que avanza la serie somos testigos de cómo Eli encuentra diversas explicaciones para estas visiones e intenta acostumbrarse a ellas, hecho que cambiará para siempre su relación con todas las personas que le rodean, y podremos darnos cuenta de que, en el fondo, este entrañable personaje acaba de comenzar un viaje para descubrirse a sí mismo.
3 comentarios:
La única que sigo de estas es Prison Break, y por inercia además de por ver el rollito "cada vez más díficil" de la cuarta temporada.
La primera temporada de Prision Break es buenisima, la segunda no me gusto tanto, después perdí el interes con las otras. Lo poco que ví de Mad Men me resulto tedioso...
Hombre, por fin me paso por tu blog, lo primero felicitarte por él, muy bueno.
Sobre lo que comentas quería añadir un par de cosas, la primera que creo que Mad Men es una serie que va a marcar una época, si bien no tanto por su trama que resulta excesivamente lenta, sí lo hará por originalidad, por ambientacion y por Don Draper, quizá el personaje televisivo (y el actor revelación sin duda)de la década junto con House.
Y luego está Breaking Dad que es la propuesta inconformista, aunque no deja de recordarme a Weeds en cuanto a que se centra en la idea de "la droga como algo más cercano de lo que pensarías" aunque coincido plenamente contigo en que superado el primer golpe la serie pierde demasiado fuelle.
Bueno un saludo y de nuevo enhorabuena(por cierto, pásame el módulo 8 :))
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