Netflix, la plataforma de televisión online, no deja de sorprendernos a los espectadores con sus nuevas y rompedoras propuestas: primero llegaron House of Cards y Orange Is the New Black, que se ganaron el beneplácito del público y de la crítica, y después han ampliado su catálogo adentrándose en géneros como el terror (Hemlock Grove), la comedia (la secuela de Arrested Development) y la ficción histórica (Marco Polo). En 2015 llegan dos nuevas apuestas del cada vez más prestigioso canal, en concreto Bloodline, una saga familiar mezclada con elementos negrocriminales, y Daredevil, la adaptación del cómic de Marvel que supone una nueva fase en el ambicioso plan de hacer que todos los héroes posibles de la Casa de las Ideas converjan cine. Pero ¿quién es Daredevil?
Estamos ante un personaje secundario de Marvel, en comparación con Spider-man, el Capitán América o los X-Men, pero no por ello menos querido. Nació hace cincuenta años, cuando, debido al éxito abrumador de The Amazing Spider-man, Stan Lee recibió el encargo de crear otra serie dedicada a un acróbata solitario. Así nació Matt Murdock, el abogado ciego que combate el crimen en la Cocina del infierno de Nueva York gracias a sus sentidos superdesarrollados. Sus primeros cómics fueron un trasunto de las aventuras del lanzarredes, y bastante bochornosos, pero con la llegada del dibujante Gene Colan a la colección, Murdock vivió su primera gran etapa. Leídas cincuenta años después, las historias del dúo formado por Lee y Colan resultan bastante rocambolescas y absurdas; por ejemplo, Matt Murdock se inventó que tenía un hermano llamado Michael para que nadie sospechase que él mismo se vestía de vigilante en sus ratos libres, llegó a fingir su propia muerte y a intercambiar cuerpos con el Dr. Muerte sin que el villano se percatara de sus poderes. Eso sí, durante esta etapa se afianzó el universo del personaje, con secundarios como Foggy Nelson, Karen Page y una galería de villanos formada por el Búho, el Zancudo, el Superespecialista, Mr. Miedo, Gladiador y el Bufón, que años después siguen dando juego.
El personaje cayó en desgracia y, a principios de los 80, un joven Frank Miller llegó a la serie de Daredevil para hacer historia del cómic. Las tramas se volvieron adultas y se decantaron por la vertiente negrocriminal, mezclada con elementos ninja. El personaje de Elektra irrumpió con fuerza y Bullseye y Kingpin se alzaron como los archienemigos del protagonista. Miller revolucionó la serie y nos dejó multitud de historias para el recuerdo, por ejemplo los duelos contra Kirigi y los ninjas de la Mano, el episodio de las alcantarillas, las guerras de bandas, el órdago de Bullseye contra DD y el número en el que ambos juegan a la ruleta rusa. Este guionista y artista volvió poco después para cerrar su etapa con la mítica saga Born Again y revisitó al personaje en las novelas gráficas Elektra Lives Again y El hombre sin miedo. De los cómics que te marcan y te cambian la vida.
Frank Miller era irreemplazable en Daredevil, así que, conscientes de ello, los autores que recogieron el testigo optaron por seguir su propio camino y no imitar al creador de Sin City. La guionista Ann Nocenti escribió una etapa atípica a finales de los 80 en la que le pasaba de todo a Matt Murdock: volvía a vérselas con Kingpin y con su nueva asesina a sueldo, María Tifoidea, pero también se enfrentaba a los demonios que los X-Men despertaron en Inferno y recorría parte de Estados Unidos en episodios de marcada denuncia social. La propuesta funcionó, más todavía al contar con John Romita Jr., quien acababa de salir de la Patrulla X y, a los lápices de Daredevil, firmó uno de los mejores trabajos de su carrera.
Las siguientes etapas del personaje deambularon entre la imitación del tono de Miller y la búsqueda de historias desenfadadas. Con el nuevo milenio, se apostó por un golpe de efecto que sacudiera la vida del personaje y su colección se incluyó en la línea Marvel Knights. Allí desembarcó Brian Michael Bendis en una longeva estancia que se alejó del tono superheroico y llevó al vigilante a los ambientes sórdidos de los bajos fondos. La etapa resulta demasiado larga en conjunto y también puede que sea un poco exagerado todo lo que le sucedió a Murdock, pues tuvo tiempo de casarse, de que le quemaran vivo, descubrieran su identidad secreta y de que le dieran innumerables palizas (se convirtió en el Batman de Marvel, todo lo malo le pasaba a él). Aun así, hay que reconocer el buen gusto por el género negro de Bendis y la visión que ofreció de Kingpin y Bullseye, además de la parte gráfica a cargo de Alex Maleev.
Bemdis marcó el rumbo que seguir con los cómics de Daredevil, hasta que en 2011 Mark Waid heredó la serie. Este reputado guionista apostó por una vuelta a los orígenes superheroicos y coloridos del personaje, sin olvidarse por completo de su marcado componente negrocriminal. Tras un comienzo titubeante, historias como las dedicadas a la excursión a la nieve o al plan del Hombre Topo nos llegaron al alma a los lectores y nos demostraron que estábamos ante un cómic exigente y maduro, lo cual confirmó la incorporación de Chris Samnee a la colección en calidad de dibujante regular. Juntos, Waid y Samnee han conseguido mezclar ambas vertientes del personaje a la perfección, traer de vuelta a viejos enemigos, plasmar juicios interesantes y explorar la relación entre Murdock y su mejor amigo, Foggy Nelson. Estamos, pues, ante un clásico moderno del cómic, a la altura del Capitán América de Ed Brubaker o de los setenta primeros números de Los muertos vivientes.
Este repaso nos lleva al presente y al inminente estreno de la serie de Netflix dedicada al personaje. Por lo visto en el tráiler y en los avances, no apostarán por el estilo de la etapa de Waid y Samnee, sino más bien por el toque de género negro que han explorado autores como Miller y Bendis. Tampoco podemos olvidarnos de que Matt Murdock y compañía ya contaron con su adaptación al cine, la irregular película de 2003 con Ben Affleck de protagonista y Colin Farrell haciendo de Bullseye. Sea como fuere, podemos estar tranquilos: Daredevil seguirá protagiendo la Cocina del infierno del submundo criminal.
2 comentarios:
Vincent D'Onofrio, este si el Kingpin que yo quiero.
Por fin un actor que puede dar mucho de sí.
Un saludo, MIKE!
Por cierto, la etapa de D.G. Chichester y Scott MacDaniel también se lleva por demasiados lugares comunes más próximos a revivir encontronazos con la mano y volver a fingir su muerte para volver con otra identidad.
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