Tal y como estaba previsto, Slumdog Millionaire fue la gran triunfadora en la noche de los Oscars al llevarse ni más ni menos que 8 estatuillas, las cuales personalmente considero demasiadas. Como comenté en posts anteriores, Slumdog es una buena película, pero no la considero merecedora de tal cantidad de premios. Incluso algunos de los que le fueron otorgados me parecen un tanto absurdos, como por ejemplo los premios referentes a montaje, fotografía y canción (que sin duda alguna se merecía la entrañable Down to Earth de WALL·E o The Wrestler, que ni siquiera estaba nominada tras ganar el Globo de Oro). Por otro lado, películas dignas de alabanzas como El Caballero Oscuro y El curioso caso de Benjamin Button recibieron sólo 2 y 3 premios, respectivamente.
Otras previsiones cumplidas fueron los triunfos de Kate Winslet, Heath Ledger y Penélope Cruz (aunque en la categoría de actriz de reparto prefería a Taraji P.Henson por su personaje cargado de amor) y la sorpresa de la noche fue la entrega del Oscar al mejor actor principal a Sean Penn. Sin duda alguna Penn es uno de los grandes, pero dado su anterior y merecido Oscar por Mystic River hubiera estado mejor que se premiase el poderoso regreso de Mickey Rourke con su conmovedora interpretación en The Wrestler.
En cuanto a la ceremonia, estuvo llena de momentos divertidos como la broma de Jack Black sobre Dreamworks y Pixar o la parodia de la nueva imagen de Joaquin Phoenix por parte de Ben Stiller, pero sin duda alguna quien nos regaló los momentos más hilarantes fue Hugh Jackman, todo un presentador que demostró su experiencia en Broadway con números musicales como el de apertura, en el cual recreaba las películas nominadas y bromeaba acerca de la crisis para finalmente reconocer algo obvio: que él es el mismísimo Lobezno.
En esta edición de los Oscar hubo grandes películas olvidadas, las cuales recibieron o bien pocos premios o bien insuficientes nominaciones, como la asombrosa El curioso caso de Benjamin Button, toda una obra de arte repleta de momentos memorables, El Caballero Oscuro, WALL·E, The Wrestler y su genial canción o las dos últimas películas de Clint Eastwood, El Intercambio y Gran Torino, por no mencionar la más que recomendable Appaloosa.
Para consultar el listado detallado de los ganadores, click en este enlace, aunque lo mejor será que cada uno juzgue por sí mismo y otorgue sus propios Oscar a quien considere.
Otras previsiones cumplidas fueron los triunfos de Kate Winslet, Heath Ledger y Penélope Cruz (aunque en la categoría de actriz de reparto prefería a Taraji P.Henson por su personaje cargado de amor) y la sorpresa de la noche fue la entrega del Oscar al mejor actor principal a Sean Penn. Sin duda alguna Penn es uno de los grandes, pero dado su anterior y merecido Oscar por Mystic River hubiera estado mejor que se premiase el poderoso regreso de Mickey Rourke con su conmovedora interpretación en The Wrestler.
En cuanto a la ceremonia, estuvo llena de momentos divertidos como la broma de Jack Black sobre Dreamworks y Pixar o la parodia de la nueva imagen de Joaquin Phoenix por parte de Ben Stiller, pero sin duda alguna quien nos regaló los momentos más hilarantes fue Hugh Jackman, todo un presentador que demostró su experiencia en Broadway con números musicales como el de apertura, en el cual recreaba las películas nominadas y bromeaba acerca de la crisis para finalmente reconocer algo obvio: que él es el mismísimo Lobezno.
En esta edición de los Oscar hubo grandes películas olvidadas, las cuales recibieron o bien pocos premios o bien insuficientes nominaciones, como la asombrosa El curioso caso de Benjamin Button, toda una obra de arte repleta de momentos memorables, El Caballero Oscuro, WALL·E, The Wrestler y su genial canción o las dos últimas películas de Clint Eastwood, El Intercambio y Gran Torino, por no mencionar la más que recomendable Appaloosa.
Para consultar el listado detallado de los ganadores, click en este enlace, aunque lo mejor será que cada uno juzgue por sí mismo y otorgue sus propios Oscar a quien considere.
1 comentario:
A mi me pareció todo previsible. Mickey Rourke es alguien alejado de hollywood, no tiene amigos ahí, y sin amigos es difícil. Por el contrario y dejando de lado las actuaciones de cada uno de ellos, era mucho más fácil premiar a Penn, por lo politicamente correcto que resulta la temática gay y porque además es indiscutidamente un buen actor. Punto aparte para su discurso al recibir el oscar, a mi me resultó oportunista, atacando la intolerancia con intolerancia y alcahueteando a Mickey Rourke.
Saludos
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