miércoles, 31 de marzo de 2010

Thunderbolts: ¿Auténticos superhéroes?

Gracias a Yota he podido disfrutar de la actual etapa de los Thundebotls, una de las colecciones más interesantes que publica la Marvel del momento. La intención inicial de este grupo de superhumanos es dar una segunda oportunidad a los villanos para que puedan reformarse y pasar a formar parte de las líneas de héroes al servicio de la comunidad, si bien en las sagas más recientes este concepto sufre un giro de 180 grados que lleva a la serie en otra inesperada dirección.

Después del macroevento Civil War y sus trágicas consecuencias, el guionista Warren Ellis se encargó de la colección que hoy nos ocupa y reunió a psicópatas del univeso Marvel como Veneno y Bullseye o los torturados Penitencia y Espadachín junto a miembros clásicos del equipo como son Piedra Lunar, Pájaro Cantor y el Hombre Radiactivo, todos ellos liderados por un recuperadísimo Norman Osborn que por fin abandonaba el absurdo papel de villano simplón desde su ilógica resurrección. Con el propósito inicial de dar caza a los superhéroes que no acataron las normas impuestas tras el final de la mencionada Civil War, el grupo pronto tendrá otras preocupaciones, las diferencias entre sus miembros serán cada vez más evidentes y con el estallido de la Invasión Secreta nada volverá a ser lo mismo. Una vez finaliza el conflicto y Osborn obtiene su puesto en la recientemente comentada Vengadores Oscuros (que sigue la estela de estos Thunderbotls iniciales), la colección cambia de nuevo su rumbo además de sus componentes con la llegada de Andy Diggle a los guiones, pasando a ser un grupo de operaciones encubiertas que maneja Norman en la sombra y cuyos integrantes no tienen nada en común al principio mas que ser todos segundones de poca monta en Marvel.

El estilo oscuro y sombrío que necesita la colección se lo consiguen aportar Mike Deodato Jr. y Roberto De la Torre (con Ellis y Diggle, respectivamente), quienes mantienen rasgos realistas al mismo tiempo que se alejan de los cánones puramente superheroicos para reflejar las dobleces de unos personajes tan sucios y manipuladores unos con otros.



Una pena que Panini haya decidido cambiar su publicación a tomos recopilatorios en lugar de las grapas mensuales, pues hasta ahora hemos podido disfrutar de una colección fresca, divertida, con arcos argumentales bien hilvanados y personajes retorcidos que ponen en cuestión si realmente se merecen el título de héroes.

lunes, 29 de marzo de 2010

Green Zone: Distrito protegido por Bourne


En las semanas siguientes a la invasión de Irak en 2003, al alférez estadounidense Roy Miller comienzan a surgirle serias dudas sobre el papel de su país en la guerra y los motivos que lo condujeron al conflicto. En este clima de incertidumbre, Miller se verá involucrado en las complicadas tramas que tejen las agencias de espionaje y la línea entre los bandos enfrentados será cada vez más difusa.

Después de las recomendables En el valle de Elah y la oscarizada The Hurt Locker nos llega una nueva película que trata de forma acertada el actual conflicto de Irak, esta vez con la estructura de thriller bélico. Tras las cámaras se encuentra el británico Paul Greengrass, experto en intrigas actuales como prueban United 93 o las dos últimas entregas de la saga Bourne, con cuyo protagonista vuelve a contar para esta ocasión. Además, Brian Hegeland (Mystic River) es el guionista encargado de colaborar con Greengrass para dotar a Green Zone de un ritmo trepidante, dobles juegos y una visión del delicado asunto de las armas de destrucción masiva adecuada a la realidad, que deja a los espectadores sacar su propias conclusiones sin caer en polémicas infundadas.

Es inevitable comparar este filme con la labor de Greengrass en la saga Bourne, pues además de una trama similar en que el protagonista se enfrenta contra agencias de espionaje y se encuentra solo frente a todos (incluso la banda sonora es del mismo compositor), la dirección continúa siendo acertada pero inquieta, con rápidos movimientos de cámara; puede que para marcar el ritmo de la acción, que no escasea y está repartida con sensatez en la película.



Al frente del reparto tenemos a Matt Damon, actor que ha demostrado de sobra su profesionalidad; basta con recurrir a sus últimos tres trabajos (El Soplón, Invictus y esta Green Zone), en los cuales se desenvuelve en papeles totalmente opuestos aportando a cada uno de ellos rasgos distintivos. Le acompañan Amy Ryan (Adiós, pequeña, adiós), Jason Isaacs (Lucius Malfoy en la saga Harry Potter), Greg Kinnear (padre de Pequeña Miss Sunshine) y Brendan Gleeson (Gangs of New York), todos ellos apropiados para sus roles pero sin oportunidad de lucirse frente al protagonista, auténtico motor de la historia que se nos relata.

Thriller a desenredar realizado con oficio sobre uno de los conflitctos de mayor actualidad, Green Zone sigue la estela de Jason Bourne en todos los sentidos, si bien no por ello debe ser desestimada.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Star Wars in Concert: Madrid

El pasado sábado día 20 sucedió en Madrid un acontecimiento intergaláctico. En el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, los aficionados de una de las sagas de ciencia ficción más famosas pudimos disfrutar de la experiencia Star Wars in Concert en su gira europea.

Así, la Royal Philarmonic Concert Orchestra de Londres dirigida por Dirk Brossé interpretó una selección de piezas de la mítica banda sonora de las seis películas compuesta por el maestro John Williams, las cuales fueron acompañadas por la proyección de fragmentos de los filmes correspondientes a dichos temas. Así, a auténticos himnos como la obertura de la saga o la Marcha Imperial les acompañaron composiciones más recientes (pero no por ello menos emblemáticas) como Duel of the Fates, Across the Stars o Battle of the Heroes.

Además, en el evento reinaba la admiración por la saga y la complicidad entre el público y la orquesta, como prueban la interpretación de las sintonías del THX y la Fox o el bis de la Marcha Imperial al terminar el concierto. Mención aparte merece la intervención del gran Anthony Daniels como narrador, actor que dio vida al androide C3PO en los seis episodios y que desprendía un carisma único en su participación en el concierto (tal fue su implicación que llegó a emocionarse con los aplausos que recibió al terminar la música).


Para completar este tributo de casi dos horas al mundo creado por George Lucas, una exposición de algunas piezas vistas en Star Wars: The Exhibition acompañaba la entrada al concierto. En definitiva, una ocasión única tanto para los amantes de la saga estelar como de la buena música.

lunes, 22 de marzo de 2010

Crazy Heart: Historia de una canción


Vieja leyenda del country, Bad Blake se dedica a tocar sus antiguas canciones en locales de mala muerte por todo Estados Unidos para subsistir mientras ve cómo aumenta su dependencia del alcohol y la carrera de Tommy, su antiguo aprendiz, avanza rumbo al éxito. Con todo en su contra, Bad luchará por conseguir una nueva oportunidad y algo de orden en su vida.

Basada en la novela homónima de Thomas Cobb, Crazy Heart es la primera película escrita y dirigida por Scott Cooper, en la que se nos relata la búsqueda de la redención por parte de una vieja gloria de la música country venida a menos. Siguiendo un esquema argumental similar a la más que recomendable The Wrestler (aunque con un mensaje más optimista que el filme interpretado magistralmente por Mickey Rourke) y con reminiscencias de En la cuerda floja, biorafía de Johnny Cash protagonizada por Joaquin Phoenix a tener muy en cuenta, Crazy Heart nos muestra el estado de decadencia en que se halla sumido el personaje principal, su resignación ante el futuro y, finalmente, cómo recuperará la esperanza y luchará por mejorar.


Además de sus dos Globos de Oro (Mejor Actor y Canción) y sus dos Oscars en las mismas categorías, Crazy Heart puede presumir de ser una película realizada con oficio y correcCión. La dirección de Cooper, si bien estándar y sin tanta personalidad como la mencionada The Wrestler, cumple con las exigencias de la historia y se adecúa a los momentos románticos, de tranquilidad o musicales. Aunque el guión siga los patrones propios de este tipo de películas, no por ello deja de estar bien llevado ni sus personajes resultan menos complejos; pero uno de los aspectos a destacar de esta película es sin duda su banda sonora, compuesta por temas country que canta el propio protagonista, interpreado por Jeff Bridges, así como otros personajes. Mención especial merece The Weary Kind, justa ganadora del Oscar a la mejor canción que juega un papel de gran trascendencia en la salvación de Bad Blake.
Puede decirse que gran parte del peso de la película descansa sobre los hombros de su actor protagonista, Jeff Bridges, que borda el papel con transformaciones físicas, cantando las composiciones del personaje, cambiando su acento por el propio de Texas y ganándose el favor de los espectadores ya sea en momentos trágicos o en situaciones que rozan la comicidad. En definitiva, hace suya la película y deja más que claro por qué se llevó el Oscar y otros tantos premios. El resto de secundarios deben ser tenidos en cuenta a pesar de la brevead de sus apariciones: desde la cada vez más versátil Maggie Gyllenhaal (también nominada a los premios de la Academia por este papel) hasta el veterano Robert Duvall, pasando por un irreconocible Colin Farrell como joven cantante de country.




Crazy Heart nos acerca al mundo del country con una historia sobre el perdón y las segundas oportunidades contada unas cuantas veces antes, pero no por ello debe pasar desapercibida, sobre todo cuando hace gala de una banda sonora de calidad y un reparto de actores dando lo mejor de sí mismos, inspirados por el protagonista de la película.

domingo, 21 de marzo de 2010

HIMYM: Cinco años buscando a la futura madre


Está a punto de concluir en Estados Unidos la emisión de la quinta temporada de Cómo conocí a vuestra madre, una de las comedias de situación más populares de la actualidad, y cuando falta poco tiempo para su fin, la serie ha sido renovada para una temporada más.

Con diecisiete capítulos, la quinta entrega de las adanazas en Nueva York de Ted en busca de su futura mujer ha conseguido recuperarse de algunos de los engaños que perjudicaron a la temporada anterior, si bien la situación de los personajes ha cambiado poco o nada respecto al año pasado: Ted sigue desaprovechando oportunidades en su interminable búsqueda, Lily y Marshall dan pequños pasos como pareja, Robin mantiene su trabajo y hace frente a algunas complicaciones y Barney Stinson, bueno, más adelante hablaremos de él.

Como siempre, nos hemos encontrado con capítulos más graciosos que otros (normalmente los más divertidos son los escritos por Carter Bays y Craig Thomas, creadores de la serie), cameos de alguna celebridad, muchas horas en el pub McLaren's, situaciones disparatadas y unos cuantos de los elementos más característicos de esta serie que relacionan unas temporadas con otras: la celebración de Slapsgiving, el chófer Randjid, alusiones al pasado de los personajes, las alitas de pollo que acompañan a la Superbowl o el paraguas amarillo que pertenece a la madre, de quien de momento sólo hemos visto un pie (y van cinco temporadas).

Aun así, al igual que ocurría en ocasiones anteriores, el peso de la serie recae sobre un personaje en cuestión, uno de los más celebrados de las series actuales: Barney Stinson. Debido al estancamiento de sus compañeros de reparto, Barney se ve obligado a mantener la serie casi de manera exclusiva; lo que consigue gracias a su inigualable carisma y al creciente número de leyendas y jugadas que suma, como sucede en esta temporada con The Sexless Innkeeper, The Playbook, sus trajes, sus problemas con el teléfono móvil e incontables ligues, a los que hay que añadir el hilarante espetáculo musical con motivo del capítulo 100 de la serie. Además, un personaje de tanta importancia no funcionaría si no estuviera interpretado por un actor del nivel de Neil Patrick Harris, que progresivamente obtiene el reconocimiento que se merece y roba protagonismo a todo aquel con quien se cruce.



Una vez más, los espectadores hemos podido disfrutar de una temporada entretenida, que supera algunas de las dificultades con las que la serie se ha encontrado anteriormente pero que todavía deambula sin rumbo fijo, lo que probablemente se solucionará cuando el protagonista conozca a la mencionada madre. Hasta entonces, podemos conformarmos con el excepcional Barney Stinson.

martes, 16 de marzo de 2010

Los hombres que miraban fijamente a las cabras

En busca de acción y una escapatoria de su cada vez más desastrosa vida personal, el periodista local Bob Wilton viaja hasta Irak, donde se encontrará cara a cara con la guerra y el enigmático Lyn Cassady, ex-militar que participó en una división del ejército de Estados Unidos encargada de potenciar las habilidades parapsicológicas de sus miembros para usos bélicos. Poco a poco, Bob descubrirá los secretos de Lyn, su importancia en el presente y de paso aprenderá una valiosa lección.

Por fin se ha estrenado la esperada Los hombres que miraban fijamente a las cabras, primer trabajo como director de Grant Heslov, amigo, productor y guionista junto a George Clooney de películas como Buenas Noches y Buena Suerte o Ella es el partido y que cuenta con él como uno de los personajes principales. En esta ocasión, nos traen una comedia absurda que hará reír a carcajadas a los aficionados a dicho humor, pero que puede resultar algo tediosa para los que no estén familiarizados con él o bien directamente no les agrade. Así, Los hombres que miraban fijamente a las cabras se sitúa en la línea de trabajos de los hermanos Coen como la reciente Quemar después de leer o Crueldad intolerable (ambas con Clooney entre el reparto) o de series como la comentada por este blog Bored to Death; historias que resaltan el patetismo de sus protagonistas situándolos en ambientes que ponen de manifiesto el sinsentido presente en el mundo real.



Resulta una película de realización vistosa para ser la primera vez que Heslov toma el mando, desenvolviéndose con solvencia en la complicada fragmentación de la trama principal, interrumpida en varias ocasiones por flashbacks que nos revelan los orígenes de la subdivisión del ejército dedicada a la parapsicología (hecho verídico, por increíble que parezca, tal y como demuestra en su libro homónimo el escritor Jon Ronston).

Sin embargo, el mayor atractivo del filme es su reparto, compuesto por verdaderos actorazos pasándoselo en grande. Así, nos encontramos con George Clooney en un papel cómico del tipo que tan bien le sienta, similar a sus colaboraciones con los Coen; Ewan McGregor se maneja con soltura en el terreno del humor, Jeff Bridges se atreve a retomar al carismático Gran Lebowski para componer el personaje que aquí interpreta mientras que las breves apariciones de Kevin Spacey y Stephen Lang contribuyen de forma esencial a las situaciones absurdas.

Gracias a este tipo de humor la película es realmente crítica con la realidad que presenta (un tema tan peliagudo como puede ser el de ciertas guerras que continúan hoy en día) y bajo este enfoque saca a la luz aspectos complicados de tratar bajo otros ángulos. Por si esto fuera poco, el epílogo del filme es todo un canto a la esperanza, y hay que resaltar el papel que juega la mítica canción de Boston More than a feeling a lo largo de toda la trama y especialmente en su mencionado final.



Un tipo de comedia que no gustará a algunos, dejará indiferentes a otros y hará las delicias de los fans del humor absurdo, pero aún así es innegable el magnetismo de su reparto y la mordacidad con que ataca temas de máxima actualidad.

jueves, 11 de marzo de 2010

Glee: La revelación de la temporada

No sólo se ha alzado con el Globo de Oro a la mejor serie cómica, sino que desde su estreno en septiembre del año pasado ha cosechado toda una legión de seguidores, ha movido a adolescentes norteamericanos a apuntarse a grupos de canto en sus institutos, sus discos triunfan en el mercado y sus canciones alcanzan posiciones elevadas en las listas de medio mundo, encumbrando también a los temas en que se basan. Al mencionar todos estos logros hablamos de Glee, la que sin duda puede considerarse la sorpresa de esta temporada en el panorama de las series estadounidenses.


Por paradójico que pueda resultar, el argumento que desarrolla Glee ya nos lo han contado cientos de veces. Típica historia de instituo norteamericano con bailes de fin de curso, pasillos con taquillas que llegan hasta el techo, grupos de actividades extraescolares, el equipo de animadoras y la chica impopular que se enamora del codiciado quarterback titular; todo ello con la odiosa estructura estadounidense de perdedores y triunfadores que criticaron brillantemente películas como Pequeña Miss Sunshine y que nosotros hemos asumido con absoluta pasividad. De esta forma, el ambiente de Glee no dista mucho del de High School Musical, el principio de Smallville, One Tree Hill e innumerables ejemplos de este tipo.

Además, los personajes de la serie se corresponden con los estereotipos propios del sub-género, sólo que ahora nos los encontramos exagerados hasta el extremo de la comicidad: la entrenadora con exceso de testosterona, el profesor de educación física casposo, los abusones cachas y molones, chicas repelentes en busca de popularidad y hasta una afroamericana con dotes para el gospel. Tal vez el único que se salva y despierta más interés sea el protagonista, el profesor que dirige el club de canto Glee viéndose forzado a tomar decisiones complicadas y a lidiar con farsantes varios. ¿Cuál es, entonces, el secreto del éxito de Glee?

Posiblemente deba atribuirse a sus canciones. Entre tanta serie dedicada a policías, médicos y abogados de índole diversa (atención porque ahora se suman los vampiros a estos tres grupos) se agradece que surja una serie musical. Y es éste, sin duda, el aspecto más llamativo de Glee: que goza de números musicales impresionantes, frescos y divertidos, en los que se versionan desde canciones míticas como Don't Stop Believing de Journey hasta conocidos temas modernos como Rehab de Amy Winehouse, Mercy de Duffy o Halo de Beyoncé.


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Un éxito sorpresa que ya tiene asegurado más capítulos, entre los que se prevé la intervención del gran Neil Patrick Harris para demostrar su talento como cantante. Hasta entonces, los miembros de Glee siguen ganando adeptos cada día.